Los elogios subieron de tono en la reunión en Washington de los presidentes Bill Clinton, de Estados Unidos, y Ernesto Zedillo, de México, pero lo mismo ocurrió con las críticas de opositores mexicanos a la relación bilateral y los acuerdos firmados.
Senadores mexicanos acusaron este sábado a Zedillo y al gabinete que lo acompañó en su visita del jueves y el viernes a Estados Unidos de firmar documentos bajo presión y subordinarse a los intereses de su vecino.
Secretarios de Estado y otros funcionarios deberán presentarse en los próximos días ante el Senado y la Cámara de Diputados de México para explicar el contenido de los acuerdos.
Extradiciones temporales, ratificación de límites marítimos y liciencia para persecusiones policiales "en caliente" y más allá de las fronteras, son parte de los temas concertados entre lo dos gobiernos.
Las autoridades no informan del contenido de los acuerdos, pues muchos "violan la soberanía" nacional, aseguró el senador Jorge Calderón, del centroizquierdista Partido de la Revolución Democrática.
Como en otras ocasiones, las acusaciones y el recelo previo al encuentro de los presidentes, referidos especialmente a asuntos de migración y combate contra el narcotráfico, se aplacaron al menos públicamente gracias al intercambio de cumplidos entre los dos mandatarios.
Clinton elogió el comportamiento de la economía y la política mexicana, y Zedillo sostuvo que este país vive una nueva relación con Washington, apoyada "en valores que compartimos, como la libertad y la igualdad, la democracia y la justicia".
Funcionarios mexicanos negaron que el gobierno cediera a presiones para firmar los acuerdos. Se trata de temas negociados en igualdad de condiciones, afirmaron.
Unidos por una frontera terrestre de 3.200 kilómetros, en la que se reproducen complejos problemas sociales, ambientales y económicos, Estados Unidos y México son socios, junto a Canadá, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC).
Hoy, como en tiempos de la segunda guerra mundial, México concentra cerca de 90 por ciento de su comercio exterior en su intercambio con Estados Unidos.
El gobierno de Zedillo dice promover vínculos con otros países y zonas comerciales, pero los datos oficiales evidencian que casi todo su intercambio de bienes corresponde a su relación con el vecino del norte.
Funcionarios de Washington y México no lograron superar discrepancias sobre las barreras en Estados Unidos al ingreso de escobas, cemento y hierro y respecto del tránsito de camiones de carga. Sin embargo, suscribieron un memorándum para pomover el comercio en el sector ambiental.
Clinton aprovechó la visita de su colega para hablar a favor del TLC y afirmar que no ha renunciado al proyecto de alentar el libre comercio en el continente americano.
El mandatario informó esta semana que por ahora no luchará por obtener del Congreso la autorización de "vía rápida" para negociar acuerdos de comercio que los legisladores tendrían luego que aprobar o rechazar en bloque, sin introducir modificaciones.
Los congresistas estadounidenses que se oponen a conceder la vía rápida a Clinton también criticaron a México y al TLC durante la visita de Zedillo a Washington.
México necesita un trato más duro, pues no respeta los derechos humanos, demuestra ineptitud en la lucha contra el narcotráfico y promueve la emigración ilegal a Estados Unidos, afirmaron esos legisladores, muchos de los cuales pertenecen al partido de Clinton, el Demócrata.
A pesar de los pregonados avances, la relación de México con Estados Unidos sigue siendo asimétrica y sujeta a múltiples presiones, sostuvo Ricardo Valero, director del no gubernamental Centro Latinoamericano de la Globalidad.
Valero, ex negociador del Grupo de Contadora, instancia diplomática que promovió la pacificación en América Central en la década de los 80, aseguró que México tiene una estrategia de "ocultamiento" del contenido de los acuerdos que firma con Estados Unidos.
"Cada vez más se aceptan condiciones" y se impide la intervención del parlamento mexicano, agregó.
No obstante, el gobierno deberá explicar los documentos firmados en Washington, pues la mayoría en la Cámara de Diputados corresponde ahora a la oposición, y "ya no es posible que el Legislativo conozca a medias o en forma tardía los acuerdos que se negocian", dijo el senador José Conchelo, del conservador Partido Acción Nacional. (FIN/IPS/dc/ff/ip/97