Un hospital especializado en el tratamiento de los efectos de gases venenosos tratará a 20.000 sobrevivientes del peor desastre industrial de la historia, recién 13 años después de ocurrido en Bhopal, India.
Las 2.500 personas que murieron en forma instantánea al inhalar gas contaminado con cianuro, filtrado de una fábrica de pesticidas de la empresa Union Carbide (UC), tuvieron suerte.
La vida ha sido un infierno para los sobrevivientes que ni siquiera saben cuáles químicos causaron su sufrimiento sin fin. Las víctimas siguen lidiando con una variedad de afecciones nerviosas y pulmonares, incluída la tuberculosis.
Los estudios revelaron que desde 1984 la cantidad de niños y niñas nacidos con deformidades congénitas aumentó en Bhopal, lo que sugiere la posibilidad de que algunos de los 52 gases filtrados de la fábrica de UC podrían haber causado daño genético.
"Lo único que sé es que no puedo ver bien ni caminar rápido porque me quedo sin aire", dijo Yasmin Bi, trabajadora de un centro de rehabilitación. Adolescente cuando ocurrió la tragedia, la mujer envejeció en forma prematura y parece tener 50 años.
Yasmin preferíría que el nuevo Hospital de Bhopal, casi terminado a 12 kilómetros de la ciudad, estuviera más cerca. Como muchas de las víctimas, sobrevive con una mezcla diaria de pastillas recetadas por el hospital de la Cruz Roja en la ciudad y sospecha que los fármacos agravan su enfermedad.
Yasmin no sabe que el fideicomiso londinense constructor del hospital fue establecido por la Union Carbide Corporation (UCC), firma que causó sus problemas. Tampoco sabe que el Fideicomiso del Hospital de Bhopal podría ser ilegal.
El hospital, que ya tiene cinco pisos construidos, será una de las instituciones más grandiosas de Bhopal. Pero, junto con la compensación final de 470 millones de dólares, se considera una débil disculpa frente a la demanda original por tres mil millones de dólares que el gobierno central reclamó de la UCC.
A pesar de las protestas de los activistas, la Corte Suprema confirmó la compensación en 1991. El tribunal ordenó la venta de sus propiedades en India a la firma trasnacional con sede en Estados Unidos y la entrega de lo obtenido al gobierno estadual de Madhya Pradesh para construir el hospital.
Sin embargo, la UCC, que no compareció ante la corte, entregó las propiedades al Fideicomiso del Hospital de Bhopal que creó en Londres y designó a Sir Ian Percival, miembro del Consejo Privado de la Monarquía Británica, como único fideicomisario en 1993.
Una organización no gubernamental (ONG) que ayuda a las víctimas de Bhopal, la BGPSSS, cuestionó la validez del fideicomiso creado por la UC y su director, Warren Anderson.
Ambos fueron considerados prófugos de la justicia por el juez del caso que ordenó el embargo de las propiedades de la firma en 1992.
En 1994, la Corte Suprema de India permitió la venta de las propiedades de la UCC pero no decidió sobre la cuestión de la validez de la transferencia de la propiedad al fideicomiso. "Por suerte, todo eso quedó atrás", dijo Sir Percival.
Pero la BGPSS no opina lo mismo. La organización cuestiona los 1,8 millones de dólares que el fideicomiso unipersonal gastó en sí mismo en los últimos tres años. "La UC debería haber pagado este tipo de gastos", dijo N.D. Jayaprakash, de la ONG.
El hospital, además de brindar atención especializada y gratuita a las víctimas de la UCC, tiene que realizar investigación sobre los efectos aún desconocidos del metilo isocianato y gases relacionados sobre el ser humano, explicó Sir Percival.
"Los equipos y el personal del hospital lo convertirán en el mejor del gobierno", aseguró.
El isocianato de metilo y el cianuro hidrogenado fueron los principales gases filtrados de la planta de pesticidas en Bhopal en la noche del 2 al 3 de diciembre, de 1984. La reacción, según científicos, podría haber producidos hasta 50 gases tóxicos.
Oficialmente, hasta 2.500 personas murieron por la tragedia y 20.000 más fueron afectadas, la mayoría habitantes de asentamientos cercanos a la fábrica de pesticidas. Estimaciones independientes consideran que ambas cifras son mucho más altas.
Entre otros misterios sobre la tragedia, uno es la falta de divulgación de las evaluaciones médicas sobre los efectos de los gases venenosos aunque el Consejo Indio de Investigación Médica lanzó 25 proyectos de investigación en 1985.
El tratamiento, debido a la ausencia de información científica sobre el efecto de los gases, consiste en su totalidad en "aliviar los síntomas", explicó Jayaprakash.
"No hay posibilidad de tratamiento efectivo sin comprender primero cuáles fueron los gases que se filtraron", dijo el activista Satinath Sarangi, del Grupo de Bhopal para la Información y la Acción (BGIA).
"La UCC sabe más que nadie sobre la toxicología del isocianato de metilo pero no nos brindaron información. Nos lo deberían haber dicho apenas ocurrida la tragedia", manifestó V. Ramalingaswami, uno de los principales científicos de India.
La UCC no compartió sus datos sobre la toxicidad de los químicos o sus efectos en los trabajadores de la fábrica de Bhopal, pero periódicamente envió información al respecto a su sede en West Virginia, Estados Unidos, denunció la BGIA.
Las organizaciones que defienden a las víctimas de la tragedia aseguraron en la corte que las prácticas de seguridad que ejerce la UCC en Estados Unidos e India son diferentes. Las normas de seguridad en la fábrica de West Virginia son superiores, sostuvieron.
Warren Anderson, ex director de la UCC, reveló poca información durante la interrogación a la que fue sometido por la Oficina Central de Investigación de India. Anderson huyó del país poco después de la tragedia y el gobierno no llevó a cabo la orden magisterial de su extradición. (FIN/IPS/tra-en/rdr/an/aq-lp/he-ip/97