Los pueblos indígenas del este de Bolivia recibirán una indemnización de la empresa constructora del gasoducto a Brasil por el impacto ambiental que tendrá el tendido de 3.150 kilómetros de tuberías en la Amazonia de estos dos países sudamericanos.
Con ese inédito acuerdo logrado entre la empresa Gas Transboliviano, encargada de construir el tramo del gasoducto en territorio de Bolivia, y organizaciones indígenas del área de influencia de los trabajos, se superó el último escollo que tenía el proyecto binacional.
La indemnización, de 3,7 millones de dólares, será utilizada en forma coordinada entre las partes para ejecutar planes de desarrollo de los pueblos indígenas izozeños, guaraní, chiquitano y ayoreo, y de manejo ambiental en el área de impacto del proyecto.
Esos recursos serán colocados en un principio en un banco fiduciario, y los intereses que generen se destinarán a trabajos de mantenimiento del parque nacional Gran Chaco y el área protegida Kaa-Iya, ubicados en el oriente de Bolivia.
La empresa constructora y las organizaciones de indígenas ejecutarán varios programas de desarrollo sostenible en un plazo de dos años.
El plan incluye programas de interacción con las comunidades, asistencia para el manejo sostenible de los recursos naturales de la zona y titulación de tierras comunitarias de origen.
El acuerdo inaugura en la región latinoamericana una nueva forma de resolver las relaciones entre organizaciones indígenas y empresas explotadoras de recursos naturales, en especial las petroleras, que casi siempre derivan en disputas legales y económicas por los daños ambientales.
En este caso, el convenio se ajusta, además, a las exigencias y normas sobre ambiente establecidas por las instituciones que participan en el financiamiento de la construcción del gasoducto, como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
Laine Powell, representante de Gas Transboliviano, dijo este compromiso expresa el mutuo deseo de la empresa y de los indígenas de promover el desarrollo en la zona de influencia del proyecto, valorando las costumbres, expresiones y tradiciones de las comunidades étnicas.
El indígena Bonifacio Barrientos, Gran Capitán del Alto y Bajo Izozog, sostuvo este convenio "no tiene precedentes en Bolivia ni en el resto de América del Sur".
Al comienzo de la construcción del gasoducto, el proyecto había generado sentimientos contradictorios en las comunidades indígenas del oriente de Bolivia.
Si bien se trata de una obra que transformará la economía de la región, también afectaba el ambiente y las áreas comunitarias, afirmó Barrientos.
"Vemos muchas oportunidades para nuestros pueblos, siempre y cuando se sienten las bases para el respeto de su calidad de vida y del ambiente", aseguró el dirigente indígena.
Las organizaciones criticaron a la empresa brasileña Petrobras porque no se incorporó al acuerdo, a pesar de que también es propietaria del gasoducto.
Petrobras y su socia BTB, integrada por BHP Tenneco y British Gas, tienen una participación de 80 por ciento del gasoducto en territorio brasileño, y 15 por ciento en el lado boliviano.
A la vez, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y su socia norteamericana Enron tendrán una participación de 85 por ciento en el tramo boliviano y de 20 por ciento en el lado brasileño del gasoducto.
La gigantesca tubería, que estará concluida a finales del 1999, tendrá un diámetro de 32 pulgadas y una extensión de 557 kilómetros en territorio boliviano, entre Río Grande y Puerto Suárez, y 2.593 kilómetros en el lado brasileño, entre la Corumbá y los estados de San Pablo, Rio Grande do Sul y Santa Catarina.
En el lado boliviano, el gasoducto estará enterrado. La empresa Gas Transboliviano está abriendo para su construcción una brecha o "derecho de vía" de 30 metros, que disminuirá a 17 metros, con planes de reforestación, cuando el ducto entre en funcionamiento.
Bolivia venderá a Brasil gracias a esta tubería ocho millones de metros cúbicos diarios de gas natural con destino a la gigantesca industria de San Pablo.
Ese volumen de exportación subirá de forma progresiva hasta llegar a la máxima capacidad de transporte del ducto, que es de 30 millones de metros cúbicos de gas natural por día. (FIN/IPS/jcr/mj/en pr/97