CUBA: Muere importante teórico y dirigente comunista

Carlos Rafael Rodríguez, uno de los más importantes teóricos de la revolución de Cuba y el último de los comunistas de la vieja guardia entre la máxima dirigencia de este país, murió la noche del lunes a los 84 años de edad.

Enfermo hacía algún tiempo, Rodríguez trabajó hasta los últimos momentos de su vida y en el quinto congreso del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC), en octubre, fue reelecto miembro del Comité Central.

La elección fue interpretada en la isla como un reconocimiento merecido a quien supo combinar el ejercicio intelectual con la acción, fue partidario de la polémica y enemigo del dogmatismo.

"Con dificultades físicas, con dificultades en el trabajo, pero no ha faltado a una sola sesión del congreso. Es un compañero con una gran claridad mental", dijo el presidente cubano Fidel Castro durante la clausura del foro de los comunistas.

Rodríguez nació el 23 de mayo de 1913 en la ciudad de Cienfuegos, 336 kilómetros al sureste de La Habana. Cursó sus estudios primarios en un colegio jesuita y los secundarios en una escuela de los Hermanos Maristas.

Cuando en 1939 se graduó de las licenciaturas de Derecho y Ciencias Sociales en la Universidad de La Habana, llevaba tres años militando en el primer Partido Comunista de Cuba y, a pesar de eso, pudo mantener una cátedra universitaria.

Sus inquietudes políticas comenzaron diez años antes, en 1929, durante las luchas estudiantiles que terminaron con la salida del poder del presidente Gerardo Machado, considerado uno de los peores dictadores de la historia de Cuba.

La llamada "revolución del 30" tuvo entre sus líderes a los integrantes de uno de los movimientos intelectuales más importantes del siglo XX cubano, del cual Rodríguez era uno de sus últimos sobrevivientes.

De aquella década data uno de sus primeros ensayos teóricos, "Las clases en la revolución española", que, según afirmó después, fue escrito desde la perspectiva de quien "se convirtió a los 17 años en un revolucionario permanente".

"Muy pronto, sin embargo, se hizo imprescindible elegir entre la incipiente vocación de escritor y la muy reclamadora militancia", escribió a los 70 años en el prólogo a "Letra con filo", tres gruesos tomos que recogen lo fundamental de su obra.

"No se encontrarán aquí páginas neutrales", afirmó sobre sus escritos de política, economía y cultura, y aseguró que al título de la selección habría agregado que esa letra "tiene filo, contrafilo y punta"

En 1939 Rodríguez fue electo miembro del comité nacional del Partido Unión Revolucionaria Comunista y mantuvo esa posición cuando el grupo se convirtió en Partido Socialista Popular (PSP) y hasta su disolución en 1960.

Después del ataque al cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953, por un grupo de combatientes dirigidos por el hoy presidente Castro, Rodríguez fue colocado al frente de la actividad clandestina del PSP contra la dictadura de Fulgencio Batista.

Cuando en el seno de ese partido los militantes se debatíann entre apoyar o no la lucha armada, Rodríguez fue designado representante del PSP ante Fidel Castro, en las montañas de la Sierra Maestra, al oriente de Cuba.

En agosto de 1958 dejó La Habana para coordinar la ayuda del partido a las columnas que dirigían los comandantes Ernesto (Che) Guevara y Camilo Cienfuegos y se incorporó a las luchas guerrilleras hasta el triunfo de la Revolución de 1959.

"Miguel de Unamuno, iconoclasta perdurable, tituló uno de sus libros 'Contra esto y aquello'. Yo no tendría esa misma opción. Aquí los enemigos no son alternativos ni circunstanciales, no son 'éstos' o 'aquéllos'," escribió después.

Para Rodríguez, la opción a favor de la liberación nacional y el socialismo significaba que en la acera de "enfrente estaban la exclavitud colonial, la brutalidad imperialista, la discriminación y la opresión social".

Con esas ideas se sumó al bando de Castro durante la lucha insurreccional y después de su ascenso al poder. Entre 1959 y 1962 dirigió el periódico de los comunistas cubanos "Hoy" y entre 1963 y 1965 presidió el Instituto Nacional de Reforma Agraria.

Cuando en 1965 fue fundado el actual PCC, Rodríguez fue electo miembro de su Comité Central y del secretariado. Desde el primer congreso del partido, en 1975, y hasta octubre pasado, fue miembro de su máximo órgano de dirección, el Buró Político.

La larga lista de responsabilidades desempeñadas por Rodríguez incluye la de haber sido representatnte permanente de Cuba annte el Consejo de Ayuda Mutua Económica, el foro de integración del antiguo campo socialista.

En 1996 Castro le hizo entrega de la orden José Martí, la más alta distinción que concede la República de Cuba y que suele entregarse a presidentes de otros países o personalidades muy destacadas en sus lazos con la isla.

"Ha muerto uno de los más lúcidos y descollantes marxistas" de nuestro país", afirmó Juan Emilio Friguls, comentarista de la emisora estatal Radio Reloj. Otra periodista, Paquita de Armas, afirmó que Rodríguez "era tan marxista que practicaba la polémica".

Entre sus escritos propuso "una escritura de la historia de Cuba que utilice no las supuestas categorías estériles de un marxismo esclerosado, sino la forma vivaz, rica y bullente de los propios clásicos".

Los lectores pueden encontrar en su obra el primer intento de analizar el carrácter de clases de la sociedad cubana antes de 1959 y el hallazgo de un hilo conductor que marca el camino progresista del pensamiento cubano.

Rodríguez, que quisó quedar entre las personas "que escriben porque ha pensado", reconoció en sus textos él único mérito de "haber abierto caminos para indagaciones mayores". (FIN/IPS/da/mj/ip/97

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