En el nuevo parlamento que se instalará en Chile en marzo de 1998 aumentará la representación femenina, pero paradójicamente parece reducirse el espacio para el tratamiento legislativo de los temas de género.
De hecho, la esperada ley de divorcio difícilmente pasará el filtro de un Senado con mayor predominio conservador y todo indica que Chile ingresará al nuevo milenio como el único país del mundo carente de una normativa de este tipo.
En las elecciones parlamentarias del día 11 fueron elegidas 13 mujeres entre los 120 diputados, aumentando así en un tercio su representación de nueve diputadas en la cámara baja surgida de los anteriores comicios de 1993.
En el Senado, que renovó 20 de sus 38 cargos de elección popular, la presencia femenina se mantendrá con sólo dos parlamentarias, en tanto la nueva hornada de nueve senadores designados, que hasta ahora incluía a una mujer, será ahora exclusivamente masculina.
Las mujeres, que coparon 18,5 por ciento de las candidaturas a la Cámara de Diputados, ocuparán sólo 10,8 por ciento de los sillones en la nómina de legisladores que jurarán el 11 de marzo de 1998.
En las anteriores elecciones de diputados hubo sólo 7,5 por ciento de candidatas, y las postulantes al Senado tuvieron un explosivo crecimiento de 5,4 por ciento en 1993 a 15,7 por ciento en estos últimos comicios.
La escasa llegada de mujeres a la cámara alta se debe a que las dos grandes coaliciones -la gobernante y la oposición derechista- tuvieron pocas candidatas, al contrario de los partidos menores, como el Comunista o el Humanista.
Estas fuerzas están marginadas del parlamento por el sistema binominal, que implica elegir sólo dos cargos en cada distrito de diputados o circunscripción senatorial, lo cual favorece sólo a la mayoría y a la "gran minoría".
Hubo casos de candidatas que obtuvieron altas e imprevistas votaciones, sobre todo en las listas de la gobernante Concertación por la Democracia, pero que no alcanzaron a ser electas en virtud de este sistema.
La periodista socialista Carolina Rossetti y la abogada Carolina Tohá, independiente pro socialista, estuvieron entre las candidatas más votadas en distritos de Santiago, como compañeras de lista de "peces gordos" de la Democracia Cristiana (DC).
Rossetti obtuvo sólo cuatro por ciento menos que el presidente de la Cámara de Diputados, Gutenberg Martínez, y Tohá registró una diferencia similar con el líder de la DC, Enrique Krauss.
La única y espectacular ruptura del sistema binominal la protagonizó una mujer, Rosa González, en Arica, en el extremo norte del país, que alcanzó la primera mayoría en su distrito como independiente, al margen de los grandes pactos políticos.
Otras grandes triunfadoras fueron la senadora de la DC Carmen Frei, la diputada socialista Fanny Pollarolo, y la ex diputada Evelyn Matthei, que ganó una senaturía con el apoyo de la Unión Demócrata Independiente (UDI), de extrema derecha.
Lily Pérez, del Partido Renovación Nacional (PRN), de derecha moderada, fue electa diputada en el populoso distrito de La Florida en Santiago, derrotando por estrecho margen a Mariana Aylwin, de la DC.
La salida de la Cámara de Diputados de la hija del ex presidente Patricio Aylwin (1990-94) es una pérdida sensible para las organizaciones femeninas, ya que fue la principal impulsora de la ley de divorcio.
Esta ley fue aprobada ya por la Cámara de Diputados, pero difícilmente alcanzará mayoría en el Senado, donde encontrará obstáculos no sólo en la derecha conservadora y en la llamada "bancada militar" que encabezará el ex dictador Augusto Pinochet.
Incluso en la oficialista Concertación por la Democracia hay senadores democristianos que se oponen a que Chile cuente con una ley de divorcio, cediendo así a las presiones del Vaticano y de la jerarquía de la Iglesia Católica chilena.
Otra ley que está en peligro es la que elimina las diferencias entre hijos legítimos (nacidos en el matrimonio), naturales (nacidos fuera del matrimonio pero reconocidos por sus progenitores) e ilegítimos (no reconocidos por el padre).
Pía Guzmán, nueva diputada del PRN, así como Angélica Cristi, reelegida por el mismo partido, son contrarias a las normas de esta ley que eliminan las discriminaciones para estas tres "categorías" de hijos en materia de herencias.
En términos generales, el fortalecimiento en estas últimas elecciones de la llamada derecha "dura" o conservador, identificada con la UDI y algunos sectores del PRN, implicará retrocesos para la equidad de género.
No sólo el divorcio y la igualdad total de los hijos están bajo amenaza de naufragar en las conservadoras y militarizadas aguas del Senado chileno, sino también otras propuestas de ley en trámite.
Es el caso de los intentos de legislar sobre el acoso sexual, la mayor cobertura de jardines infantiles y salas-cuna, el aumento de las pensiones a las viudas o la flexibilización de la jornada laboral.
Los programas escolares de educación sexual, la reforma y ampliación de la ley de violencia intrafamiliar y la prohibición del "test de embarazo" para postular a un empleo, son otras reivindicaciones de género sumidas hoy en la incertidumbre. (FIN/IPS/ggr/ag/ip-pr/97