La segunda Cumbre de las Américas será "el acontecimiento del año" para Chile en 1998, a pesar de que el tono cauto del lanzamiento del área hemisférica de libre comercio contrariará las expectativas abiertas en Miami en 1994.
El segundo encuentro de los gobernantes de 34 países del continente, con la sola excepción de Cuba, se celebrará en Santiago los días 18 y 19 de abril y será el punto de partida para la creación de Area de Libre Comercio de América (ALCA).
Salvo sorpresas de última hora, es ya un hecho que el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, llegará a la capital chilena sin la ansiada autorización de vía rápida (fast track) de su Congreso para negociar acuerdos comerciales.
El gobierno del presidente Eduardo Frei, anfitrión de la cita, busca ahora garantizar el éxito de la cumbre sobre la base de rebajar la importancia de las dificultades de Clinton y de diversificar la agenda que abordarán los mandatarios.
Cuando el gobernante estadounidense propuso en la primera cumbre de Miami, en diciembre de 1994, la creación del ALCA "desde Alaska al Cabo de Hornos", se pensó que el proceso se echaría a andar antes de la segunda cumbre.
Así lo sugerían los plazos acordados para este objetivo, que apuntan a que la liberalización comercial entre los 34 países, con un mercado de 750 millones de consumidores, comience a gestarse desde el 2005.
Santiago se proyectaba así como el escenario del inicio formal de las negociaciones, pero sólo será, por imposición de los hechos, la plataforma de lanzamiento de las conversaciones, con un acento más retórico que concreto.
No obstante, se buscará crear precedentes o imágenes de avance hacia la meta, para lo cual se plantea que los 34 mandatarios acuerden una ciudad sede para el ALCA y la designación de un jefe o coordinador general de las negociaciones.
Como cuarteles generales o epicentros del libre comercio hemisférico aparecen hasta ahora como las urbes más mencionadas Miami y Ciudad de México.
En tanto, se llevan a cabo contactos diplomáticos en un marco de estricta reserva, hasta ahora sin filtraciones, para determinar quien será la mujer u hombre que encabece el proceso de negociaciones para la creación del ALCA.
En la capital chilena se resolverá este difícil juego de equilibrios, en que los afanes de liderazgo de Clinton tendrán que enfrentarse a la dinámica más latinoamericana que los países del Mercado Común del Sur (Mercosur) pretenden dar al proceso.
Brasil, primera potencia económica del Mercosur, aspira a que América Latina consolide su propia integración para negociar en un plano de igualdad con Washington y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
El Diario, rotativo chileno especializado en economía, señaló este lunes que Chile intentará mediar entre Estados Unidos y Brasil pero que, en última instancia, se alineará con el Mercosur, al cual está asociado desde octubre de 1996.
Es por ello que el arribo de Clinton a Santiago sin el fast track equivale a llegar con las manos vacías, desde el punto de vista de la capacidad de Estados Unidos para ampliar el TLC y consagrarlo como el futuro eje del ALCA.
Oscar Pizarro, presidente del comité organizador de la cumbre, subrayó que más allá de las aspiraciones comerciales ésta será la reunión internacional más importante celebrada en Chile durante el siglo próximo a finalizar.
Es por ello que los anfitriones se esforzarán por lograr que de este encuentro surjan resoluciones trascendentes en otros ámbitos de los desafíos que los países de América Latina y el Caribe enfrentan de cara al nuevo milenio.
Chile logró así que se adopte la educación como eje programático del encuentro de gobernantes, como instrumento fundamental para combatir la pobreza y mejorar la inserción regional en la economía mundial.
En la reunión de ministros de Hacienda del hemisferio occidental, celebrada a comienzos de diciembre en Santiago, se plantearon propuestas para el financiamiento de reformas de la educación en todo el continente.
Bajo este prisma, se buscará que la cumbre de abril rescate una dimensión social que aminore el impacto por las frustraciones comerciales y que responda al mismo tiempo a las metas de la modernización y de la gobernabilidad democrática.
Otro tema que Frei pondrá en la agenda es el de las reformas a los sistemas judiciales, que se conjuga igualmente con los planes de modernización de los estados, pero también con los propósitos hemisféricos de combatir la corrupción y enfrentar en mejor pié amenazas como la del narcotráfico. (FIN/IPS/ggr/mj/if ip/97