BRASIL: Carrera por la educación moviliza a empresas y Estado

Brasil conoce una verdadera sed de educación, provocada por el reconocimiento de su precariedad en esa área y del carácter decisivo de la enseñanza en un mundo cada vez más competitivo.

El presidente Fernando Henrique Cardoso sancionó el miércoles la ley de Renta Mínima, que asegura una ayuda financiera regular a las familias pobres, a condición de que mantengan en la escuela a sus hijos o a dependientes menores de 14 años.

La legislación establece que el gobierno central aportará hasta la mitad de los recursos necesarios a los municipios que implanten el programa. Serán favorecidas las familias cuyo ingreso per cápita no supere 55 dólares mensuales y se compruebe que sus niños frecuentan la escuela.

Este es un programa que ya se aplica en algunas regiones que concentran el trabajo infantil.

La gobernación de Brasilia fue pionera en la materia, al ofrecer becas que ya benefician a unos 43.000 alumnos.

El proyecto de ley originalmente buscaba combatir la extrema pobreza en los bolsones de miseria que existen en todas la áreas del país, incluso en las grandes metrópolis.

Pero fue modificado en los debates parlamentarios, en el sentido de vincular la aentrega de fondos a la escolaridad.

En Brasil, según estadísticas oficiales, hay 2,7 millones de niños fuera de la escuela, lo que corresponde a nueve por ciento de la población en edad de escolaridad obligatoria, entre siete y 14 años. Las "becas" buscan reducir esa exclusión.

No obstante, sin la movilización de toda la sociedad,no será posible cumplir la campaña "todos los niños en la escuela", un reto lanzado por el gobierno para los próximos años.

La tragedia escolar brasileña tiene otras cifras impresionantes.

Sólo 4,5 por ciento de los alumnos concluyen la enseñanza primaria en los ocho años previstos, el 40 por ciento es reprobado ya en el primer año. El 30 por ciento que logra concluir esta fase lo hace en 11,2 años.

Las repeticiones y el abandono de la escuela hacen de la enseñanza brasileña una de las peores en América Latina, superada incluso por países mucho más pobres, como Perú y Ecuador.

El empresariado parece convencido de la necesidad de mejorar la enseñanza en el país, ante las nuevas exigencias tecnológicas que impone la globalización económica. Sus iniciativas en favor de la educación se multiplican.

En Minas Gerais, estado que logró los mayores avances educativos en los últimos años, las empresas industriales están "adoptando" escuelas y ayudándolas a superar sus insuficiencias.

Latas de Aluminio S.A (Latasa), por ejemplo, decidió destinar unos 2.000 dólares mensuales a ayudar a una escuela que atiende un barrio pobre de Pouso Alegre, en el Sur del estado, desde 1992.

Su contribución permitió mejorar la merienda escolar, ofrecer transporte a los niños que viven lejos y capacitar a los maestros. En cuatro años el índice de fracaso en la escuela cayó de 58 a 14 por ciento.

La Federación de Industrias de Minas Gerais concede anualmente premios a sus afiliadas más exitosas en la asistencia a escuelas. Este año disputaron ese reconocimiento 65 firmas. La Latasa obtuvo el segundo lugar.

Fue superada por Aceros Especiales Itabira, una siderúrgica que se "asoció" a 21 escuelas en el municipio donde tiene su planta, el de Timteo. En dos de ellas, la evasión de alumnos, otro grave problema en la enseñanza brasileña, se redujo a cero.

La meta anunciada por el presidente de la Federación, Stefan Salej, es que las 10.000 escuelas públicas de Minas Gerais tengan su "socio" empresarial dentro de algunos años. "Es factible", opinó, porque en el estado hay 70.000 empresas.

Otro esfuerzo en que se lanzó el gobierno central es la reducción del analfabetismo, que afecta a unos 20 millones de brasileños o 15,6 por ciento de la población en edad escolar o universitaria.

El Programa Comunidad Solidaria, dirigido por Ruth Cardoso, esposa del presidente Fernando Henrique Cardosos, apunta a alfabetizar a los jóvenes de entre 15 y 19 años en municipios donde el analfabetismo en esa franja etaria supera 50 por ciento.

La "Alfabetización Solidaria" inició en el primer semestre de este año, con 9.000 jóvenes en 38 municipios. Empresas "adoptaron" municipios y la campaña contó con la asistencia de universidades que capacitaron a los maestros.

En este segundo semestre se elevó la meta a 40.000 alumnos en 120 municipios y en el próximo a 50.000 jóvenes de 200 municipios, con la ayuda de 105 universidades y 37 empresas. Ahora se contemplan municipios con más de 42 por ciento de analfabetismo entre adolescentes.

La meta es alfabetizar medio millón en los próximos 18 meses, anunció Ruth Cardoso, recordando que ello "cambiaría la faz del país", ya que representa un tercio de los 1,5 millones de jóvenes de 15 a 19 años aún analfabetos. (FIN/IPS/mo/dg/pr-ed/97

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