El primer gobernador de la capital de México elegido en las urnas y símbolo de la oposición, Cuauhtémoc Cárdenas, prometió de nuevo el viernes cambiar el rostro de la ciudad al asumir su cargo en un clima solo comparable a la toma de posesión de un presidente.
Con la asistencia del presidente Ernesto Zedillo, quien se comprometió a respaldar a su opositor, decenas de invitados e innumerables medios de comunicación transmitiendo el acto en vivo, Cárdenas dijo que trabajará para crear "una ciudad de todos y para todos"
Atender los temas de la inseguridad, la corrupción y los vendedores ambulantes son asuntos prioritarios que se arreglan "hoy o nunca", dijo el flamante gobernador ante los miembros de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal y alrededor de 600 invitados.
Once años después de haber sido gobernador del estado de Michoacán por el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y 10 de haber roto con esa agrupación, Cárdenas llega al que se considera, luego de la Presidencia, el cargo público más difícil de México.
En tres años, el gobernador y su equipo, integrado por empresarios, urbanistas, académicos, dirigentes de organizaciones de izquierda, militares en retiro y hasta ex miembros del PRI, tienen el reto de solucionar los múltiples problemas de una las ciudades más pobladas y conflictivas del mundo.
Según una encuesta publicada este viernes por el diario Reforma, 84 por ciento de los capitalinos piensa que Cárdenas tiene la capacidad de administrar la ciudad y 71 cree que hará un buen trabajo.
El gobernador recibió los mayores aplausos a su discurso de posesión cuando sostuvo que la autoridad y la ciudadanía "ganarán la ciudad a los delincuentes".
Cárdenas manifestó que tres años de gestión son pocos para atender problemas como el del agua y el trasporte, pero suficientes para cambiar el rostro de corrupción, desorden y delincuencia que hoy caracterizan a la ciudad.
"No parece estar asumiendo el poder un simple gobernador, sino una especie de vicepresidente nacional, esto eclipsa la atención que tradicionalmente ha recibido el presidente de la República", apuntó el columnista del diario Reforma Sergio Sarmiento.
Y es que Cárdenas no sólo es un candidato que asume una gubernatura, sino también un símbolo del resurgimiento de la izquierda en América Latina y el emblema de quienes han luchado por la democratización de México.
Para muchos, el político, al que algunos medios de comunicación consideran ahora el segundo hombre más poderoso de México, es la persona ideal para competir por la Presidencia en el 2000.
Entre los invitados a la ceremonia de posesión, que fue seguida por una caminata del flamante gobernador por las calles de centro histórico, marchas de respaldo y un mitin en el que se festejó la posesión del cargo, estuvieron varios dirigentes políticos de izquierda de América Latina y Europa.
Candidato presidencial en 1988 y 1994 y fundador del opositor Partido de Revolución Democrática (PRD) en 1987, Cárdenas ganó ampliamente en las elecciones del 6 de julio, las primeras en las que la oposición arrebató al PRI la mayoría en el parlamento y la ciudadania eligió al gobernador de la capital.
Cárdenas, un ingeniero civil de 63 años, es el 22 gobernador de la ciudad de México desde 1929, pero el primero elegido por votación directa. Su antecesor, Oscar Espinosa, quien como los anteriores fue nombrado directamente por el presidente, fue designado este viernes nuevo secretario de Turismo.
La posición biligerante que Cárdenas mantuvo con los gobiernos del PRI desde 1986 se transformó los últimos días en un acercamiento con el presidente Zedillo, con quien el nuevo gobernador celebró reuniones para coordinar asuntos relacionados a la inseguridad que reina en la capital.
El acercamiento, que continuará los próximos años, según expresó Zedillo, contrasta con el ambiente de enfrentamiento que reina actualmente en la Cámara de Diputados entre el gobierno, el PRD y los otros partidos de oposición.
El viernes, los diputados rechazaron en una sesión en la que hubo hasta roces físicos el proyecto de miscelanea fiscal de 1998 enviado por el gobierno y bajaron de 15 a 12 por ciento el impuesto al valor agregado.
Las decisiones, que aún deben seguir otros trámites para ser efectivas, fueron rechazada por el PRI y por el presidente Zedillo, quien consideró que la actitud de los opositores resta dinero al Estado y capacidad para apoyar financieramente a Cárdenas.
A pesar que los diputados "dan la espalda al ingeniero Cárdenas, quiero decir enfáticamente que el presidente de la república no le dará la espalda", dijo Zedillo. (FIN/IPS/dc/dg- dam/ip/97