VENEZUELA: Motín con 200 rehenes en cruento "efecto dominó"

Presos de la cárcel de La Planta, en la capital de Venezuela, se amotinaron hoy en presencia de 200 familiares, tras estallar una granada durante una riña, en una sucesión de graves incidentes en varias penitenciarías locales.

Tras una dramática mediación por parte de diputados, fiscales (defensores públicos) y un juez, la militar Guardia Nacional ingresó al recinto al final de la tarde de este miércoles, luego de seis horas en que el penal estuvo en manos de los reclusos.

La reyerta y el posterior motín se produjeron mientras se cumplía la habitual visita de los familiares, 200 de los cuales permanecieron en el interior como escudos voluntarios para evitar acciones armadas contra los internos.

El saldo provisional de los incidentes en el llamado Centro de Reeducación de El Paraíso es de 15 heridos, todos reclusos.

El martes, murieron 16 presos en la cárcel de Sabaneta, en la occidental ciudad de Maracaibo, víctimas de un incendio presuntamente accidental, mientras que otros cinco perecieron en el penal de la también occidental ciudad de Guanare en una reyerta, que mantiene en estado de tensión ese centro.

Versiones no confirmadas indican que al menos en dos vecinas cárceles en la población de Yare, a 60 kilómetros de Caracas, también se produjeron incidentes, pero las autoridades se negaron a informar al respecto, si bien el día de visita fue suspendido.

La Planta, con más de 1.700 internos, adquirió fama mundial en octubre de 1996, cuando 26 presos resultaron calcinados al ser n encerrados en una celda mínima, dentro de la cual se lanzaron después bombas lacrimógenas que hicieron combustión.

El motín de este miércoles estalló cuando se suscitó una riña entre un grupo de presos y uno de ellos manipuló una granada que estalló en sus manos, lo que ocasionó al menos cuatro heridos.

El resto de los heridos se produjo por intercambio de armas de fuego, presumiblemente entre efectivos de la Guardia Nacional y presos, que se atrincheraron en dos de los pabellones del penal.

Pero el comandante del comando capitalino de la Guardia, el general Rafael Damiani, negó ese extremo e indicó que los militares evitaron ingresar al recinto en espera de que culminara la mediación, para evitar una tragedia por la presencia de los familiares.

Las escenas de desesperación se repetieron en inmediaciones de La Planta, situada a un lado de una de las principales autovías de Caracas, con desmayos de madres y esposas de los reclusos, antes y después que el capellán del penal saliera de las instalaciones con las personas retenidas dentro.

Una vez que las autoridades lograron retomar el control del penal comenzó una inspección general de los reclusos, que debieron despojarse de casi toda su ropa, en una operación supervisada por defensores públicos, funcionarios y diputados.

El comandante Damiani no supó indicar cómo es posible que los presos tengan granadas y armas de grueso calibre cuando los penales venezolanos son controlados en su perímetro externo por efectivos militares.

Adicionalmente, los presos están en manos de otros presos, porque dentro de las 34 cárceles venezolanas hay en promedio un vigilante civil por cada 200 internos, según denunció en marzo la organización estadounidense Human Rights Watch.

En el penal de Sabaneta, donde aparte de los 16 muertos hubo 32 heridos, algunos muy graves, había 14 custodios para 2.400 presos cuando se produjo el incendio, presumiblemente por un cortocircuito en una hacinada área donde dormían 240 internos.

En la Penitenciaría de Los Llanos, en Guanare, los vigilantes de prisiones sólo son 10 para casi 950 internos, donde se hacinan sin clasificación sentenciados con procesados y elementos de alta peligrosidad con recluidos por delitos menores.

En Venezuela hay unos 25.000 presos, en condiciones que Human Rights Watch calificó de "medievales", y sólo una cuarta parte de ellos han sido condenados.

La situación penitenciaria empeoró aún más en los últimos meses, cuando asumió el cargo de ministro de Justicia Hilarión Cardozo y revirtió parte de las medidas que habían comenzado a disminuir la situación de violencia penitenciaria.

En 1996 perecieron en las cárceles venezolanas 181 reclusos, en un país que formalmente eliminó la pena de muerte en 1863. (FIN/IPS/eg/dg/ip-hd/97

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