El afamado escritor peruano Mario Vargas Llosa retornó a la arena política de su país afirmando, tal cual suelen hacer los dirigentes tradicionales, no tener intenciones electorales e instó a la oposición a unirse contra el presidente Alberto Fujimori
La vuelta se produce cuando la estrella de su antagonista político Fujimori parece haber entrado en un ocaso irreversible al cabo de siete años de popularidad, al recoger en las últimas encuestas sólo 19 por ciento de adhesión para su reelección.
En una entrevista difundida por todos los canales de televisión locales, Vargas Llosa instó a los partidos opositores a unirse tras una sola candidatura presidencial para los comicios del 2000.
Aunque desde el exterior ha atacado con frecuencia a Fujimori, e inclusive pidió al gobierno de España encabezar un movimiento internacional de repulsa a su gobierno, por primera vez hace declaraciones políticas en su país natal desde que lo abandonó en 1990, inmediatamente después de su derrota electoral.
En 1993 el destacado literato solicitó y obtuvo la nacionalidad española, pero sigue siendo ciudadano peruano en virtud de un tratado de doble nacionalidad suscrito entre ambos países.
"No creo que Vargas Llosa quiera ser nuevamente candidato presidencial después de su fracaso en 1990, aunque es difícil saberlo desde ahora. Pero es evidente que le preocupa que la oposición se divida, como parece estar ocurriendo", comentó Olga Soto, socióloga de la Universidad San Martín de Lima.
Después de ser derrotado en las elecciones por el entonces desconocido Fujimori, el escritor afirmó en su libro "Como pez en el agua" que jamás volvería a incursionar en política, actividad para la que declaró no considerarse dotado.
Vargas Llosa se encuentra actualmente en Lima para asistir al primer Encuentro de Narradores de América, en cuya inauguración, el miércoles 12, evitó hacer definiciones políticas, pero aprovechó un acto universitario realizado al otro día para enfrentar a su ex contendor electoral.
Rodeado por ex dirigentes del desaparecido Frente Democrático (Fredemo), que respaldó su candidatura en 1990, el autor de "La ciudad y los perros" pidió a la oposición unirse contra las aspiraciones reeleccionistas de Fujimori y ofreció su colaboración para coordinar ese objetivo.
El escritor, que alterna su residencia entre Inglaterra y España, calificó de dictador a Fujimori y expresó su temor de que estuviera preparando un fraude para hacerse reelegir por segunda vez consecutiva.
Dijo que el gobierno de Fujimori es ilegal porque en 1992 disolvió el parlamento con ayuda de las Fuerzas Armadas y consideró que la ilegitimidad de su régimen se mantiene a pesar de haber ganado las dos elecciones posteriores.
Los comicios constituyentes de 1993 y los presidenciales de 1995 son descalaficados por Vargas Llosa "porque Fujimori participó en ambos desde el poder".
En estas dos instancias el presidente de Perú derrotó a otra destacada personalidad internacional, el ex secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Javier Pérez de Cuéllar, quien ahora encabeza la oposición, aunque algo a distancia pues permanece la mayoría del tiempo en el exterior.
Aunque la Constitución promovida y promulgada por el propio Fujimori lo prohibe, el actual mandatario ha admitido públicamente su interés en ser reelecto por segunda vez consecutiva, mediante algún resquicio legal.
"Tengo temor respecto a las próximas elecciones, porque Fujimori ha montado un gobierno con un poder ilimitado en el campo de las telecounicaciones y no tiene escrúpulos para acallar a sus adversarios", afirmó Vragas Llosa.
"Si no hay una movilización muy intensa y unidad de la oposición, la posibilidad de un nuevo fraude electoral es muy grande", sostuvo.
Un ex dirigente del Fredemo, cuya reconstitución promueve "aunque Mario (Vargas Llosa) no sea candidato", afirmó a IPS que el escritor está preocupado por la inexistencia de una figura electoral opositora en el horizonte inmediato.
"La caída de la popularidad de Fujimori está creando un vacío que alienta a muchos sectores a perfilar sus propios proyectos, lo que provocaría una división que favorecerá al presidente", comentó la fuente, que pidió reserva de su identidad.
En las últimas encuestas efectuadas en Lima, destaca como candidato opositor el actual alcalde de esta ciudad, Alberto Andrade, con 32 por ciento de votación potencial, pero sus objetores consideran que su candidatura "es demasiado limeña y será rechazada en las provincias".
Otra figura de la oposicióno es Pérez de Cuéllar, que tiene casi 80 años y lidera la Unión Por el Perú (UPP), a quien las encuestas asignan menos de 10 por ciento de intención de voto, aparentemente desgastado por su derrota ante Fujimori en 1995.
Vargas Llosa se refirió a Andrade y al ex secretario general de la ONU e ignoró otras postulaciones en ciernes como la del ex alcalde del Cusco, el parlamentario de la UPP Daniel Estrada, considerado muy izquierdista por el entorno de Pérez de Cuéllar y cuyo potencial electoral es un misterio.
Los analistas suponen que Vargas Llosa tratará de influir para que la candidatura unificada de la oposición no recaiga en ninguna personalidad opuesta a la línea económica neoliberal que el escritor promueve y de la que se siente mentor en este país.
Entre las candidaturas probablemente adversas a la simpatía del literato figura también la de Alejandro Toledo, economista graduado en Harvard y cuya campaña electoral se apoya en sus ancestros andinos.
Se supone que Vargas Llosa no aceptaría figuración destacada en el frente antifujimorista del Movimiento Nueva Izquierda, que promueven ex dirigentes de Izquierda Unida, grupo marxista que en las elecciones de 1985 alcanzó el segundo lugar.
Probablemente tampoco acepte al socialdemócrata Partido Aprista Peruano, cuyo candidato, el ex presidente Alan García, ganó las elecciones de 1985, las últimas antes de la victoria de Fujimori contra Vargas Llosa. (FIN/IPS/al/dam/ip/97