La Iglesia buscará una respuesta a los desafíos que enfrenta América Latina, como la deuda externa, la corrupción y el auge de las sectas en el curso del Sínodo Especial de los Obispos de América, cuyos trabajos se iniciaron hoy.
Altos dignatarios de la Iglesia Católica plantearon en conferencia de prensa que la solución de la deuda externa de América Latina debe ir acompañada de una lucha efectiva y concreta contra la corrupción.
La deuda externa ha sido sólo un elemento de corrupción, sentenció uno de los tres presidentes delegados del Sínodo, el estadounidense Roger Michael Mahony, arzobispo de Los Angeles.
Las relaciones Norte-Sur serán uno de los temas principales de esta reunión que se realiza en los palacios pontificios vaticanos y que concluirá el 12 de diciembre.
Asisten a ella 41 cardenales, 81 arzobispos, 98 obispos y 76 sacerdotes de América.
El presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, Oscar Andrés Rodríguez, arzobispo de Tegucigalpa, dijo que la deuda debería ser condonada en su totalidad a los países más pobres de la región.
Como contraparte, América Latina tendría que acentuar su lucha contra el flagelo de la corrupción "porque parte de ese endeudamiento proviene de la corrupción de gobiernos que utilizaron mal esos fondos", señaló.
La deuda contraída ante el Club de París debería ser condonada, mientras es más difícil encontrar una solución al endeudamiento bilateral ante instituciones bancarias, señaló.
Precisó que Cuba no será un tema del Sínodo, aunque expresó la esperanza de que la visita del Papa Juan Pablo II a fines de enero a la isla caribeña dé "importantes frutos".
La Iglesia es contraria a someter a embargo a algún país, como lo hace Estados Unidos con Cuba desde 1960, porque ese tipo de medidas perjudica sobre todo a los más pobres, subrayó.
El único embargo justo, manifestó, es el de las ventas de armas.
El Sínodo examinará la forma de consolidar la democracia en América Latina.
El relator general de la asamblea, Juan Sandoval Iñíguez, arzobispo de Guadalajara, México, señaló que, aunque existen grandes diferencias entre el Norte y el Sur, la reunión de los obispos tomará a América como un conjunto.
Muchos de los problemas de pobreza acuciantes en el sur y centro del continente también existen en el norte, dijo.
Las sectas, "agresivas y fundamentalistas, que se dedican sobre todo a atacar a la Iglesia Católica", según se dijo en la rueda de prensa, también serán centro del Sínodo.
El encuentro, inaugurado por el Papa Juan Pablo II con una misa solemne ofrecida el domingo, es objeto de particular atención de parte del Vaticano, ya que América reúne a la mitad de los 900 millones de católicos.
En 1998 se efectuará un Sínodo para Asia y Oceanía y al año siguiente uno para Europa, "para que antes del término del milenio se hayan efectuado los sínodos continentales", señalaron los dignitarios en la conferencia de prensa.
El documento de trabajo a analizar aborda igualmente en sus 42 páginas temáticas pobreza, desigualdad entre países ricos y pobres y al interior de los distintas naciones, prostitución, drogas, medio ambiente, familia, venta de armas, el papel de la mujer en la Iglesia.
El Sínodo, que funciona a puertas cerradas, es una institución permanente creada por el Papa Pablo VI en 1965 "en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II para mantener vivo el buen espíritu nacido de la experiencia conciliar", según explica un documento del Vaticano. (FIN//IPS/jp/dg/cr-ip-pr/97)
