La política del Banco Mundial sobre el uso de pesticidas en proyectos agrícolas continúa siendo causa de preocupación de defensores del medio ambiente, a pesar de recientes señales de distensión entre el prestamista mundial y sus críticos.
El Banco Mundial hizo a un lado su compromiso con la política de gestión integrada de pestes, bajo la cual insectos predadores son utilizados para matar a otros que se comen las cosechas, acusó un grupo de más de 100 organizaciones no gubernamentales (ONG).
El grupo de ONG, que el año pasado lanzó una campaña contra la institución financiera, advirtió que la política del Banco plantea el peligro de aumentar el uso de pesticidas y productos químicos, con consecuencias desastrosas para la salud humana y el medio ambiente.
El Banco acordó dar una segunda revisión al tema y contratar un experto para su departamento de agrícultura, pero, según las ONG, varias cuestiones aún no tienen respuesta.
Por ejemplo, si el Banco dará pasos concretos para hacer que su personal siga proyectos de baja tecnología, en lugar de otros de capital intensivo y comercialmente orientados, y si involucrará a agricultores y organizaciones civiles del Sur en la planificación de los proyectos.
Esta es la idea, dijo a IPS un funcionario del área agrícola, aunque, "No soy consciente de que hayamos hecho algo positivo todavía, pero tenemos algunas nuevas ideas".
La Red de Acción contra los Pesticidas (PAN), el Instituto de Políticas del Consumidor (CPI) y el Fondo de Defensa Ambiental (EDF), con sede en Estados Unidos, afirman que el Banco aún no ve con buenos ojos que su personal apruebe préstamos para proyectos agrícolas sólidos en el cuidado del ambiente.
Los pesticidas químicos causan al año más de tres millones de envenenamientos severos y 220.000 muertes, la mayoría en países en desarrollo, dijo Marcia Ishii-Eiteman, experta de PAN, citando estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La preferencia del Banco por préstamos grandes es un problema porque los proyectos que dependen de políticas de gestión integrada de pestes suelen ser pequeños y requieren que el personal destine más tiempo a diseñar planes adecuados a las condiciones ecológicas locales, agregó Bruce Rich, de EDF.
Incluso gerentes del Banco Mundial a cargo de estos proyectos se quejaron de estar bajo presión para seguir casos de grandes préstamos para avanzar en sus carreras dentro de la institución, la cual no obstante se propuso seguir una línea de préstamos pequeños y de más calidad según propuso su presidente, James Wolfensohn.
Las ONG alegan que, aunque el Banco cambió los incentivos para su personal, la política de pesticidas seguirá siendo incorrecta si no sigue un enfoque que favorezca la gestión integrada, y si los grupos rurales de los países en desarrollo no se involucran en todas las etapas de los proyectos.
En la gestión integrada de pestes, los agricultores, armados con el saber tecnológico, asumen el liderazgo del desarrollo local con métodos de control que unen la tradición a la ciencia moderna.
Por lo tanto, la participación directa de los agricultores en el diseño de los proyectos es clave, afirman analistas.
Bajo la actual política del Banco, cualquier "pesticida bien establecido" puede considerarse "ambientalmente seguro" sin necesidad de estar sujeto a una evaluación ambiental específica. (FIN/IPS/tra-en/dk-aa/mk/lp/en-dv/97