Los partidos derechistas de Chile, que reivindican los 17 años de dictadura militar, se aproximan a las elecciones legislativas del jueves 11 en medio de tensiones generadas por las aspiraciones de convertirse en una opción de gobierno a fin de siglo.
La derecha chilena, en la oposición desde que se reinstauró la democracia en 1990 tras la dictadura del general Augusto Pinochet, busca fórmulas que le permitan aumentar su votación, de 17 por ciento en las municipales de 1996.
El debate entre los partidos Renovación Nacional (RN) y Unión Democrática Independiente (UDI), se acentuó después que el alcalde más popular del país, el derechista Joaquín Lavín, advirtiera que no está dispuesto a encasillarse en una tendencia política, si decide aspirar a la presidencia.
Lavín, militante de la UDI, puso sobre la mesa un mensaje: si la derecha chilena aspira competir seriamente por la presidencia en las elecciones de 1999, deberá buscar apoyo más allá de sus fronteras políticas.
Más de ocho millones de chilenos fueron convocados para votar en las elecciones legislativas del próximo jueves, destinadas a cambiar la totalidad de los 120 diputados y 19 de los 46 senadores.
Hay más de 500 candidatos compitiendo a lo largo de los 4.500 kilómetros de Chile, pero los observadores políticos tienen los ojos puestos en la feroz contienda entre los dos candidatos al Senado en la zona de Santiago Oriente.
Las encuestas y analistas políticos descartan que Andrés Allamand, de RN, o Carlos Bombal, de la UDI, logren la primera mayoría, pero uno de ellos dos seguramente ocupará el segundo sillón a la cámara alta que se elegirá en esa circunscripción.
Se da por descontado que la primera mayoría la conquistaría un candidato de la gobernante Concertación por la Democracia, formada por partidos de centroizquierda y la Democracia Cristiana (DC).
Las campañas de Bombal y Allamand son inusualmente agresivas, y cada uno de ellos trata de definir una opción para el futuro de la derecha, sin que se vislumbre la posibilidad de un acuerdo. "En este duelo muere uno", comentó el conservador diario El Mercurio al analizar esa disputa.
Allamand, considerado como un posible candidato a la presidencia, ha introducido importantes reformas en RN, logrando encauzar a ese partido hacia una posición menos radical, más dispuesta a acuerdos con el gobierno, a la cual se refiere como una opción de "derecha liberal".
"Si gano la derecha se amplía", afirma Allamand, quien cree que captará votos independientes e incluso de la DC, con un discurso que incluye el reconocimiento de excesos durante la dictadura y su respaldo a modificaciones a la Constitución de 1980, aprobada en pleno régimen militar.
Sin embargo el dirigente de RN no reniega del gobierno de Pinochet, lo cual le acarrearía aún más dificultades con los sectores conservadores de su partido, sino que insiste en reconocer los logros de modernización económica.
Todos los observadores políticos del país coinciden en señalar que si Allamand no es elegido al Senado, difícilmente podrá ser una opción para la presidencia.
La UDI, entretanto, mantiene sus filas cerradas en defensa de Pinochet y de los 17 años de dictadura militar, con muy poco espacio para las críticas.
Bombal, que fue alcalde de Santiago nombrado "a dedo" por el gobierno militar, asegura que su triunfo "generará la unidad" de la oposición derechista, un sector al cual insiste en denominar "centroderecha".
En casi todos los carteles y videos de la campaña, Bombal aparece acompañado por la cara sonriente de Lavín, en evidente deseo por dejar en claro que está vinculado a una personalidad tan popular.
Lavín, economista destacado de la tendencia liberal de los "Chicago Boys" que tuvieron influencia decisiva sobre la política económica de Pinochet y que se desempeñó como asesor de la Oficina de Planificación durante la dictadura, es alcalde del pudiente municipio de Las Condes.
El militante de la UDI fue reelegido en 1996 con casi 80 por ciento de los votos, lo que demostró su capacidad de captar votos por encima de las preferencias partidistas, una ventaja que no está dispuesto a capitular.
Si hubiera primarias para decidir un candidato de la derecha "me voy para mi casa", advirtió el alcalde esta semana, en declaraciones que impactaron profundamente a la derecha.
Sectores conservadores de RN, entretanto, advirtieron que la única posibilidad de la derecha para conquistar el poder en un Chile democrático es la unidad, pues tener dos candidatos "sería mortal".
El presidente del Senado y dirigente de RN, Sergio Romero, propuso que los dos partidos funden una "Alianza por la libertad" con miras a las elecciones presidenciales de 1999.
Este hecho no pasó desapercibido para los partidos de la alianza gobernante, que calificaron como "una broma macabra" que hablen de libertad "los que negaron la libertad durante 17 años", en clara alusión a la identificación de la derecha con el régimen de Pinochet.
"Es una ofensa a la memoria histórica de los chilenos", comentó Camilo Escalona, presidente del Partido Socialista, miembro de la Concertación gobernante. (FIN/IPS/lac/ag/ip/97