La viceministra de Defensa de Canadá, Louise Frechette, es la nueva favorita para convertirse en primera subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), según altas fuentes del foro mundial.
La Asamblea General de la ONU aprobó este viernes una resolución que creó el puesto de primer subsecretario general y autorizó otras importantes reformas propuestas por el secretario general Kofi Annan.
El segundo de Annan asistirá al jefe de la organización y ayudará a "elevar el perfil de la ONU en las esferas económica y social".
Por la resolución de la Asamblea, Annan podrá designar su propio subsecretario luego de consultar con los estados miembros. Sin embargo, no hará falta la aprobación de las 15 naciones del Consejo de Seguridad, como es requisito en el caso de la elección del secretario general.
Los funcionarios de la ONU no se demostraron dispuestos a opinar sobre cuáles candidatos son los más probables para asumir el cargo de subsecretario, sobre todo después del anuncio el mes pasado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Refugiados, Sadako Ogata, de que no se postulará al puesto.
Sin embargo, se espera que el foro mundial elija al subsecretario rápidamente. "Será una mujer, eso se lo puedo asegurar", dijo un alto funcionario quien solicitó su nombre se mantuviera en reserva.
Está previsto que Annan anuncie el nombre del subsecretario o subsecretaria a partir de este lunes y una fuente de alta jerarquía señaló que con probabilidad sería Louise Frechette, ex embajadora de Canadá ante la ONU.
La victoria de Annan al crear el puesto de subsecretario, sólo cinco meses después de presentar a la Asamblea General una amplia variedad de propuestas de reformas, culmina una serie de logros relacionados con la renovación de la administración de la ONU.
"Unos dos tercios de las recomendaciones propuestas por Annan serán adoptadas directamente", informó otro funcionario.
La resolución de la Asamblea también creó una nueva cuenta para un "fondo de desarrollo" que sería acumulado con ahorros obtenidos al reducir los gastos administrativos y generales de la ONU. El dinero se destinará a respaldar las actividades de desarrollo de la organización.
Las agencias de la ONU también se comprometerán a hacer más eficiente su labor humanitaria bajo el liderazgo de un coordinador de asistencia humanitaria del foro mundial, denominado en la actualidad coordinador de ayuda de emergencia.
La Asamblea también deberá tomar otras decisiones la próxima primavera boreal para establecer un fondo crediticio rotativo al que los países podrán recurrir si se retrasan en sus pagos a la ONU.
El órgano también deberá resolver sobre la reevaluación del papel cumplido por las agencias de la ONU y el establecimiento de "cláusulas ocaso" que permitirían el vencimiento de ciertos mandatos de la organización luego de su revisión por la Asamblea.
Muchos de estos puntos serán tratados en marzo pero la discusión no será completa o requerirá mayor información durante los tres primeros meses de la sesión de la Asamblea, advirtió un funcionario.
Así mismo, la creación de algunos puestos propuestos por Annan aún espera la aprobación de los principales organismos presupuestales de la ONU, entre ellos el quinto comité de la Asamblea, encargado de asuntos financieros.
El comité aún no decidió si una nueva oficina de desarme será dirigida por un subsecretario general o si incluirá en el presupuesto la supervisión de las comunicaciones de la ONU por un nuevo subsecretario.
De todas formas, la campaña por reformas de la ONU consiguió la mayoría de sus metas, insisten sus partidarios e ideólogos. Gran parte del mérito corresponde a la popularidad de Annan en su primer año como secretario general, reconoció un funcionario.
"Todo lo que propuso Annan se llevó a cabo. Nada fue rechazado o dejado de lado", añadió. Los estados miembros tampoco propusieron ideas distintas sobre la reforma mientras se debatía el paquete de modificaciones del secretario general.
No obstante, algunos diplomáticos no se muestran impresionados por los resultados, que no están ligados a las gestiones, actualmente estancadas, para reorganizar y ampliar al Consejo de Seguridad y cambiar la forma de calcular los honorarios que deban pagar los países a la ONU.
"Para los países pobres, la reforma tendrá claras consecuencias negativas sobre el desarrollo", objetó el embajador de Malasia Razali Ismail. El paquete actual, arguyó, sólo representa un "débil consenso. No se trata de una reforma verdadera, en mi opinión". (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/aq/ip/97