La amnistía que el gobierno de Corea del Sur concedió a dos ex presidentes golpistas condenados por corrupción y traición fue largamente anunciada, no obstante lo cual provocó la reacción dividida del público.
Los ex mandatarios Chun Doo Hwan y Roh Tae Woo salieron de la prisión como hombres libres este lunes, después que el presidente Kim Young Sam les concediera el perdón oficial, con el apoyo del presidente electo Kim Dae Jung.
Los dos Kim eran viejos opositores de Chun y Roh, ex generales del ejército que tomaron el poder en un golpe de Estado en 1979. En los años 80, el gobierno de Chun condenó a muerte a Kim Dae Jung, sentencia luego conmutada a 20 años de prisión.
El perdón fue descrito como el primer paso hacia la reconciliación política en una sociedad amargamente dividida por los comicios celebrados el 18 de este mes.
Los observadores también afirman que la medida fue un intento de limitar el intenso regionalismo que los críticos sostienen podría complicar la capacidad para gobernar efectivamente de Kim Dae Jung en el país que enfrenta su peor crisis desde la guerra coreana.
De hecho, parece que Kim intenta ampliar su base de apoyo político. El presidente electo obtuvo 40,3 por ciento de los sufragios en las elecciones presidenciales de la semana pasada.
El perdón "es un obsequio del presidente Kim Young Sam al presidente electo para ayudarlo a unir a la nación en medio de la crisis económica", dijo un observador político.
Pero otros cuestionaron lo que implica para la justicia la libertad de líderes que abusaron de su poder y robaron al pueblo, junto con 23 asociados, después de breves períodos de castigo.
Cuando una corte del distrito de Seúl procesó a Chun y Roh en agosto del año pasado, Corea del Sur era considerada un país democrático que había asumido su pasado y juzgado a sus líderes abusivos.
Ahora, la Comisión de Derechos Humanos de Asia, con sede en Hong Kong, declaró: "El actual pacto para perdonar a estos dos criminales será considerado por muchos observadores como el comienzo de la avenencia de Kim Dae Jung con el autoritarismo".
"La concesión de la amnistía es una sutil transacción política realizada bajo el pretexto de la 'reconciliación', pero esta exige el arrepentimiento. Ahora los dos salen en libertad sin apenas una disculpa", añadió la organización.
La liberación de los ex presidentes caídos en desgracia sucedió tres días después de que Kim, llamado "DJ", se comprometió a poner fin al regionalismo y combatir la crisis económica de Corea del Sur como principal prioridad.
"Siento haber causado vuestra preocupación", declaró a la prensa al salir de prisión Chun, de 66 años,. "Estoy aliviado de que la nación tenga ahora a un líder experimentado y confiable como Kim Dae Jung para nuevo presidente".
Roh Tae Woo, quien gobernó al país entre 1988 y 1991, fue más cauteloso y parco al dejar la prisión con seis cajas de libros y documentos.
Cerca de 100 policías antimotines rodearon a los líderes y cientos de personas se agolparon a lo largo de las calles que conducen a las casas de Chun y Roh en Seúl, a sólo 300 metros de distancia entre sí. Ambos saludaron a la gente y se reencontraron con sus familias.
Las escenas fueron emotivas para quienes creen que llegó la hora de perdonar el pasado, embarazosas para otros que esperaban alguna señal de arrepentimiento, y fuente de resentimiento para los contrarios al perdón.
"Hay algo malo en perdonar a alguien que rara vez se arrepiente", manifestó Shim Gyu Sun, reportero en la escena. "Pero aunque resulte extraño, me sentí un poco liberado de las viejas cadenas de la venganza, el regionalismo y los juegos de poder".
En todo caso, dijo, el gobierno actual que juzgó a Chun y Roh por motín, traición y soborno también debería ser juzgado por "conducir a la economía casi a la bancarrota".
Chun y Roh fueron encarcelados por el papel que tuvieron en el golpe militar de 1979 y la cruenta represión de las manifestaciones por la democracia en la ciudad meridional de Kwangju en 1980, que causó la muerte de 200 personas. También fueron condenados por recibir enormes sobornos.
El tribunal de Seúl condenó a muerte a Chun y a 22 años y medio a Roh pero la Corte Suprema conmutó las sentencias a prisión perpetua para Chun y 17 años para Roh.
En septiembre, el candidato presidencial Lee Hoi Chang del Gran Partido Nacional también propuso el perdón para Chun y Roh.
Pero la solicitud, que Lee anunció cuando estaba perdiendo en la campaña, fue descartada como una "maniobra política para atraer votos" de los partidarios de Chun y Roh. La propuesta fue rechazada por el presidente Kim Young Sam.
"El perdón marca el comienzo de una nueva era en la unidad nacional para superar la crisis económica", dijo Kim Jae Woo, estudiante de la Universidad de Yonsei.
Pero para algunos la decisión apresurada permitió que grandes delincuentes quedaran impunes mientras otros "prisioneros de conciencia" permanecen en la cárcel sin compensar los errores de la masacre de Kwangju".
Algunos temen que Chun pueda volver a la política, ya que tiene el dinero para hacerlo.
"Por supuesto, Chun mantiene su influencia política intacta pero no hay posibilidad de que la ejerza en realidad porque ya perdió toda la base que tenía" para volver, dijo un analista que mantuvo su nombre en reserva.
Según la amnistía, Chun y Roh recuperaron sus derechos civiles pero el primero debe pagar una multa de 270 millones de dólares y el segundo de 350 millones.
Roh está por pagar la mayor parte de su multa y su casa fue hipotecada por los fiscales. Pero nadie sabe exactamente cuánto dinero tiene Chun y donde lo guarda, aunque algunos creen que cuenta con unos 90 millones de dólares en bonos con nombres ocultos.
"Tonterías", replicó Lee Yang Woo, abogado de Chun. "El ex presidente casi está en la bancarrota. Ahora tiene que preocuparse por conseguirse un medio de vida". (FIN/IPS/tra-en/amy/js/aq-lp/ip/97
