El estatuto de las armas biológicas como la "bomba atómica de los países pobres", y la seriedad con que las potencias nucleares toman las amenazas de la bioguerra quedaron subrayados por el anuncio de que el ejército de Estados Unidos llevará adelante una campaña de vacunación el año próximo.
Gran Bretaña también anunció un programa de inoculación para sus tropas.
Estados Unidos inoculará contra el ántrax a 1,5 millones de hombres y mujeres de sus Fuerzas Armadas, en parte como resultado de la creciente evidencia de que hacia el final de la guerra del Golfo de 1991 Iraq desarrolló un programa de armas biológicas que incluye misiles y ojivas rellenas de ántrax.
Las primeras vacunas se darán en el verano (boreal) de 1998 a 100.000 tropas estadounidenses desplegadas en areas de "alta amenaza" en la región del Golfo Pérsico y alrededor de la península de Corea, informaron autoridades en Washington.
En los siguientes seis años, alrededor de 2,4 millones de personas recibirán la inoculación a un costo de unos 130 millones de dólares, informó el Pentágono.
El ántrax fue una de las principales armas de los arsenales biológicos de guerra de Occidente, antes de que estos fueran destruidos bajo la convención de armas biológicas de 1972.
La infección, causada por el Bacillus Anthracis, afecta a los animales que se alimentan de pasturas, pero también al hombre, mediante el contacto con la piel y por la ingestión o la inhalación.
El bacilo que causa la infección produce esporas estables durante muchos años en el agua y el suelo. Las esporas del ántrax pueden ser producidas en una forma seca apropiada para las armas.
Pueden colocarse en ojivas de misiles o cascos de artillería que podrían explotar y afectar una gran área. Los experimentos de la segunda guerra mundial conducidos por el ejército británico dejaron la isla escosesa de Gruinard contaminada durante décadas.
Cuando toma la forma de una enfermedad de la piel, el ántrax comienza como un pequeño grano que luego se convierte en una ampolla y se hincha.
Sin tratamiento, puede conducir a la muerte por envenenamiento de la sangre. Los síntomas del antrax pulmonar, causado por la inhalación de las esporas son similares a los de la gripe, mientras los síntomas después de su ingestión son severos dolores de estómago acompañados de vómitos y diarrea. Ambos pueden ser letales sin tratamiento rápido.
Hay una vacuna disponible desde la década de 1970, y autoridades del Pentágono insisten en que es segura y eficaz, y se da a personas que entran en contacto regular con ganado.
Pero también fue una de las vacunas dadas a tropas que lucharon en la guerra del Golfo, muchas de las cuales están ahora crónicamente enfermas con el misterioso "síndrome de la guerra del Golfo".
Debido a esto, se toman precauciones extra y las mujeres embarazadas no recibirán la droga hasta que den a luz y vuelvan al servicio. Las inoculaciones involucran seis dosis en un período de 18 meses, seguidas de un refuerzo anual.
La decisión es la vuelta atrás de una política previa basada en la creeencia de que la vacunación extendida era demasiado costosa, innecesaria y podría tener efectos colaterales.
Sin embargo, Estados Unidos ahora cree que Iraq y otros 10 países son capaces de producir ántrax en la forma de armas. Bombardeos terroristas contra tropas estadounidenses en Arabia Saudita, y temores de que Iraq y Corea del Norte estén dispuestos a utilizar armas biológicas desataron la iniciativa del Pentágono.
Como resultado de investigaciones de agencias de inteligencia occidentales y equipos de inspectores que trabajan en Iraq para retirar sus armas de destrucción masiva, se encontró que los iraquíes tienen dos agentes de guerra biológica, el ántrax y la toxina de botulino, y se cree que fueron introducios en las armas.
Sólo se confirmó la existencia de una instalación de armas químicas en Iraq, en Salman Pak, en un área de tres kilómetros cuadrados y con cinco áreas funcionales.
No obstante, otras tres instalaciones de investigación o producción fueron identificadas en Taji, donde hay una planta de fermentación, y Abu Ghurayb, donde hay una planta de fabricación de vacunas, y dos edificios de procesamiento de suplemento alimenticio para bebés y un tercero no identificado conectado a los anteriores por pasadizos.
Un sistema de filtrado de aire y varias aberturas se ven en el mayor edificio. Fuertes dispositivos de seguridad, inconsistentes con una planta de alimentos para bebés, se mantienen en esta planta, afirma la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Además, se confirmó la existencia de 17 contenedores refrigerados, posiblemente hechos para agentes de armas biológicas. Dos de estos se ubican en Salman Pak y los otros 15 en diversas partes del país.
Camiones refrigerados, identificados en julio de 1990 en Salman Pak podrían ser utilizados para transportar material de armas biológicas desde la planta de producción. Iraq también posee varios potenciales sistemas y plataformas de distribución para dispersar bioagentes.
Equipos de la ONU creen que los iraquíes adquirieron en 1990 generadores de aerosol que podrían distribuir efectivamente una gama de armas biológicas.
Inspecciones de la ONU en Iraq encontraron 25 ojivas de misiles al-Hussein Scud llenas con agentes de guerra biológica incluyendo 13 rellenos con toxina de botulino, 10 con ántrax y dos con aflatoxina.
Estas armas se desarrollaron a comienzos de enero de 1991 en cuatro sitios, donde permanecieron durante la guerra del Golfo, según la ONU.
La producción total de Iraq comprende 19.000 litros de botulino, de los cuales 10.000 fueron colocados en municiones. De unos 8.500 litros de ántrax, 6.500 son componente de armas. Iraq también produjo 2.200 litros de Aflatoxina, de los cuales 1.580 litros se destinaron a armamento. (FIN/IPS/tra-en/jmo/rj/lp/ip-he/97