Desde que se denunció el primer caso de cólera en Kenia, en junio, la enfermedad se extendió por la provincia de Nyanza y mató al menos a 400 personas, mientras otras 3.000 debieron ser hospitalizadas.
Mientras, en Tanzania, la epidemia causó este año un mínimo de 922 muertes, de las cuales la mitad se produjeron entre el 1 de julio y el 18 de septiembre, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La enfermedad, que se originó en el área noroccidental de Kigoma, se propagó ahora hacia 17 de las 20 regiones de Tanzania, según la OMS.
En la región de Tarime, sobre la frontera con Kenia, se habrían denunciado al menos 17.000 casos de cólera, según declaraciones de John Sparrow, un funcionario de la Cruz Roja citado por medios locales esta semana.
La epidemia decidió a las autoridades de la vecina Uganda, que comparte el lago Victoria con Kenia y Tanzania, a aumentar la vigilancia en su frontera oriental. Todos los funcionarios médicos de los distritos fronterizos con Kenia fueron alertados, informó el Ministerio de Salud.
Como medida preventiva, la oficina de la Cruz Roja en Tanzania limpia diariamente unas 100 toneladas de basura de las ferias de Dar es Salaam, la capital. La medida tiene por finalidad mejorar las condiciones sanitarias, informó Sparrow.
Mientras, el director de Servicios Médicos de Kenya, James Mwanza, ordenó la clausura de las ferias y los restaurantes locales en malas condiciones de higiene, además de instar a la población a hervir el agua de consumo.
Más de 1.000 puestos callejeros de comida, bares y mataderos fueron cerrados en la provincia de Nyanza desde agosto. Así mismo, se prohibieron los baños en ríos contaminados, los banquetes de funerales y la venta de comida en lugares abiertos.
Las autoridades dieron instrucciones a la población local de cavar letrinas profundas en sus terrenos y amenazaron con sancionar a los incumplidores.
Nyanza sufre constantes brotes de enfermedades como el cólera, la disenteria y la fiebre tifoidea. La provincia tiene uno de los niveles más graves de contaminación del agua.
Gran parte de los 700.000 residentes de Kisumu, la principal ciudad de la provincia, deben consumir agua sin tratar, en la que a menudo se filtran aguas servidas.
El cólera es una infección intestinal aguda, muy contagiosa, producida por el vibrión colérico. Se manifiesta con vómitos abundantes y una intensa diarrea, causantes de una importante deshidratación que determina su gravedad, además de calambres musculares.
El tratamiento consiste esencialmente en la rehidratación y el suministro de antibióticos, y la prevención se basa en la higiene y la quimioprofilaxis en las regiones endémicas.
Pero el vibrión colérico y sus variedades están volviéndose resistentes a los antibióticos. Las drogas que se utilizaban para curar la enfermedad han perdido su eficacia, según investigadores de la Fundación Africana de Investigación Médica, con sede en Nairobi.
La resistencia es más notoria en Tanzania y Ruanda, donde la tetraciclina, antiguamente eficaz, ha perdido totalmente su efecto contra el vibrión colérico, informó la Fundación en un documento publicado en agosto en Nairobi.
El informe se basa en análisis de muestras procedentes de seis países (Ruanda, Kenia, Zimbabwe, Zambia, Somalia y Tanzania) donde había epidemia de diarrea.
La sensibilidad de las bacterias al cloramfenicol y el cotrimoxazol en Kenia y Somalia se redujo de 85 por ciento en 1994 a menos de 10 por ciento en 1996, afirmaron los investigadores.
El informe advierte que la reducción de la eficacia de las drogas significa que una epidemia de cólera en la región podría causar numerosas víctimas, un miedo que ya se propagó en Nyanza y al otro lado del lago Victoria, en Tanzania.
La Cruz Roja envió voluntarios a Nyanza para brindar información puerta a puerta sobre medidas preventivas. Recientemente entregó 12 toneladas de medicamentos y artículos médicos a Tanzania y otras 10 toneladas a Kenia.
Además, la organización trabaja "en estrategias a largo plazo para resolver el problema", destacó Sparrow.
Funcionarios de salud de Kenia sostienen que la situación está bajo control, pero informes de prensa indican que mucha gente continúa muriendo debido a la enfermedad.
"El gobierno tardó demasiado en reaccionar. Nuestro ministro de Salud ni siquiera dijo qué medidas tomó para aliviar la situación", declaró Patrick Mbati, un empresario local.
Hasta ahora, el gobierno aportó a las áreas afectadas medicamentos y sales de rehidratación oral por un valor de 47.000 dólares. La organización Médicos Sin Fronteras y el gobierno de Italia también ofrecieron ayuda. (FIN/IPS/tra-en/ja/mn/ml/he/97