La Organización de las Naciones Unidas (ONU) rechazó por amplia mayoría la propuesta de Estados Unidos para considerar la reducción del costo de los aportes anuales de Washington al foro mundial.
La Asamblea General de 185 miembros de la ONU resolvió que no discutirá la propuesta para una reducción de cinco por ciento hasta que Estados Unidos salde su deuda de 1.300 millones de dólares.
La nueva escala de aportes al foro mundial para 1998-2000, que determina las contribuciones de cada país miembro, fue aprobada por unanimidad por la Asamblea General la semana pasada, con una disposición según la cual quizá "considere" su revisión el año próximo.
El embajador de Estados Unidos, Bill Richardson, sin embargo, interpretó la decisión como "una puerta abierta para permitir una revisión de la escala" en 1998.
Richardson aseguró que "el compromiso de Estados Unidos para trabajar con los otros miembros para restaurar la salud financiera de la ONU es inequívoco".
La Unión Europea (UE), de 15 miembros, que criticó severamente a Estados Unidos por no cumplir con el pago de sus aportes, adoptó una posición inusualmente dura contra su más fuerte aliado en el organismo mundial.
En representación de la UE, el embajador de Luxemburgo, Jean Louis Wolzfeld, dijo que la apertura de las discusiones sería posible "sólo después que Estados Unidos adopte disposiciones de cumplimiento obligatorio para saldar sus deudas por completo, y para respetar sus obligaciones financieras bajo la Carta de la ONU".
Alegando pobreza y oposición del Congreso a una contribución de 25 por ciento del presupuesto de la ONU, Richardson había amenazado en octubre con un "serio daño de las relaciones de Estados Unidos con la ONU" si el foro mundial no reducía 20 por ciento los aportes.
Pero 184 de los 185 miembros se negaron a aceptar el argumento.
La nueva escala mantiene el techo de 25 por ciento, que sólo Washington paga, y reduce el índice base de 0,01 por ciento a 0,001 por ciento. Como resultado, algunos de los países más pobres del mundo que pagaban unos 130.000 dólares anuales a la ONU sólo pagarán 13.000 dólares.
La brecha es cubierta por algunos de los países ricos, y algunos países en desarrollo de reciente industrialización.
El presupuesto anual de la ONU es de unos 1.200 millones de dólares, de los cuales Washington debe aportar unos 312 millones, equivalentes a 1,11 dólares por ciudadano estadounidense.
El pequeño estado isleño de San Marino, en comparación, paga 4,26 dólares por ciudadano.
La escala de aportes, revisada periódicamente, está basada en la "capacidad de pago" de un país, determinada por su producto interno bruto (PIB), su carga de la deuda y el ingreso por habitante.
Estados Unidos, que es el mayor deudor, es acusado de la actual crisis que enfrenta la organización, que ha debido despedir personal y recortar sus gastos.
Jesse Helms, presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado y duro crítico de la ONU, ha tenido un papel instrumental en la retención del dinero adeudado al organismo mundial.
Helms propuso una reducción de los aportes de Estados Unidos y un corte de 50 por ciento de la burocracia de la ONU y de 75 por ciento en el presupuesto anual de la ONU de unos 1.200 millones de dólares. Entregar fondos a la ONU es como "vertir dinero en una ratonera", dijo Helms el año pasado.
Pero el Departamento de Información pública de la ONU destaca que de 468 millones de dólares en contratos en 1996, las empresas estadounidensese obtuvieron 49 por ciento de ellos.
Por cada dólar entregado por Estados Unidos al Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), empresas estadounidenses recibieron más de dos dólares en contratos con el órgano.
La ONU y sus cuerpos consular y diplomático también contribuyen alrededor de 3.200 millones de dólares anualmente a la economía de la ciudad de Nueva York, según el alcalde de esta ciudad, Rudolph Giuliani. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/lp/ip/97