Para la caficultura de Colombia el actual fue un buen año debido a la recuperación de los precios internacionales tras un período de regulares cotizaciones, pese a que la producción se redujo en 13,9 por ciento respecto de 1996.
Jorge Cárdenas, gerente de la Federación Nacional de Cafeteros (Fedecafé), afirmó este viernes que en el año que concluye la cosecha fue de 10,8 millones de sacos de 60 kilogramos y, no obstante la reducción de la cosecha, el país cumplió con sus compromisos en el mercado internacional.
Las exportaciones fueron de 11,2 millones de sacos y para atender la demanda fue necesario utilizar dos millones de sacos de los inventarios.
Cárdenas dijo a IPS que luego de la crítica situación que soportaron los caficultores tras la ruptura del pacto de cuotas en 1989, en el año que concluye el mercado internacional representó mejores condiciones para la economía, pero también "una comercialización mas compleja".
En 1997 el precio en el mercado internacional fluctuó entre 1,2 y tres dólares por libra y la reducción mundial aumentó de 88,2 a 99,7 millones de dólares.
En tanto, la producción interna se redujo en 600.000 sacos afectada por los efectos del fenómeno climático del Niño y problemas con la broca, plaga que ataca los frutos maduros.
Las prolongadas sequías asociadas al fenómeno del Niño afectaron el crecimiento del grano, que no reunía el tamaño que exige el mercado internacional.
Para atenuar el impacto económico del fenómeno del Niño, Fedecafé autorizó la compra del grano averiado y las entidades crediticias reprogramaron sus créditos para los caficultores.
Pese a esta caída en el volumen, el valor de la cosecha interna aumentó 30 por ciento y también aumentó el consumo global, que pasó de 98 millones de sacos (1996) a 99,6 millones.
El balance de la situación mundial entregado por Fedecafé indica que por tipo de café los arabiga registraron una falta de 1,7 millones de sacos, que fue cubierto con inventarios de los países productores.
Así mismo, las exportaciones, estimadas en 80,2 millones de sacos, superaron los cálculos de consumo en los países importadores y para atender la demanda se utilizaron existencias de 4,1 millones de sacos de arábiga y 700.000 sacos de robusta.
Las existencias totales en los países productores se redujeron en 4,8 millones de sacos.
El ministro de Hacienda, Antonio Urdinola, consideró que en 1997 el sector de la caficultura jugó un papel importante en la reactivación de la economía, que pasará de un crecimiento de 2,1 por ciento en 1996 a cerca de tres por ciento en el año que concluye.
Los beneficios de un mayor precio al productor "dado el carácter democrático de la estructura productiva se irrigan entre las familias cafeteras"m que según el censo divulgado esta semana por Fedecafé, pasó de 302.945 en 1970 a 566.000 en 1997, afirmó el ministro.
Urdinola dijo en el Congreso Anual de Fedecafé, que concluyó este jueves, que las perspectivas para 1998 también "son relativamente buenas" debido a factores favorables, como el pequeño déficit en la oferta mundial, especialmente de la variedad arábica, que persiste.
Así mismo, Urdinola estima que el fuerte impacto del fenómeno del Niño en países como Indonesia y la menor cosecha anunciada por los centroamericanos, pueden significar cerca de dos millones menos de sacos en el mercado externo.
El ministro advirtió, no obstante, que 1998 debe ser un año estratégico para que los caficultores "se pongan al día con la renovación de sus cafetales" así como en el ajuste y racionalización de costos, en la incorporación de la tecnología de beneficio ecológico y en el saneamiento de sus deudas.
Los pronósticos internacionales indican una recuperación de la cosecha mundial para 1999 y un aumento en las existencias de los consumidores que conduciría a menores precios y a un mercado dominado por la demanda, por lo que la caficultura colombiana debe ser más agresiva en su "salto productivo", afirmó.
El caficultor Julio Marulanda dijo que la situación favorable que vive la caficultura debe llevar al gremio a prepararse para mejorar su productividad. Los retos deben orientarse también a la consolidación del café colombiano, diversificando sus productos, conquistar nuevos mercados y mejorar su competitividad, dijo. (FIN/IPS/yf/ag/if/97