La Organización de las Naciones Unidas (ONU) emprendió esta semana una acción múltiple para prevenir y mitigar los efectos del fenómeno del Niño, que deben arreciar en los próximos tres meses.
Un grupo especial, integrado por una veintena de agencias de la ONU, elaborará una estrategia internacional concertada que abarcará la cooperación técnica, la asistencia financiera, la transferencia de tecnología y la divulgación de conocimientos científicos.
El Niño, un sobrecalentamiento de las aguas occidentales del Pacífico Ecuatorial, altera la presión atmosférica en las regiones de influencia y desencadena una serie de fenómenos meteorológicos, como las inundaciones que este año han causado 1.800 muertes en Somalia.
El grupo especial constituido por la ONU advirtió este jueves en rueda de prensa que las consecuencias del fenómeno se conocerán en toda su magnitud después de Navidad, cuando El Niño alcanza tradicionalmente el máximo poderío.
En un adelanto, el Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) consignó las pérdidas dejadas por el fenómeno durante los últimos días en Somalia, Sudán y el sur de Brasil.
Las inundaciones imprevistas en Somalia meridional causaron, además de los 1.800 decesos, pérdidas de viviendas para 230.000 personas, de cosechas en 60.000 hectáreas y de 33.000 cabezas de ganado.
Muchas de las víctimas perecieron cuando sus viviendas se derrumbaron o por los ataques posteriores de los cocodrilos, precisó el PNUD.
En Sudán, las lluvias torrenciales ocasionaron avenidas que destruyeron edificios residenciales, ocasionaron el fallecimiento de ocho personas y dejaron sin techo a más de 2.500.
Condiciones climáticas desusadas atribuídas al Niño, que asolaron al estado brasileño de Rio Grande del Sur en las últimas semanas, causaron cuatro muertes y 12.700 personas sin hogar, dijo el PNUD.
Sin embargo, expertos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) observaron que no se pueden achacar al Niño todas las catástrofes naturales de los últimos tiempos, como las graves inundaciones de 1996 en Europa central y en especial en Alemania.
En cambio, la huella del fenómeno es evidente en las sequías que se producen actualmente en Asia del Sudeste, en Africa Austral y en América Central, dijeron.
En Asia, las lluvias de los monzones llegaron en algunos casos con atraso y en otros, con volumen inferior a los normales. También en Africa subsahariana se anota un retardo en la iniciación de la temporada de lluvias.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) indicó que la amenza de la sequía se cierne sobre 27 millones de personas distribuidas entre Sudáfrica, Lesotho, Swazilandia, Zimbabwe, Malawi, Mozambique, Zambia y Botswana.
La ayuda de emergencia a esas poblaciones demandará 600.000 toneladas de alimentos a un costo de 200 millones de dólares, pero "la inversión tendrá que ser mayor si El Niño provoca efectos más devastadores en la región", indicó el PMA.
La FAO (Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación) compartió la inquietud por de los cultivos que se sembrarán en los próximos meses, en el cinturón ecuatorial, para ser cosechados en 1998.
El efecto más intenso de El Niño es esperado a partir de diciembre, recordó la FAO.
Sin embargo, aclaró, se esperaba que la producción de cereales de 1997 resultaría escasamente afectada por El Niño, a pesar de algunas reducciones de las cosechas por fenómenos derivados.
Los expertos de la ONU resaltaron el carácter recurrente del Niño, pero admitieron que este año se presentó con una gravedad solo comparable a la de 1982-1983.
El Niño de 15 años atrás causó la histórica sequía del Sahel, con 2.000 muertos y pérdidas por 13.000 millones de dólares en la región africana.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) exhortó a mejorar los sistemas de predicción del efecto del Niño para favorecer la planificación de los servicios nacionales de salud.
En el sudeste de Africa, el equipo regional de la OMS de vigilancia del cólera fue advertido del pronóstico de sequía derivada del Niño y de esa forma pudo reducir la gravedad de un brote de la enfermedad en Mozambique.
En cambio, la OMS debió reconocer que las epidemias de paludismo verificadas en Pakistán y Colombia se relacionaron con aumentos de temperatura derivados de El Niño. (FIN/IPS/pc/dg/he-en/97
