AMERICA LATINA: La tuberculosis es una amenaza latente

Diariamente en América Latina alrededor de mil personas contraen tuberculosis y otras 200 mueren por la misma causa, de acuerdo a diversos estudios de organismos especializados que señalan a esta enfermedad como una de las diez principales causantes de muerte en la region.

Sin embargo, el resurgimiento de la tuberculosis, una enfermedad que se creía controlada gracias a eficaces campañas de salud, no es prerrogativa de América Latina.

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente mueren en el mundo aproximadamente 2,5 millones de personas afectadas de tuberculosis.

La acelerada propagación del virus VIH, causante del sida, es una de las causas del resurgimiento de esta enfermedad en el mundo, ya que un enfermo de sida desarrolla más rápidamente la enfermedad y la esparce con facilidad al toser.

La OMS estima que en los próximos diez años la cifra de muertes por tuberculosis subirá hasta cuatro millones al año. En la actualidad, es la principal causa de muerte para casi un tercio de los infectados por el virus VIH a nivel mundial, según datos de Naciones Unidas.

Por su parte, la OMS estima que cerca de dos tercios de los infectados con VIH buscan paralelamente un tratamiento contra la tuberculosis.

En la década del 40, este mal dejó de ser mortal gracias a la aplicación de antibióticos potentes que deben ser tomados ininterrumpidamente durante seis meses.

Sin embargo, como suele ocurrir con este tipo de tratamientos, la mycobacterium tuberculosis o bacilo de Koch, trasmisor de la enfermedad, se hizo resistente a las drogas y mutó hacia variantes más dañinas.

No es casual que cepas de mycobacterium tuberculosis mucho más resistentes que las tradicionales se hayan detectado recintemente en India y Brasil, países con un gran porcentaje de pobladores en extrema pobreza.

Según la OMS, en Brasil, 55 de 100.000 habitantes son tuberculosos y en India, la tasa de mortalidad por esta enfermedad oscila entre cinco y siete por cada 10.000 habitantes, dependiendo de las regiones.

"La tuberculosis incuestionablemente es una enfermedad de la pobreza", afirma Manuel Quimper, especialista del Instituto Nacional de Salud de Lima.

"El crecimiento poblacional ha permitido que en las regiones más pobres resurja este problema que supera con creces a los recursos médicos", señala.

"Los bajos niveles nutricionales y de salud favorecen la propagación de la enfermedad, es por eso que un enfermo de sida, que tiene su sistema inmunologico tremendamente debilitado, es presa fácil del bacilo", explica.

"Llega un momento que el seguimiento de los casos de tuberculosis se hace incontrolable", indica.

"La infraestructura de salud no es capaz ya de llegar a toda la población afectada y vigilar que se siga el tratamiento y ello es peor porque la bacteria no sólo se hace más resistente sino que el enfermo requerirá dosis mayores y mas potentes y se entra a un circulo vicioso", agrega.

Para evitar que ello ocurra, en algunos hospitales de Estados Unidos se retiene a los tuberculosos por la fuerza. De esa manera se ha logrado reducir las tasas de tuberculosis en un 20 por ciento en los dos últimos años en ese país.

Pero eso es imposible en América Latina, donde en algunas zonas pobres, pese a los esfuerzos de las autoridades, la tuberculosis registra cifras por encima del promedio.

Perú ostenta los niveles más altos: 208 de cada 100.000 habitantes son portadores de la enfermedad y cada año se presentan 40.000 nuevos casos, de acuerdo a cifras oficiales.

Otros países que registran altos índices de enfermos de TBC, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), son Bolivia, con 130 enfermos por cada 100.000 habitantes, Ecuador, con 86,3, y Honduras, con 78 enfermos por 100.000 habitantes.

Pero son las zonas andinas de Ecuador, Bolivia y Perú, donde según la OPS se registran los casos más dramáticos.

Allí, la tuberculosis es motivo de muerte para cada siete de 10.000 habitantes, en promedio.

Pero si estas cifras son de por sí preocupantes, lo es mucho más comprobar que determinados grupos de población en dichas zonas, como los mineros, se han acostumbrado a convivir con la esta y otras peligrosas enfermedades pulmonares.

Un estudio realizado por el Instituto de Investigación Profesional en las minas andinas ubicadas por encima de los 2.800 metros de altitud del Perú, detectó que 50,5 por ciento de los mineros examinados presentaban problemas pulmonares y respiratorios.

El 20 por ciento presentaba silicosis y otro 20 por ciento, tuberculosis. Y casi 40 por ciento de los que padecían silicosis presentaban, además, tuberculosis. Otro 37 por ciento presentaba tuberculosis mal curada.

La situación es más grave entre los mineros informales, es decir aquellos que se internan en los socavones por su cuenta y riesgo, para extraer diversos minerales que luego venden al mejor postor. Tres cuartas partes de 828 examinados presentaban tuberculosis.

"Ellos no solamente exponen su vida, sino que al no recibir tratamiento trasladan la enfermedad a sus hogares", expresó el neumólogo Francisco Kikushima, director del Instituto.

Esta combinación de enfermedades ha traído como consecuencia una sensible disminución en las expectativas de vida de los mineros andinos: 49 años en promedio, mientras que en otros países mineros la expectativa es de 60 años. (FIN/IPS/zp/dg/HE_PR/97

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