La caída del precio del oro en el mercado mundial comienza a sentirse en Guyana, cuya economía depende en gran medida de las ganancias en moneda extranjera obtenidas de la industria minera.
El precio del mineral se encuentra por debajo de los 300 dólares por onza, mientras alrededor de 20.000 actores de la industria comenzaron a abandonar las minas de la selva amazónica y se trasladan a los centros urbanos.
El precio en el mercado mundial, cercano a los 285 dólares por onza esta semana, es demasiado bajo para que la industria minera sea lucrativa, sostienen los mineros.
"En este momento necesitamos dinero para seguir trabajando. Todos están haciendo agua, pero si el precio se mantiene en torno a los 300 dólares, podríamos sobrevivir. El futuro no es promisorio", dijo Cyrilda de Jesus, minera desde hace más de 30 años.
El costo de producción promedio en Guyana se sitúa en torno a los 250 dólares por onza. Pero el precio descendiente no es el único factor que provocó la depresión de la industria en el país. El clima seco que afecta a la región también perjudicó al sector.
"Es un golpe doble para nosotros. La situación es mala, hay una crisis y las autoridades no nos brindan ayuda. Todo el mundo está cerrando sus operaciones", afirmó Tony Shields, secretario de la Asociación de Mineros de Oro y Diamantes de Guyana.
La depresión y la prolongada sequía no sólo afectaron a integrantes de la Asociación sino también a las operaciones de mediana y gran escala.
Cambior Inc. y Golden Star Resources, propietarias de la mina de oro de Omai, declararon que la depresión afectará a la extracción en todo el mundo ya que los financistas se muestran reacios a invertir en la industria.
Representantes de las firmas explicaron que una mina con una posible producción de 2,4 millones de onzas en Suriname aún no fue inaugurada, no sólo porque las autoridades deben desplazar a 4.000 aldeanos de la zona, sino también porque no tiene sentido comenzar las actividades en el estado actual del sector.
En Guyana, la posición de la mina de Omai es mejor que la de los pequeños mineros porque pudo vender por anticipado la mayor parte de su producción, a un precio fijo. Si ello no hubiera ocurrido, la compañía habría tenido que disminuir sus actividades en forma considerable, aseguraron sus representantes.
La producción oficial de Guyana fue cercana a las 400.000 onzas el año pasado. La cifra prevista para Omai este año se situaba en torno a las 330.000 onzas y al menos 110.000 onzas más de los pequeños mineros, por lo que se preveía que la industria alcanzaría una nueva marca.
A medida que bajan los precios del mercado mundial de aluminio y otros productos y debido a la mala administración de la industria, las ganancias que Guyana obtuvo de la bauxita también declinaron drásticamente en los últimos 15 años.
El azúcar que, como en otros países del Caribe, reinó en la economía nacional durante siglos, está perdiendo su importancia, así como el arroz.
En 1991, el azúcar representó 48 por ciento y el arroz 14 por ciento de la producción agrícola del país.
Sin embargo, entre 1990 y 1992 la industria del azúcar entró en decadencia y no pudo cumplir con la cuota de exportación de 200.000 toneladas por año concedida por la Unión Europea y Estados Unidos. La tendencia a la baja continúa.
El gobierno tiene la esperanza de que el sector minero se recupere desde que comenzó a operar la mina de oro de Omai a principios de 1993. Las ganancias de la industria del oro se estimaron en 160 millones de dólares este año, seguidas por las del azúcar con unos 100 millones.
La situación ha cambiado debido a los malos pronósticos. La disminución de la producción como resultado de los bajos precios significa que el aporte de la industria a la economía será menor que el esperado por lo que se verá afectado el crecimiento económico en general.
Los servicios de aviones ligeros que transportan personas, equipos, combustibles, y alimentos a las minas del interior del país se verán gravemente perjudicados.
El sector manufacturero también se verá afectado ya que produce pontones y dragas utilizados por los mineros para retirar lodo de los lechos de los ríos con el fin de extraer el oro.
David Fennel, presidente de Golden Star, señaló que la depresión puede rastrearse a enero de este año.
"No sabemos si ya tocamos fondo o si el precio repuntará en los próximos seis, 12 o 18 meses. Ahora nos hallamos en un punto en que los precios hacen que cerca de 70 por ciento de la producción de oro del mundo no sea económica", dijo.
"Necesitamos ayuda de emergencia para los mineros", señaló Shields. "Todos vamos a sufrir si la situación sigue así. La gente no sabe por lo que estamos pasando. Algunas minas ya recortaron los sueldos a la mitad". (FIN/IPS/tra-en/bw/cb/aq-lp/if/97