El Ministerio de Salud y Bienestar de Japón se dispone a permitir a las mujeres el uso de la píldora anticonceptiva, que ha estado disponible durante más de tres décadas en casi todo el mundo, según informes de prensa.
"Parece que esta vez el gobierno está dispuesto a levantar la prohibición", manifestó Keiko Suwa, de la Asociación de Mujeres de Japón, un grupo que trabaja en temas de salud reproductiva.
"Si así sucede, ello marcará un paso adelante en la lucha de las mujeres japonesas por el derecho a elegir sus propios métodos de control de la natalidad", añadió.
Japón es el único país industrializado que no aprobó la píldora anticonceptiva. El Ministerio de Salud y Bienestar estuvo a punto de permitirla hace cinco años, pero a último momento se arrepintió por temor a que se redujera el uso de condones y se propagara la epidemia de sida.
Luego, el pasado febrero, el Consejo Central de Asuntos Farmacéuticos concluyó que las píldoras de última generación, que contienen muy bajas dosis de hormonas, son un anticonceptivo seguro y eficaz.
Se prevé que el Ministerio dará su luz verde antes de fin de año en el mejor de los casos, cuando comience la última sesión de la Dieta (cámara baja del parlamento).
Las activistas atribuyen el logro al Fondo de las Naciones Unidas para la Población (FNUAP), que las apoyó en su lucha. "Las Naciones Unidas jugaron un papel importante en nuestra lucha", destacó Suwa.
Las mujeres japonesas se pronunciaron sobre el asunto en la conferencia internacional sobre población realizada en 1994 en El Cairo, y el tema atrajo la atención de la directora del FNUAP, Nafis Sadiq.
En la conferencia "destacamos que las mujeres japonesas nos vemos obligadas a confiar en los hombres para el control de la natalidad y muchas veces debemos recurrir al aborto, que en Japón es fácilmente accesible. Ambas cosas son riesgosas y perjudiciales para la salud de la mujer", declaró Suwa.
En Japón, que posee uno de los índices de natalidad más bajos del mundo, una familia con tres hijos ya se considera grande. El principal método anticonceptivo es el condón, que en 1995 era utilizado por 77,5 por ciento de la población masculina.
Mientras, las cifras oficiales indican que se realizan 360.000 abortos por año, pero las autoridades admiten que la cifra real podría ser tres veces mayor.
Las leyes permiten la interrupción del embarazo hasta la cuarta semana de gestación, siempre que la salud de la madre corra riesgo.
Un estudio de la Clínica de Planificación Familiar demostró que sólo 35 por ciento de los embarazos producidos en un año son planificados o deseados. Otro 27 por ciento terminan en aborto.
Durante décadas, tanto la Clínica como la Sociedad de Obstetras y Ginecólogos de Japón presionaron al Ministerio para que convierta a la píldora con baja dosis de hormonas en una de las opciones anticonceptivas.
Irónicamente, muchos laboratorios japoneses fabrican píldoras desde hace años, pero sólo para exportación a otros países asiáticos y a Estados Unidos.
Además, las píldoras que se prescriben en Japón, supuestamente con el único fin de regular la menstruación, son las que contienen dosis medias y altas de hormonas.
Se prevé que la demanda será enorme. El mercado doméstico podría llegar a 780 millones de dólares, calculó el Ministerio de Salud y Bienestar en base a la población de mujeres en edad fértil.
Algunos funcionarios del Ministerio temen que la aprobación de la píldora provoque una degradación moral en la juventud, pero Suwa rechazó tal preocupación y arguyó que la clave consiste una correcta educación sexual para hombres y mujeres.
Además, "sin la píldora, la sociedad japonesa no es muy diferente a las sociedades occidentales", dijo.
Los jóvenes japoneses de la actualidad inician su actividad sexual a una edad más temprana que los de hace una década, según investigadores. (FIN/IPS/tra-en/sk/cb/js/pr-he/97