El cantautor español Joan Manuel Serrat recibió hoy en Venezuela la condecoración de la Orden de Andrés Bello y dijo sentirse como "un niño al que le dan un premio por haberse comido un caramelo".
Serrat fue condecorado con la mayor distinción venezolana para las figuras de la cultura por el presidente Rafael Caldera en la sede del gobierno en el Palacio de Miraflores en un acto en el que participaron músicos y artistas venezolanos.
El cantautor de origen catalán pidió a Caldera y a los demás gobernantes de América Latina y España que aprendan de los lazos profundos que existen entre sus pueblos y "promuevan una sociedad de progreso, justicia, solidaridad y libertad".
"En este mundo progresamos todos o dificilmente progresa nadie", dijo Serrat a Caldera, quien antes destacó la capacidad del cantante de popularizar con su música "la literatura más exquisita", como la del poeta español Antonio Machado.
Caldera señaló que Venezuela quiso reconocer "a un hombre, a un artista y a un creador que le ha dado muchos momentos de satisfacción a su gente".
La distinción tuvo entre sus argumentos que Serrat es un artista que por 30 años "ha tendido puentes entre los pueblos de España y América Latina, y en particular Venezuela".
El autor de Penélope, Cantares, Fiesta o Niño Silvestre precisó que en realidad ha usado los puentes que América Latina le ha tendido, en una relación de tres décadas en que aprendió "a conocer, a compartir, a respetar estas tierras" que con el tiempo ha hecho suyas.
Serrat está en Venezuela como parte de una gira por la región para presentar el espectáculo "El gusto es nuestro", junto con otros tres cantantes españoles: Ana Belén, Miguel Ríos y Víctor Manuel.
Los cuatro amigos se presentaron el domingo en el mayor escenario de Caracas con un éxito rotundo, participaron en la ceremonia en Miraflores, junto con figuras venezolanas como Soledad Bravo o Simón Díaz, y abandonarán el país tras acompañar a Serrat en un recital especial en la vecina ciudad de Maracay.
Serrat comparó en el acto de condecoración a su atracción por Venezuela y la región con la de otros españoles que llegaron a las costas latinaomericanas huyendo "de unos exilios políticos o del exilio del hambre, que también es duro".
Para el cantautor europeo más seguido y querido de los venezolanos, aquellos españoles "encontraron en estas tierras un lugar donde meter la vida y un nuevo horizonte de esperanzas".
Dijo que se sentía premiado por comerse un caramelo porque ha tenido la posibilidad de escoger un oficio, "el más maravilloso del mundo", que adicionalmente le acercó a América Latina.
Con frases hilvanadas espontáneamente y visiblemente conmovido el artista explicó que los cantautores reciben, cuando los reciben, los aplausos del público, pero casi nunca distinciones como la concedida por las autoridades venezolanas.
Aseguró que la condecoración no era sólo para él sino para "algunos latinoamericanos de origen y otros latinoamericanos de corazón" que entienden el oficio de cantautor "como un reto" y salen cada día a la calle "con ojos de sueño (y) con sus canciones bajo el brazo".
Serrat también pidió a los mandatarios de la región y de España que actúen "con esa transparencia que los ciudadanos, que sus administrados se merecen", antes de insistir en que la mejor manera de buscar el progreso es "con los hermanos agarrados de la mano". (FIN/IPS/eg/dg/cr/97