Un ensayo que plantea una mirada crítica hacia los elogiados modelos de desarrollo económico y de transición a la democracia de Chile es el "personaje del año" en este país latinoamericano, según una conocida periodista.
"Chile Actual. Anatomía de un mito", ensayo del sociólogo Tomás Moulian convertido en un éxito de ventas, recibió ese calificativo de parte de Patricia Verdugo, Premio Nacional de Periodismo 1997.
El mérito principal de este libro, que lleva publicadas ocho ediciones desde junio, es plantear una mirada alternativa al "Chile oficial", según Verdugo.
Al analizar la anatomía de este mito, Moulian no sólo dio argumentos sólidos a los desencantados y frustrados por el proceso de restauración democrática que se abrió a finales de la década del 80.
El libro fue también premonitorio, pues anticipó la evolución inmediata del sistema de tránsito a la democracia negociado con la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-1990), que alcanzó un alto grado de cristalización en las elecciones parlamentarias del 11 de diciembre.
En esos comicios no solo se fortaleció la llamada derecha "dura", que tendrá un peso decisivo en el Senado desde marzo de 1998, sino que además se articuló un nuevo Congreso en que Pinochet tendrá un sillón como senador vitalicio.
"Con esto culmina la operación de 'blanqueo' de la figura de Pinochet", señala Moulian, quien en su libro menciona como uno de los elementos de la transición "la cirugía plástica, la operación transexual que convirtió al Dictador en el Patriarca".
En casi 400 páginas, el libro describe "la jaula de hierro" institucional en que se debate la restringida democracia chilena, con el sistema electoral binominal, los senadores designados y otros "amarres" dictatoriales y la aceptación implícita de las Fuerzas Armadas como poder del Estado.
El Chile actual es la culminación exitosa de un gran acto de "transformismo", que apunta a la perpetuación del modelo neoliberal impuesto por la dictadura sin su brutal marco represivo, señala Moulian.
La imagen del "gatopardismo", de cambiar para permanecer, se aplica con toda propiedad al proceso de transición que bajo la vigilante y amenazante mirada de los militares se articuló en Chile a partir del plebiscito presidencial de 1988.
Es el Chile del olvido y de la aceptación, donde bajo la premisa del consenso se deriva en el "blanqueo" de los crímenes represivos cometidos por agentes del Estado durante la dictadura, advierte el libro.
Para Moulian, el "Informe Rettig", dado a conocer en 1991 por el entonces presidente Patricio Aylwin con una relación de los 2.500 casos de desaparecidos y asesinados, fue "un gran acto simbólico a través del cual la nación asumió su responsabilidad, pero también un espectacular acto de evasión".
"Allí se consagró, a través de una cuidada liturgia, la instalación del eufemismo como respuesta a los crímenes", apunta el autor.
"Se oficializó el desvanecimiento en el colectivo de la responsabilidad individual que, de acuerdo a los principios de autoridad y los códigos de honor, correspondía a los comandantes en jefe de las diferentes ramas de las Fuerzas Armadas", agrega.
"Páramo del ciudadano y paraíso del consumidor". Bajo esta caracterización, Moulian profundiza en la esencia de un país donde la "jaula de hierro" que encierra a la democracia ofrece el escape del consumismo.
La revolución capitalista gestada bajo la dictadura de Pinochet implicó cambiar la antigua matriz populista del Estado a una matriz neoliberal, productivista y consumista, que no solo determina las conductas económicas sino también las sociales y políticas.
El Chile de antaño se desenvolvía en una interlocución permanente, a veces conflictiva, entre el Estado, los empresarios y un consolidado sindicalismo, en que se convenían los mecanismos de distribución del ingreso, sobre todo por la vía salarial y del control de precios.
En el país de hoy imperan las leyes del mercado, con políticas de desregulaciones laborales y de precios, cuya materialización fue posible gracias a la proscripción y persecución durante la dictadura de un sindicalismo que continúa debilitado.
Al chileno de hoy, que carece de instrumentos reales de participación política y de sindicatos fuertes para la lucha salarial, el sistema lo induce al individualismo, pero a la vez le ofrece la compensación del consumo por la vía de la masificación del crédito.
Es el "ciudadano credit-card", armado por un arsenal de dinero plástico, que a través del endeudamiento progresivo accede a la adquisición de algunos bienes y con ello cree igualarse a los más ricos, compartiendo las imágenes de éxito del modelo económico.
El "mall" (centro comercial) es el templo de esta pasión consumista en que las deudas ocultan la pobreza y la desigual distribución del ingreso y dan paso a un conformismo que garantiza la reproducción del sistema, señala Moulian.
El transito de la dictadura a la actual democracia restringida es a la postre el marco en que se conjuga la continuidad del modelo neoliberal y allí están las claves del transformismo que alimenta al mito del Chile actual.
Calificado como un ensayo contestario, pero a la vez lúcido por la rigurosidad y profundidad del análisis, el libro de Moulian fue uno de los puntos altos de 1997, un año que deja para Chile un positivo balance intelectual y críticas perspectivas políticas. (FIN/IPS/ggr/mj/ip cr/97