El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, viajó hoy a Londres, donde buscará recuperar las inversiones británicas en su país e incrementar el comercio bilateral, durante una visita oficial de cinco días.
Los capitales británicos, históricamente entre las más importantes inversiones extranjeras en Brasil, escasearon últimamente, al contrario del flujo desde otros países europeos, como Alemania y Francia, destacó Cardoso, para justificar su principal objetivo.
La visita cobra importancia por ser la primera tras la llegada al poder en Londres del Partido Laborista, con el gobierno de Tony Blair, y luego de las turbulencias financieras iniciadas en Asia, evaluó el embajador brasileño en Gran Bretaña, Rubens Barbosa.
El gobierno británico considera a Brasil como uno de los 10 países de sus relaciones "estratégicas y preferenciales", escribió el embajador en un artículo publicado en el diario O Estado de Sao Paulo.
Pero el comercio bilateral, tal como las inversiones, tiene una evolución desfavorable para Brasil en la década actual, en una tendencia similar al intercambio del país con otras naciones industrializadas, tanto de Europa como de otros continentes.
De un superavit record de 880 millones de dólares obtenido en 1992, Brasil pasa este año a tener su primer déficit en la relación comercial con Gran Bretaña. Hasta septiembre, el flujo ya era negativo en 150 millones de dólares.
Las exportaciones brasileñas se estancaron en cerca de 1.200 millones de dólares desde el inicio de los años 90, mientras las importaciones desde Gran Bretaña se triplicaron, pasando de 417 millones de dólares en 1990 a 1.250 millones el año pasado y a 1.089 millones de enero a septiembre de este año.
La primera actividad de Cardoso en Londres será una reunión este martes con 250 empresarios, para explicarles la situación económica de Brasil y las ventajas de destinarle inversiones. Luego tratará asuntos financieros con banqueros británicos.
Cardoso y sus auxiliares económicos explicarán a sus interlocutores las grandes oportunidades de inversiones que ofrece Brasil, especialmente en la privatización y los grandes proyectos de infraestructura que impulsa el país actualmente.
En Londres, los gobernantes brasileños enfrentan también el reto de mejorar la imagen internacional de Brasil en áreas sensibles, como el medio ambiente y los derechos humanos.
Para evitar repercusiones negativas durante la visita, el gobierno brasileño habría aplazado la divulgación de un estudio sobre la destrucción de bosques amazónicos, según la revista Veja de esta semana.
Los datos de la deforestación en 1995 y 1996 fueron anunciados para este lunes, pero asesores presidenciales ordenaron al Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE) postergarlos para después del viaje de Cardoso, dijo la revista.
Telma Krug, coordinadora general de Observación de la Tierra en el INPE, desmintió a IPS tal maniobra, asegurando que el retraso en la divulgación se debió a dificultades de la investigación, hecha en base a imágenes del satélite Landsat.
"El proyecto sólo tuvo inicio efectivo en julio" y los detalles pedidos por las autoridades ambientales, como identificación de sitios de la deforestación, causas, tipo de vegetación y tamaño de las áreas afectadas, impidieron cumplir el plazo fijado inicialmente, explicó Krug.
Los estudios sobre daños a los bosques amazónicos se hacen irregularmente por escasez de recursos, reconoció la experta. Las mediciones se interrumpieron en 1991, hasta que en 1996 se hicieron las correspondientes a 1992 y 1994, y ahora las de 1995 y 1996, por iniciativa del presidente Cardoso, añadió.
El trabajo infantil, que afecta el estudio y el desarrollo de por lo menos 2,6 millones de niños, las masacres de campesinos, presos y niños de la calle, la existencia de numerosos campamentos del Movimiento de los Sin Tierra que esperan la reforma agraria, son otras manchas en la imagen de Brasil.
Para intentar contrarrestar la repercusión negativa de las noticias brasileñas, altos funcionarios del área social, como el Secretario Nacional de Derechos Humanos, José Gregori, acompañan a Cardoso en esta nueva incursión por Europa. (FIN/IPS/mo/ag/ip- if/97