La rebaja de los aranceles de importación de 40 a 8,25 por ciento adoptada por Panamá el 13 de noviembre puso en entredicho la negociación de los futuros tratados comerciales de este país con América Central.
Diversos portavoces del sector productivo panameño dijeron que esa elevada rebaja de aranceles ha hecho perder al país la posibilidad de negociar un buen tratado comercial con el resto de América Central.
"Mientras más bajos sean los aranceles comunes de un país menor será su ventaja para realizar pactos bilaterales de comercio", señaló el inversionista Marco Fernandez, directivo de la firma Investigación y Desarrollo.
"?Qué sentido tiene un pacto (comercial) bilateral cuando el mundo entero es tu mercado?", preguntó el inversionista en alusión a los pactos de libre comercio que acordaron firmar a mediados de este año Panamá y los otros cinco países de América Central.
La fórmula acordada fue la única salida elegante que encontraron los otros cinco estados del istmo para vencer la resistencia de Panamá a integrarse económicamente con el resto de la región, pese a su anuencia a la integración política.
Los aranceles de importación habían sido rebajados hasta un techo de 40 por ciento a mediados de julio para cumplir una exigencia de la Organización Mundial de Comercio, a la cual Panamá se afilió este año.
Pese a que se había establecido con los productores locales un período de 10 años para completar la desregulación, hace dos semanas el gobierno panameño suprimió el pago de aranceles para el ingreso de agroquímicos y maquinarias y redujo a tres por ciento el de las materias primas.
Los productos para venta a turistas fueron rebajados a cinco por ciento y los restantes 2.200 que se incluyeron en el "paquete" a entre 10 y 15 por ciento.
A los productos lácteos, fuente de graves conflictos con Costa Rica y otros países del área en épocas recientes, se les redujo el arancel de 50 a 40 por ciento, mientras que al arroz se le rebajará paulatinamente esa retención de 60 a 30 por ciento de aquí al año 2000.
Darío Selles, presidente de la Asociación Panameña de Exportadores, adelantó que la nueva rabaja de aranceles va a producir una mayor resistencia de parte de los productores locales hacia la apertura del mercado panameño a los otros países de la región.
"Nosotros no tenemos ningún deseo de abrir nuestras puertas para que se afecte más la economía", subrayó.
Con relación a la agricultura, Selles se opone a que se permita el ingreso de productos que compitan con los locales. "No vamos a permitir que naciones como Costa Rica deterioren este sector y menos si no nos ofrecen algo que compense con creces este sacrificio", anunció.
Artículos como la carne de cerdo, que en otros países de la región cuentan con un arancel de entre 45 y 50 por ciento, podrán entrar de ahora en adelante a Panamá pagando únicamente 15 por ciento de retención.
En tanto que la carne de ave y subproductos, los lácteos y los tubérculos producidos en este país tendrán que pagar un arancel que va de 50 a 262 por ciento para entrar al resto de los mercados de América Central, según indicó una fuente de la Unión Nacional de Agricultores de Panamá.
El presidente del Sindicato de Industriales de Panamá Rodrigo Miró explicó que desde julio, cuando fue aplicada la primera rebaja de aranceles, la industria del acero de este país perdió 25 por ciento de su cartera de clientes debido a la competencia extranjera.
Pese a que los sectores industrial y agropecuario aportan sólo 20 por ciento del producto interno bruto nacional, proveen alrededor de 40 por ciento de los alrededor de 850.000 puestos de trabajo existentes en Panamá.
Sin embargo, el ministro de Hacienda y Tesoro Miguel Heras estimó que la nueva política arancelaria adoptada por Panamá "beneficia o hace más fácil la negociación de (los) tratados (comerciales), porque ahora habrá un arancel único que hará el proceso más sencillo".
Los tratados comerciales poco tienen que ver con el tema de los aranceles, pues -a su juicio- "lo que se busca es asegurar el acceso de los productos (a un mercado) al que se tiene preferencia".
Panamá y los otros cinco estados de América Central tienen un intercambio comercial cercano a los 250 millones de dólares, de los cuales 75 por ciento se realizan en el marco de los actuales tratados bilaterales de libre comercio.
No obstante, los industriales y productores agropecuarios vaticinan que habrá "una dura batalla" a la hora de acordar las listas de productos.
Al respecto, Selles recordó las "dificultades" que ha tenido Panamá con Costa Rica, Nicaragua y El Salvador en torno a los tratados de libre comercio existentes desde la década de 1970. (FIN/IPS/sh/dg/if/97)