El presidente electo de Honduras, Carlos Flores, tiene en sus manos el desafío de que la población recobre la confianza en la institucionalidad política y democrática del país.
Flores, un ingeniero de 47 años perteneciente al gobernante Partido Liberal, ganó las elecciones de domingo con una amplia ventaja sobre sus contrincantes.
Analistas consultados por IPS consideran que el gobierno que se establecerá el 27 de enero de 1998 deberá poner en práctica un esquema creíble de gobernabilidad que comience por una depuración del Tribunal Nacional de Elecciones y el Registro Nacional de las Personas.
Estas instituciones, integradas por delegados de los partidos políticos, se acoplan a la voluntad del gobierno a la hora de definir las reglas del juego, lo que pone en peligro la transparencia de los procesos electorales y el desarrollo de una institucionalidad democrática, agregaron.
"El Tribunal Electoral y el Registro de las Personas no fueron lo más honestos posibles. El nuevo gobierno tiene que independizar estos órganos si quiere realmente una democracia efectiva", dijo el analista político Efraín Díaz.
"El gobierno debe frenar el manoseo de los políticos y sus partidos y gestar verdaderas reformas que permitan a los electores devolverles la confianza perdida", añadió.
Ramón Custodio, del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (CODEH), sostuvo que el nuevo gobierno deberá dedicarse a mejorar la seguridad ciudadana a través de la creación de una policía nacional civil creíble y la aplicación de una política criminal efectiva.
"El nuevo organismo debe ser limpio, honesto y moral, totalmente alejado de vínculos a carteles delictivos como hasta ahora", sostuvo Custodio.
El activista afirmó que, con ese fin, el gobierno deberá combatir a fondo la corrupción y la impunidad, mantener el proceso de desmilitarización, fortalecer la Fiscalía del Estado y acelerar los procesos de modernización gubernamental.
El gobierno de Flores implementará una nueva fase de ajustes económicos y privatizaciones. Hasta ahora, los ajustes se han limitado a aumento de impuestos y devaluaciones.
El presidente electo centró sus propuestas de campaña en el impulso a la infraestructura física, la maquila, la explotación de los recursos naturales y el turismo y una polémica ley de "concesiones".
Esta ley supondría "un salto atrás", pues "la historia demuestra los dolorosos efectos de los enclaves mineros, los bananeros y los militares", afirmó Custodio.
Sin embargo, Flores sostuvo en sus primeras declaraciones luego de las elecciones que la ley de concesiones "modernizará" el país al acelerar los procesos de inversión, integración y globalización.
Díaz afirmó que centrar el crecimiento económico en base a la "maquilización" del país como opción generadora de divisas es un error que "puede costar caro".
"Flores debería poner énfasis en el desarrollo humano, además de lograr la estabilización en la economía, algo que no se logra con buenos propósitos y agendas vacías como la que se percibe" en el presidente electo, opinó Díaz.
El próximo gobierno liberal asumió el desafío de reducir la pobreza, estimada en un 80 por ciento. La cuarta parte de los hogares pobres están encabezados por una mujer.
"La fiesta de los liberales concluyó la noche del domingo, porque la realidad hondureña no es dulce y el presidente electo tiene el desafío de gobernar con seriedad ante una sociedad cada vez más exigente y crítica que no permitirá falsas promesas", afirmó Custodio. (FIN/IPS/tm/mj/ip/97