YUGOSLAVIA: Albaneses étnicos denuncian torturas en prisión

Diecinueve albaneses étnicos son juzgados en esta ciudad de Serbia, acusados de terrorismo. Ellos, a su vez, acusan a las autoridades serbias de torturas y maltratos.

La denuncia de torturas fue efectuado por el principal de los acusados, Nait Hasani, de 32 años, supuesto líder del paramilitar Ejército de Liberación de Kosovo (UCK), que reclama la independencia de esta provincia de Serbia.

En la primera jornada del juicio este lunes, Hasani se sacó la camisa y se arremangó los pantalones para mostrar las cicatrices que, según él, le dejó la tortura. El acusado se declaró inocente y afirmó que fue arrestado sólo por su origen étnico albanés.

"Usaron todas las formas de brutalidad contra mí", sostuvo.

Hasani dijo que fue atado a una cama de hospital durante un mes y que se lo sometió allí a reiteradas torturas. "Me dieron choques eléctricos en los genitales y no me dejaron dormir durante días enteros", declaró.

Luego de ser obligado a firmar una confesión, dijo, le vendaron los ojos y fue conducido a la corte.

Este acusado podría ser condenado a 20 años de prisión si se lo halla culpable. A dos se les atribuye delitos que se castigan con la pena de muerte. Otros dos son juzgados en ausencia.

Al principio, los acusados eran 21, pero Adrijan Krasniqi, de 25 años, y Joznuz Zeneli, de 55, murieron. Zeneli falleció en un hospital de Belgrado mientras esperaba el juicio. Krasniqi fue baleado por la policía el 16 de octubre en un supuesto ataque en la comisaría de Klicina, en el sur de Kosovo.

El UCK ha reivindicado la autoría de varios atentados desde comienzos de 1996. Los blancos fueron policías, funcionarios y "colaboradores" de las autoridades de Kosovo, provincia gobernada por serbios aunque 90 por ciento de sus habitantes son albaneses étnicos.

Los fiscales acusan a los 19 reos de organizar el intento de asesinato contra el rector serbio de la Universidad de Pristina, Radivoje Papovic, y de atacar a balazos un café el año pasado en un episodio en el que murieron tres serbios.

En 1989, el entonces presidente de Serbia y hoy de la Federación Yugoslava, Slobodan Milosevic, abolió la autonomía regional dispuesta por el anterior gobierno comunista y desplegó al ejército para acallar los reclamos de independencia.

En los enfrentamientos que se sucedieron desde entonces, murieron 200 serbios y albaneses.

Este es el tercer juicio contra activistas políticos desde mayo y quizás el más importante, como sostuvo Yvonne Terlingen, ex coordinadora de la oficina en Belgrado del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en un informe reciente para la revista especializada en los Balcanes WarReport.

Sentencias de entre cuatro y 20 años de prisión fueron impuestas a 15 albaneses del UCK a comienzos de año, luego de ser juzgados por acusaciones similares.

En mayo, otros 20 albaneses fueron sentenciados a entre dos y diez años de prisión, acusados de pertenecer a otro grupo armado, el Movimiento Nacional para la Liberación de Kosovo.

El juicio se retrasó una semana el mes pasado pues la defensa reclamó pleno acceso a la documentación del caso.

A pesar de que se convocó con prontitud y en público, con asistencia de observadores internacionales, medios y familiares de los acusados, "dejan sentados malos precedentes en otros aspectos", según Terlingen.

Los procedimientos se desarrollan en serbio, a pesar de que la lengua materna de los acusados es el albanés. En anteriores juicios, los intérpretes traducían los interrogatorios a los acusados, pero no lo que decían jueces, fiscales y abogados.

En los juicios anteriores se admitían confesiones como evidencia, así como varias declaraciones en ambos juicios que, de acuerdo con los abogados, no fueron firmados por intérpretes ni por los defendidos, en violación de las leyes procesales yugoslavas.

En los juicios anteriores los acusados también se retractaron de las declaraciones, extraídas, según aseguraron, bajo tortura. Los informes médicos confirmaban esos hechos.

Terlingen dijo que existe "evidencia sustantiva" de que uno de los acusados en los procedimientos anteriores, Besnik Restilica, murió en prisión el 22 de febrero "debido a la tortura y no a un suicidio, como alegan las autoridades".

En Kosovo viven dos millones de albaneses y 190.000 serbios. Los albaneses han construido a lo largo de décadas un sistema político y social paralelo en la provincia.

Diplomáticos occidentales afirman que Kosovo es el "próximo" problema grave en los Balcanes. Su significado histórico como cuna de la nacionalidad serbia atrajo a muchos emigrantes internos ultranacionalistas. (FIN/IPS/tra-en/wr/vpz/mom/rj/mj/hd/97

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