Aunque el Código Penal español castiga el maltrato a mujeres, en la mayoría de los casos no prosperan las denuncias o se aplican penas menores.
Para contribuir a cambiar esa situación, el oficial Instituto de la Mujer y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) iniciaron este lunes un seminario destinado a hacer conciencia sobre el tema en la sociedad y, en especial, en los jueces y fiscales.
En lo que va de año se denunciaron más de 16.500 casos de malos tratos, pero organismos oficiales y no gubernamentales coinciden en que esa cifra representa apenas cinco por ciento del total, ya que la mayoría de las maltratadas no presentan denuncias.
Y en gran medida eso se debe a que las mujeres que denuncian por lo general no son escuchadas ni tratadas como corresponde.
Amalia Gómez, secretaria general de Asuntos Sociales, recordó este lunes que la última mujer asesinada a golpes por su marido, la semana pasada, había colocado contra él 15 denuncias en los dos últimos años y su esposo seguía en libertad.
La abogada María José Varela, de la Asociación de Mujeres Juristas Themis, sostiene que antes que castigar a los maltratadores, hay que proteger a las maltratadas.
En la no gubernamental Comisión de Investigación de Malos Tratos a Mujeres, señalan que en la gran mayoría de los casos las denuncias, cuando llegan a prosperar en un juicio, terminan calificando a los delitos como faltas. Y el castigo al condenado no pasa de una multa o de un arresto domiciliario.
"Imagínese lo que supone para una mujer maltratada que condenen a su agresor a no moverse del escenario en el que le aplica las palizas", comentó un portavoz de esa organización.
Las mujeres maltratadas que lo decidan pueden abandonar su domicilio y asilarse en una Casa de Acogida. Pero, pregunta la abogada Carmen Pujol, "¿por qué casas de acogida para las mujeres y no granjas de rehabilitación para los maltratadores?".
El diario El Mundo publicó días atrás un diálogo registrado en una comisaría, a la que se presentó una mujer que terminó desistiendo de presentar una denuncia porque no tendría ningún tipo de protección policial.
"Si se entera mi marido me mata", había advertido ella. Debió volver a su hogar a seguir soportando las palizas.
Víctimas de los malos tratos en lo que va de año murieron medio centenar de mujeres.
La blandura de las penas se evidencia también en los procesos por asesinatos. María Teresa Macías, de 29 años, fue asesinada por su pareja, Miguel Ambrós, de 50, después de sufrir meses y meses de malos tratos sin denunciarlos.
El juez fijó una fianza a Ambrós y no prisión incondicional, por considerar el crimen "como hecho aislado que no causa alarma social".
En otro caso, ocurrido en Barcelona, el asesino, que mató a su mujer de siete puñaladas, fue condenado por un jurado sólo a seis años de prisión porque, dijo la sentencia, "aunque la mató no quería matarla". (FIN/IPS/td/dg/pr-hd/97)