La Comisión de Igualdad de Género de Sudáfrica (CIG), que funcionó como organismo ad hoc con recursos mínimos desde su creación a comienzos de este año, tiene el futuro amenazado.
La comisión, uno de los instrumentos más importantes del país para la potenciación de género, no logró vitales fondos del gobierno. "Si no obtiene estos fondos, deberá cerrar sus puertas antes de enero", alertó Colleen Lowe-Morna, asesora de la CGE.
"Esto es un claro reflejo de la forma en que las estructuras de género son tratadas, en Sudáfrica y en el mundo. Todos mantienen el silencio en torno al género", acusó Lowe-Morna.
La CGE fue instalada en marzo, y se le asignó un presupuesto de dos millones de rands (416.000 dólares) para el año financiero 1997-98. La cifra representa alrededor de 2,6 por ciento del presupuesto asignado al total de las comisiones sudafricanas, más de una docena.
Una solucitud de fondos adicionales fue infructuosa el mes pasado, y el gobierno afirma que sólo considerará la solicitud en enero. Esto implica que la comisión no podrá abrir oficinas provinciales, y su impacto será limitado.
Según la constitución, la CGE tiene la tarea de promover "el respeto por la igualdad y su protección, y el desarrollo y el logro de la igualdad de género". Entre otras tareas, supervisa las políticas de género en el sector privado y público y resuelve disputas.
Sudáfrica ratificó sin reservas la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer el 15 de diciembre de 1995. Parte del mandato de la comisión es superivsar el cumplimiento de esta convención.
La instalación de la comisión fue una tarea difícil, y el personal utiliza sus propios ordenadores para trabajar en Pretoria en oficinas provisorias brindadas por el gobierno.
La comisión logró recaudar 670 millones de dólares entre donantes extranjeros, pero el dinero es utilizado para instalar una oficina administrativa, para el personal e infraestructura básica para implementar proyectos.
"Es causa de extrema preocupación que recibamos más dinero de donantes externos que del gobierno al que servimos", dijo Thenjiwe Mtintso, presidenta de CGE en una carta al presidente del parlamento.
Si un organismo estatutario de esta naturaleza recibe este tipo de tratamiento, ¿qué recibirán las mujeres que constituyen la mayoría de los pobres, desempleados y gente sin vivienda de Sudáfrica?, preguntó.
Entre las sudafricanas que trabajan fuera del hogar, sólo tres por ciento tienen puestos gerenciales y de autoridad, mientras cuatro por ciento son consideradas profesionales, según una reciente encuesta de los Servicios Estadísticos Centrales.
Entre las comisiones del país, los comisionados de género reciben los salarios más bajos. Un total de 12 comisionados, dos hombres y 10 mujeres, fueron designados en noviembre. De estos, sólo nueve aún trabajan, cinco a tiempo completo.
Para emplear a los 41 funcionarios propuestos por la comisión para funcionar efectivamente, más de un millón de dólares serán necesarios para salarios al cabo de un año. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/lp/ip-pr/97