La institucionalidad heredada de la dictadura del general Augusto Pinochet emergió hoy fortalecida en Chile, a la luz de los resultados de las elecciones parlamentarias celebradas este jueves.
Los comicios no alteraron en términos gruesos la correlación de fuerzas entre la gobernante coalición de centroizquierda y la oposición derechista, pero en esta última el sector "duro" ganó posiciones a costa de la corriente más liberal.
Esta elección parlamentaria, la tercera desde el proceso de restauración democrática iniciado con el plebiscito presidencial de 1988, se caracterizó además por altos porcentajes de abstención, así como de votos nulos y en blanco.
En la renovación de las 120 bancas de la Cámara de Diputados, la gobernante Concertación por la Democracia mantuvo su representación de 70 cargos, aunque su apoyo electoral bajó de 55,4 por ciento en las anteriores parlamentarias de 1993 a 50,5 por ciento en esta oportunidad.
El opositor Pacto Unión por Chile, de derecha, incrementó su votación de 33,5 a 36,2 por ciento, y elevó su número de diputados de 45 a 47, en tanto la Unión de Centro-Centro Progresista (UCCP), de derecha populista, obtuvo ahora una diputación.
Resultaron también electos dos independientes al margen de los grandes pactos, en tanto el Partido Comunista (PC) volvió a quedar marginado del parlamento, pese a que el respaldo a la izquierda marxista otodoxa aumentó de 6,4 por ciento en 1993 a 7,5 por ciento en estos últimos comicios.
El Partido Humanista, una agrupación de pacifistas y ecologistas que en 1992 rompió con la coalición de gobierno, aumentó su votación de 1,4 a 2,9 por ciento, pero al igual que los comunistas sigue excluido del Congreso.
El sistema binominal impuesto por la dictadura de Pinochet (1973-90) para los comicios parlamentarios, determina que en cada distrito de diputados o circunscripción senatorial se elijan sólo dos representantes.
Con esto se favorece a las "grandes minorías", representadas en este caso por la derecha, a las cuales le basta superar un tercio de la votación para asegurar un cargo, y se perjudica a las fuerzas menores, como el PC y los humanistas.
En esta elección se renovaron también 20 de las 38 senaturías originadas en el voto popular, ya que las 47 bancas de la cámara alta incluyen también a nueve senadores designados y aumentarán desde el 11 de marzo de 1998 a 48, con Pinochet como senador vitalicio.
La coalición gobernante confiaba en duplicar a la derecha en tres circunscripciones para alterar a su favor la relación de fuerzas en el Senado, pero finalmente el oficialismo, que contaba con 12 de los 20 cargos de senadores en disputa, bajó a 11.
De esta manera, y considerando sólo a los 38 senadores de elección popular, en la cámara alta que se instalará en mazo próximo el gobierno del presidente Eduardo Frei contará con 20 representantes, uno menos que en la actualidad.
El pacto derechista aumentará en cambio de 16 a 17 senadores y la UCCP mantendrá a su líder, el magnate Francisco Javier Errázuriz, como su único exponente en la cámara alta.
Pese a su cómoda ventaja en la Cámara de Diputados, el oficialismo no contará con los 72 votos que se requieren para reformas constitucionales, ni menos con los 80 exigidos para las reformas especiales, relativas a las Fuerzas Armadas y otros puntos medulares de institucionalidad heredada de Pinochet.
El panorama es aún más crítico para el gobierno en el Senado, donde los quórums serán de 29 votos para reformas constitucionales generales y 32 para especiales, sobre un total de 48 senadores, incluyendo a los designados y a Pinochet como vitalicio.
De los nueve senadores que se designarán en las próximas semanas, cuatro representarán a las Fuerzas Armadas y la policía de Carabineros, dos a la Corte Suprema de Justicia, uno a ex rectores universitarios, otro a ex ministros y el último será un ex Contralor General de la Nación.
En el concierto de los designados predominarían los defensores de la institucionalidad pinochetista, fortalecidos por los triunfos alcanzados en la elección senatorial por connotados partidarios del ex dictador en las listas de la derecha.
Entre los triunfadores de los comicios de este jueves están el ex alcalde de Pinochet en Santiago Carlos Bombal, el ex ministro de la dictadura Sergio Fernández y el ex director de Carabineros general Rodolfo Stange.
Todos ellos fueron postulados por la Unión Demócrata Independiente (UDI), expresión en el pacto opositor de la derecha "dura", que arrebató varias senaturias y diputaciones a su aliado, el Partido Renovación Nacional, de orientación más liberal.
El presidente Frei resaltó en un mensaje cerca de la medianoche del jueves el hecho de que la coalición de gobierno mantenga mayoría absoluta en las siete elecciones presidenciales, municipales y parlamentarias celebradas desde 1989.
No obstante, el mandatario, militante del PDC, dejó traslucir su inquietud por la baja de la votación oficialista, atribuida casi exclusivamente al retroceso de su partido, que bajó de 27,1 por ciento en 1993 a 23 por ciento en estas elecciones.
El gobierno y la oposición derechista resaltaron también con preocupación el gran volumen de votos nulos y en blanco, que ascendió a 18 por ciento del total de 6.912.401 sufragios depositados en la elección de diputados en todo el país.
La abstención, aún no calculada oficialmente, habría sido del orden de 15 por ciento, superior al 12 por ciento de las municipales de octubre de 1996, considerando que el padrón electoral del país es de alrededor de ocho millones de ciudadanos.
A la abstención y a los votos nulos y en blanco se suma como otro factor el hecho de que más de un millón de jóvenes mayores de 18 años no se inscribieron en los registros electorales, lo cual es interpretado como expresión de apatía y desencanto hacia la política.
Si bien el PC y los humanistas capitalizaron el alguna medida el descontento, su expresión más trascendente estuvo en el voto de castigo al gobierno, y particularmente al PDC, que tuvo la mayor caída en apoyo electoral, aunque aumentó de 13 a 14 senadores y de 35 a 39 diputados.
El bloque de izquierda de la Concertación, de los partidos Por la Democracia y Socialista (PPD-PS) bajó de siete a seis senadores y de 31 a 27 diputados, pero en caudal electoral supero al PDC, al alcanzar 23,7 por ciento de los votos. (FIN/IPS/ggr/ag/ip/97