El presidente de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, planteó hoy la necesidad de una "profunda reforma" de la cooperación al desarrollo del Tercer Mundo para que las ayudas destinadas a las poblaciones más débiles lleguen realmente a quienes las necesitan.
Los fondos otorgados por los gobierno no deben sufrir "recortes" en su camino hacia los que se encuentran en la indigencia, señaló el mandatario.
"Los gastos de organización, de la burocracia, tienen que ser reducidos al mínimo la cooperación ser más transparente", insistió Scalfaro en un mensaje de fin de año dirigido al cuerpo diplomático en Roma.
La distancia entre quienes poseen inmensas riqueza y quienes viven "en la más absoluta miseria, degradante de la vida humana", se ha ido ampliando en todo el planeta, lo cual constituye "una señal de alarma para los gobernantes", señaló.
En Italia, a principios de los años noventa, la operación judicial contra la corrupción denominada "Manos Limpias" descubrió una serie de irregularidades en el sector de la cooperación y condujo al procesamiento de parte de sus responsables.
Paralelamente, los fondos destinados a la ayuda al Tercer Mundo cayeron drásticamente, en el marco de recortes al gasto público, un fenómeno que se dio en la gran mayoría de los países desarrollados.
La ley de presupuesto del próximo año, que se encuentra actualmente en discusión en el Parlamento, prevé sólo 300 millones de dólares para la cooperación, contra 1.400 millones en 1992, según recordó el vicepresidente de la Asociación Voluntarios Servicio Internacional (AVSI), Mauro Inzoli.
"El gobierno, las instituciones, parecen olvidar a los pobres", dijo.
Es verdad, dijo, que en este sector la corrupción se ha difundido a todos los niveles, "pero también que hoy, tanto la derecha como la izquierda no sienten ya el valor de la solidaridad", observó.
La AVSI es una organización religiosa que en 1997 otorgó ayuda a los países del Tercer Mundo por un total de 10 millones de dólares.
Los fondos del próximo año se destinarán a la construcción de un hospital en Bucarest para los niños enfermos de sida, una casa para niños abandonados en Asunción y una escuela en Kampala. (FIN/IPS/jp/dg/dv-ip/97)
