El primer ministro de Malasia, Mahathir Mohamad, sostuvo que la crisis asiática empobrece y recorta la soberanía de los países afectados.
Por el contrario, las naciones ricas aprovechan la oportunidad para forzar la apertura y dominar las economías en crisis, dijo el gobernante malasio esta semana en una reunión de ministros de Finanzas de la Asociación de Naciones de Asia del Sudeste (ASEAN).
Las condiciones de los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la superación de la crisis determinarán que los bancos extranjeros pasen a dominar las finanzas de los países endeudados, señaló.
Mahathir criticó las prácticas de la especulación cambiaria y sus efectos devastadores, pero aceptó la posibilidad de que no exista una conspiración para dominar las economías de los países en desarrollo del sudeste asiático.
Los ataques de los operadores en divisas contra las economías emergentes del Sur "no tuvieron ningún efecto favorable", destacó.
Muchos esfuerzos se han realizado para lograr la recuperación de los países asiáticos sacudidos en los últimos meses por depreciaciones de las monedas y de los mercados, observó.
Aún en el caso de una recuperación, esos países se encontrarán con que perdieron gran parte de su patrimonio. "A ello deberán agregar la pérdida de su soberanía económica", insistió.
El primer ministro malasio subrayó que el ataque de los especuladores no se dirigió únicamente contra los países de Asia, sino que abarcó también a los de América Latina y aún de Africa. "Solo se salvaron los que carecen de riquezas atractivas", consideró.
Mahathir destacó que, según estimaciones, en términos monetarios el tráfico internacional de divisas supera en 20 veces al comercio mundial de mercancías y servicios.
Pero mientras el comercio contribuye de manera tangible al desarrollo y al bienestar, el intercambio de divisas no aporta crecimiento al empleo, los negocios o la riqueza. Por el contrario, "ha destruido décadas de trabajo esforzado", dijo.
El gobernante malasio analizó el papel del FMI ante los problemas cambiarios y el empeoramiento de la capacidad de pago de los países afectados.
El Fondo, reconoció, ofrece fondos para pagar las obligaciones con prestamistas extranjeros "pero con los créditos impone una andanada de condiciones".
La principal de ellas es la apertura total del sector financiero a la participación extranjera. "Eso equivale a que los bancos extranjeros terminen dominando las finanzas del país afectado".
Por esa razón, afirmó el primer ministro malasio, el gobierno de Corea del Sur dudó antes de solicitar apoyo del FMI.
Nadie puede afirmar que el derecho de los negociantes de divisas a obtener ganancias predomine sobre el bienestar y la riqueza de millones de personas y de países y regiones. Si el comercio de divisas tiene que existir, debe ser transparente y regulado, estimó.
Mahathir juzgó ridículo que mientras los gobiernos y los empresarios reciben exhortaciones de obrar con apertura y transparencia, se permita actuar en el secreto casi absoluto a los operadores cambiarios.
"No sabemos quiénes son, de cuánto capital disponen, qué obligaciones han contraído, qué divisas retienen, a quiénes compran y a quiénes venden", dijo.
Mahathir preguntó también si con las ganancias devengadas de los países atacados, los operadores cambiarios pagan impuestos y a qué estados. Con seguridad, los del sudeste asiático no figuran entre estos últimos, afirmó.
El primer ministro observó que si la mundialización y la apertura de los mercados deben contribuir al crecimiento y a la riqueza "tendrá que ser bajo el imperio de una ley internacional respetada por todos". (FIN/IPS/tra/en/mkh/pc/dg/if/97