Industriales y productores agropecuarios de Panamá rechazaron una nueva reducción de los aranceles de importación por estimar que ello llevará a la ruina al sector productivo nacional y aumentará en el desempleo.
El presidente del Sindicato de Industriales, Antonio Miró, y el secretario ejecutivo de la Unión Nacional de Productores Agropecuarios, Calos Pitty, adujeron que los nuevos aranceles colocan en desventaja a los productos nacionales en el mercado regional.
El ministro de Planificación y Política Económica Guillermo Chapman informó este jueves que a partir de enero de 1998 más de 2.200 productos quedarán sujetos a un techo arancelario del 15 por ciento.
Esos mismos productos habían sufrido una reducción de sus aranceles hasta un techo del 40 por ciento a fines de 1996 para cumplir con acuerdos asumidos por Panamá para ingresar a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las importaciones de agroquímicos y maquinarias tendrán a partir de enero de 1998 un arancel de cero, las materias primas un tres por ciento, los bienes para la venta a los turistas un cinco por ciento y los restantes entre un 10 y un 15 por ciento.
Sin embargo, se exceptúan los automóviles, que mantienen un arancel que fluctúa entre 15 y 20 por ciento según el valor del vehículo, así como los productos lácteos, que se redujeron de 50 a 40 por ciento y el arroz, que de aquí al año 2000 bajará paulatinamente de 60 a 30 por ciento.
El ministro de Planificación y Política Económica indicó que las nuevas tarifas arancelarias forman parte del plan de ajustes que viene introduciendo el presidente Ernesto Pérez Balladares desde que asumió el poder en septiembre de 1994.
Además de la reducción y eliminación de aranceles y el ingreso a la OMC, el plan de ajuste incluyó la privatización de las empresas públicas, una reforma tributaria, reformas a la legislación laboral y al régimen de pensiones para un sector de los trabajadores del Estado.
Chapman explicó que esos ajustes tienen como meta final la rebaja del costo de la vida, la disminución de la pobreza, que actualmente afecta a más de 45 por ciento de los 2,5 millones de panameños, y una mejor distribución de la riqueza.
Sin embargo, Miró precisó que los industriales "aunque creen en la globalización, piensan que Panamá perderá si los ajustes no se hacen respetando la gradualidad negociada en la OMC".
Según el industrial, esa gradualidad contemplaba un plazo de diez años a partir de 1996 para reducir los aranceles por debajo de 40 por ciento.
Miró advirtió que la nueva reducción de aranceles podría obligar al cierre de un importante sector de la industria nacional, la cual aporta cerca de 12 por ciento al Producto Interno Bruto y que, junto a la agroindustria, da empleo a 220.000 panameños.
Pitty señaló por su parte que "los productos panameños se verán en una condición inferior respecto a otros países con monedas más débiles, lo que generará una competencia desigual" para la industria y la agricultura nacional.
Puso como ejemplo los niveles de aranceles que rigen en la mayoría de los países de América Central, actualmente en tratativas con Panamá para suscribir acuerdos de libre comercio en el marco del proceso de integración regional.
Para exportar carne de cerdo a América Central Panamá tendría que pagar un arancel que va de 45 a 50 por ciento, mientras que sus vecinos "lo harán hacia Panamá pagando sólo 15 por ciento", explicó Pitty.
Otros artículos, como la carne y subproductos avícolas, los lácteos y tubérculos, tendrían que pagar aranceles comprendisos entre 50 y 262 por ciento para ingresar a otros países de América Central, acotó el productor, "mientras Panamá les cobra sólo 15 por ciento". (FIN/IPS/sh/dg/if/97)