MEXICO: La virgen que apareció en todas partes

La silueta de la virgen de Guadalupe, máximo emblema de la religiosidad mexicana, apareció este año en los lugares más inesperados: en el piso de una estación del tren subterráneo, las paredes de un baño público, una puerta de cristal, una olla, un plato y hasta en una gafas para sol.

Convencidos del carácter milagroso de esas expresiones, que para muchos son fenómenos físicos sin mayor trascendencia, miles de católicos llegaron esta semana a la capital para agradecer a la virgen por su presencia y celebrar 466 años de la primera impresión de su imagen sobre una manta.

A pie o a rodillas, los devotos provenientes de diversos puntos del país y de todas las clases sociales, ingresan a la basílica de Guadalupe.

Algunos llegan con mariachis para cantarle una serenata a la virgen, otros lanzan cohetes pirotécnicos en las afueras del edificio, la mayoría se limita a orar en silencio.

Según la Iglesia Católica, entre el 9 y el 12 de octubre de 1531 la madre de Jesucristo se presentó por tres ocasiones al indígena Juan Diego. En la última, la virgen habría pedido al ahora beato recoger flores en una manta y llevarla a los sacerdotes. Cuando la manta fue extendida apareció la imagen.

Diputados pidieron este martes un milagro de la virgen para lograr que gobierno y políticos opositores se pongan de acuerdo sobre la miscelánea fiscal y el presupuesto de ingresos y egresos estatales de 1998, temas sobre los que se mantiene una ardua polémica.

"La virgen está triste porque el país anda mal, con las apariciones nos pide que cambiemos", sostuvo Martha Santiago, campesina del sur que llegó a la capital junto a sus familiares para visitar la basílica.

Para muchos creyentes, los supuestos milagros son señales de solidaridad cristiana, avisos sobre el próximo fin del mundo o llamados de atención por el relajamiento de los valores éticos.

Los escépticos y un sector de la Iglesia Católica opinan que las supuestas apariciones son expresion del afán y necesidad de creer en momentos que golpea la crisis económica y recrudece la delincuencia. En realidad se trata de figuras que aparecen por el desgaste natural de alguna superficie, dicen.

La más famosa aparición del año fue la registrada en el piso de una estación del tren subterráneo de la capital. Allí, sobre una baldosa pisoteada por todos, brotó una imagen azulada que aparenta la silueta de la virgen.

Obligadas por la aglomeración de miles en torno al lugar, donde se despositaban monedas, estampas religiosas y encendían decenas de velas, las autoridades construyeron un pequeño altar en las afueras de la estación del metro y pusieron allí la baldosa.

Un policía que trabaja en el lugar aseguró que la imagen se dibujó debido a una fuga de agua.

"Cuando vio la imagen la gente se bebía el agua y se la untaba, se van a enfermar por ignorantes", expresó.

La doctora en filosofía Mercedes Garzón señala que las presuntas apariciones son un refugio, "la gente quiere milagros porque quiere que las cosas se arreglen mágicamente".

La silueta de la "virgen morena", como la llaman sus fieles, emergió este año hasta en las paredes de un baño público, los exteriores de una inmensa olla y en una gafas para sol.

En todos los casos, la figura de forma ovalada y sin un rostro atrajo a los fieles, quienes acudieron a rezarle.

En 1996, Guillermo Schulenburg, quien fue abad de la basílica de Guadalupe por 35 años, debió renuciar luego que declarara a dos revistas que las pregonadas apariciones de la virgen, uno de los símbolos religiosos de América Latina, no fueron reales.

El sacerdote negó la existencia de Juan Diego y afirmó que la imagen impresa en la manta fue en realidad pintada por un nativo.

La jerarquía de la Iglesia desautorizó a Schulenburg y aseguró que "las apariciones guadalupanas constituyen la vértebra medular del cristianismo mexicano y marca de su perfil nacional".

El ex abad no fue el único que cuestionó el delicado tema de la virgen. En 1956, apenas 25 años después de sucedidos los supuestos hechos milagrosos, algunos sacerdotes presentaron informes en los que se afirma que la imagen de la virgen fue pintada y que Juan Diego nunca existió.

Rodeada de historias que le atribuyen innumerables milagros, la virgen de Guadalupe fue coronada hace 101 años por el Vaticano como la Reina de la Iglesia Católica. (FIN/IPS/dc/dg/cr/97)

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