Nos reuniremos por séptima vez en el marco de la Conferencia Iberoamericana, para continuar con una tarea que es dinámica, sumamente compleja por la gran variedad de temas que se tratan, pero que a su vez tiene objetivos sencillos y claros que no han variado desde la Primera Cumbre de Guadalajara: lograr el entendimiento, la cooperación, y la concertación política entre nuestras naciones, mediante el diálogo franco y abierto, el respeto al disenso, y el libre intercambio de ideas.
Las Cumbres Iberoamericanas se han consolidado como un espacio político y un foro de concertación y cooperación con características propias, y su importancia consiste en que sus reuniones facilitan la aproximación de posiciones y el intercambio de información, así como la conciliación de enfoques ante diversos aspectos de la actualidad internacional.
El diálogo político que en ellas hemos establecido, y que ha venido madurando a lo largo de estos años, a través de un consistente análisis conjunto de la realidad internacional, nos ha permitido afinar nuestras percepciones del acontecer mundial y lograr una creciente coordinación de esfuerzos con vistas a generar las condiciones que faciliten, en la vida económica y social de nuestras naciones, una eficiente y rápida adaptación a las grandes transformaciones que se manifiestan en esta etapa histórica.
En las Cumbres de Guadalajara (1991), Madrid (1992), Salvador de Bahía (1993) y Cartagena de Indias (1994), los Jefes de Estado y de Gobierno nos abocamos al análisis de temas centrales para el futuro de nuestras Naciones, tales como la relación entre cooperación y desarrollo, la agenda para el desarrollo, con énfasis en el adelanto social y la promoción del comercio y la integración como elementos para el progreso con equidad de los pueblos de Iberoamérica.
En la V Cumbre Iberoamericana, que tuvimos el honor de realizar en San Carlos de Bariloche, continuando el camino iniciado en Guadalajara, coincidimos en analizar el tema de "la educación como factor esencial del desarrollo económico y social".
Mi país propuso esta temática en la convicción de que la formación y el perfeccionamiento de los hombres y mujeres de Iberoamérica constituyen un objetivo político prioritario, cuyo logro permitirá aumentar las posibilidades de avance integral de nuestros países.
Probablemente, la VI Cumbre Iberoamericana, que se llevó a cabo en Santiago y Viña del Mar los días 10 y 11 de noviembre de 1996, marcó un hito en la historia de las Conferencias.
En dicha oportunidad, los Jefes de Estado y de Gobierno firmamos la "Declaración de Viña del Mar", que aborda el tema de "gobernabilidad para una democracia eficiente y participativa".
Los conceptos que incluye la Declaración, tales como la independencia de poderes, la adecuada representación y participación de mayorías y minorías, la libertad de expresión, asociación y reunión, elecciones libres, periódicas y transparentes, así como el reconocimiento al papel esencial de los partidos políticos en el desarrollo democrático, constituyen avances sustantivos con relación a los textos logrados en anteriores encuentros de los Jefes de Estado Iberoamericanos.
El documento prevé, asimismo, la cooperación política de los países de Iberoamérica, encaminada a definir en qué materias se puede cooperar, y las condiciones aceptables para que esa cooperación sea posible y eficaz.
La "Declaración de Viña del Mar" es un compromiso democrático que han asumido todos los países de la región iberoamericana, por primera vez, de una forma explícita y contundente.
Por ello, el conjunto de los miembros de la Conferencia Iberoamericana se encuentran a partir de ahora, y tal vez por primera vez, en inmejorables condiciones para cooperar en la profundización de la democracia en todos los países iberoamericanos.
Ese camino sin retorno que emprendimos en Chile marcará el espíritu y el objetivo de nuestra próxima Cumbre en Isla Margarita, el 8 y 9 de noviembre.
Venezuela ha propuesto que el tema de la Conferencia sea el de "los valores éticos dela Democracia". Vemos con gran satisfacción la selección del tema central que discutiremos en Margarita. El fin será profundizar la exigencia en el fortalecimiento de nuestros sistemas democráticos.
La Cumbre de Margarita está unida indisolublemente a la Cumbre de Viña del Mar, ya que complementa y profundiza el análisis de una temática que resulta de gran trascendencia para las democracias iberoamericanas.
Renovaremos nuestra vocación y compromiso con la democracia, la promoción, respeto y garantía de los derechos humanos, la ética en la administración de la cosa pública, la independencia en la administración de justicia y la transparencia en la política. —— (*) Carlos Menem es presidente de la República Argentina. (FIN/Comunica-IPS/97