Las autoridades de Barbados decidieron construir una planta de desalinización en las afueras de Bridgetown, la capital de esta isla del Caribe oriental, una de las principales medidas dispustas para enfrentar una sequía prevista para 1998 a causa del fenómeno del "NIño".
Actualmente, toda el agua de consumo de Barbados procede de la lluvia, cuya filtración hacia los acuíferos subterráneos desde donde es bombeada demora en promedio tres meses.
El agua de origen pluvial apenas alcanza para satisfacer la demanda de la población, que utiliza unos 150 millones de litros por día. Se estima que, para fin de siglo, la demanda aumentará a 284 millones de litros diarios.
Barbados tiene uno de los consumos de agua por habitante más altos de la región: más de 450 litros diarios por persona. En 1978, en cambio, los habitantes utilizaban diariamente unos 92 litros de agua por día.
De los tres posibles métodos para hacer frente a la escasez de agua, la desalinización es la mejor opción porque el equipamiento necesario se vende en módulos que pueden armarse en apenas tres meses, explicó John Mwansa, director del Estudio de Pérdida de Agua de Barbados.
Las otras opciones serían la construcción de una planta de tratamiento de aguas y la reposición de caños rotos, pero cualquiera de ambas medidas llevaría años, según las autoridades.
La población de Barbados derrocha diariamente unos 27 millones de litros de agua. La mayor parte del desperdicio se debe a pérdidas de tuberías que muchas veces son difíciles de detectar, dado que el agua es absorbida por el poroso coral.
Además, aunque gran parte de las pérdidas se producen en tuberías domésticas, otras se deben a roturas en la red de caños utilizada por la autoridad estatal del agua para distribuir el elemento a los hogares.
La Autoridad del Agua de Barbados podría prepararse adecuadamente para la sequía si supiera la magnitud y la duración del fenómeno, algo que los meteorólogos y climatólogos no pueden predecir, explicó Mwansa.
Si el Niño perdiera fuerza, la sequía no ocurriría, afirmaron expertos de la Agencia Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos y de la Universidad de las Indias Occidentales.
"Si el fenómeno del Niño comenzara a desaparecer, el clima se volvería más húmedo, pero si persiste un año más, como muchos expertos predijeron, el clima permanecerá seco", afirmó Roger Pulwarty, del Centro de Diagnóstico Climático de la Universidad de Colorado.
Nuevas investigaciones demuestran que existe un lapso de cuatro a cinco meses entre la acción del Niño en el Pacífico y el impacto de esa acción en el Caribe, explicó Pulwarty.
Normalmente, El Niño se origina en los últimos meses de un año dado y tiene su pico a fin de año, por eso no se altera la temporada de lluvias de junio a noviembre. Luego, según su fuerza, puede o no afectar la temporada del año siguiente, agregó el científico.
Sin embargo, este año empezó más temprano y en unos pocos meses se volvió más fuerte de lo esperado. Como se prevé que el fenómeno durará hasta bien entrado 1998, probablemente afectará dos temporadas consecutivas de lluvia en el Caribe, concluyó Pulwarty. (FIN/IPS/tra-en/ta/cb/ml/en/97