MEDIO ORIENTE: Boicot árabe asegura fracaso de foro económico

Un generalizado boicot árabe anuncia el fracaso de la MENA, un foro de proyectos e inversiones que se realiza anualmente desde 1994 en apoyo del proceso de paz de Medio Oriente y cuya nueva edición comenzará el domingo en Doha, la capital de Qatar.

Sólo cinco países árabes, a los que se sumará Israel, participarán de la MENA (conferencia económica de Medio Oriente y Africa del Norte), pese al esfuerzo de Estados Unidos por lograr una importante concurrencia.

"Ese es el precio de la resistencia israelí a implementar los acuerdos firmados y del apoyo de Estados Unidos a Israel", advirtió Ibrahim Abdel Hadi, presidente de la Asociación de Empresarios Palestinos.

"Hemos emitido numerosas señales de malestar, pero israelíes y estadounidenses no las tomaron en cuenta", dijo Abdel Hadi, cuya organización, radicada en la ciudad cisjordana de Nablus, anunció a principios de este mes que no concurrirá a la reunión de Doha.

La MENA, de realización anual, fue creada en Marruecos inmediatamente después del acuerdo palestino-israelí de 1993, como mecanismo para integrar económicamente a Israel en Medio Oriente después de décadas de exclusión.

La primera conferencia, realizada en 1994 en Casablanca, reunió a 3.000 asistentes entre políticos y empresarios de 60 países. De allí surgió la propuesta de grandes proyectos de cooperación, como un banco regional de desarrollo, como estímulos para la paz.

Pero, a la vista del desvanecimiento de las negociaciones entre israelíes y palestinos, congeladas desde hace ocho meses, uno tras otro los países árabes optaron por rehuir la convocatoria a Doha.

Todos acusaron al gobierno israelí, encabezado por el derechista Benjamin Netanyahu, de frustrar las esperanzas de paz.

Egipto dio esta semana el golpe de gracia a la conferencia al incorporarse al boicot. El gobierno egipcio instó a Qatar a postergar la reunión que, a su juicio, fue organziada "en momento inadecuado", dada "la crisis que atraviesa el proceso de paz". Pero Qatar mantuvo la fecha fijada.

Las conversaciones entre israelíes y palestinos se reanudaron hace dos semanas en Washington, aunque sólo se lograron pequeños progresos hacia la habilitación de un aeropuerto y un puerto marítimo en Gaza y de un corredor permanente para la población palestina entre Gaza y Cisjordania.

No hubo mejora en los grandes asuntos, como en el caso del ya pactado y no cumplido retiro de las tropas israelíes de zonas de Cisjordania que aún ocupan. La Autoridad Nacional Palestina (ANP) también pretende que Israel suspenda la construcción de asentamientos judiíos en Cisjordania.

Pero Netanyahu se rehusó a detener la construcción de los 144 asentamientos judíos previstos, a pesar de la presión de Washington, y tampoco se comprometió a entregar a la ANP la administración de nuevos territorios.

La MENA comenzaba a convertirse en un centro generador de las inversiones privadas que los países árabes ajenos a la región del Golfo no podían atraer por otro medio. Así mismo, su propósito original, unir a árabes e israelíes con lazos económicos, comenzaba a realizarse.

Pero ausentes Egipto, el país árabe de mayor población, Arabia Saudita, rica en petróleo, y Marruecos, tres de los principales aliados de Estados Unidos en la región, la conferencia pierde atractivo para los inversionistas privados.

Israel no ignoró el mensaje del mundo árabe. "El boicot de la conferencia pone en evidencia el aislamiento y la reclusión política de Israel", advirtió Yuval Elizur, un experto en asuntos económicos de Medio Oriente.

Elizur es autor de "Economic Warfare: One Hundred Years of Economic Confrontation Between Arabs and Jews" (Guerra Económica: Cien Años de Enfrentamiento Económico Entre Arabes y Judíos).

De todas maneras, Israel tiene previsto enviar a la conferencia una delegación de 20 funcionarios, encabezada por el canciller David Levy. También asistirán unos 30 empresarios, entre ellos representantes de las principales compañías israelíes.

Tanto las delegaciones árabes como la israelí se redujeron desde la conferencia de Casablanca. Mil empresarios israelíes asistieron en 1994 al encuentro, en un ambiente de gran esperanza por lo que se creía que sería el comienzo de una nueva época de paz y cooperación.

La conferencia del año siguiente, celebrada en Amman, Jordania, fue la más fructífero en términos de empresas conjuntas ("joint ventures") y asociaciones que se formaron.

En 1996 sólo se presentaron 100 industriales israelíes. El panorama ya era sombrío. La ANP boicoteó la reunión del último año, en protesta por la clausura de las fronteras de Israel, de fuerte impacto en la economía y en la población activa palestina.

"No hemos visto realizarse ninguno de los grandes planes económicos anunciados" en la MENA, señaló el empresario palestino Abdel Hadi. "Y, si las medidas israelíes me impiden ir (de Cisjordania) a Gaza o Jerusalén por asuntos de negocios, ¿cómo puedo hacer negocios con otros países?"

Este año, los israelíes sólo podrán reunirse con representantes de Jordania, Kuwait, Omán, Túnez y Yemen. Siria y Líbano no asistieron nunca a las conferencias e Iraq y Libia jamás fueron invitados.

El boicot no afectará en medida importante a la economía de Israel, aseguró el experto israelí Elizur. De todas formas, los grandes proyectos regionales, como el banco de desarrollo, nunca se concretaron.

Así mismo, la economía israelí ya recibió un impulso cuando los árabes fueron a Casablanca y se derrumbó el boicot que mantuvo a cientos de empresas de Europa y Japón fuera de Israel.

Pero el sueño de una nueva época de recíproca cooperación parece inalcanzable. "La esperanza de Casablanca y Ammán desapareció. Mientras el proceso de paz esté paralizado, difícilmente se logre la colaboración entre israelíes y árabes", dijo Elizur. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/ff-aq/ip/97

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