El presidente de Brasil Fernando Henrique Cardoso se encontró con su par francés con Jacques Chirac en Guyana Francesa y visitará Gran Bretaña la próxima semana, indicando que el norte actual de Brasil es Europa.
Cardoso estuvo por algunas horas el martes 25 en Saint-Georges de l'Oyapok, pequeña ciudad del departamento ultramarino francés, para discutir con el presidente Chirac un mayor desarrollo en la frontera, con vías de comunicación, como un puente y carreteras.
La frontera entre Francia y Brasil, de 600 kilómetros en la región amazónica, fue el pretexto para un nuevo encuentro entre los dos mandatarios.
Hace un año ambos presidentes se reunieron en ocasión de la visita de Chirac a Brasil, cuando se lanzó la idea de una cumbre entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) en 1999, para acelerar el acuerdo comercial y político entre ambos bloques.
Además de una intensificación del intercambio entre Guyana Francesa y el norte de Brasil, los dos presidentes discutieron temas como la actual crisis financiera en Asia, las relaciones bilaterales y el acercamiento europeo al Mercosur, informó Cardoso.
En Londres, donde iniciará el lunes una visita de cinco días, el presidente brasileño dijo que buscará principalmente atraer más inversiones británicas a Brasil, que siempre fueron importantes "pero no crecieron últimamente como las de otros países".
Las negociaciones entre Mercosur y UE también serán tema de su visita, así como cuestiones políticas, ante "similitudes entre el nuevo gobierno británico y el brasileño", señaló Cardoso, refiriéndose al reciente ascenso al poder del laborista Tony Blair en el Reino Unido.
Con las dificultades del presidente de Estados Unidos Bill Clinton en obtener el aval del Congreso para negociar con manos libres el Area de Libre Comercio de América (ALCA), la diplomacia brasileña aprovecha el momento para impulsar el acercamiento con Europa.
La coincidencia de la visita del presidente argentino Carlos Menem a México esta semana, puede alimentar las evaluaciones de que los dos socios decisivos del Mercosur tienen nortes distintos, con Argentina más interesada en aliarse a América del Norte y Brasil a Europa.
Durante las discusiones preliminares del ALCA, desde el año pasado, Brasil viene resistiendo las presiones de Washington por llevar acabo rápidas negociaciones del libre comercio hemisférico, confesando que su industria no aguantaria una nueva apertura del mercado nacional a la competencia de Estados Unidos.
Sin el aval parlamentario, que el presidente Bill Clinton desistió de solicitar este año ante una correlación de fuerzas desfavorable, ganó peso la posición brasileña de cautela y dilación del ALCA, apoyada por el Mercosur.
La UE, que también propuso negociar con el Mercosur un acuerdo amplio, incluyendo libre comercio y cooperación estrecha en otras áreas, aparece como una alternativa y un contrapeso a una integración continental bajo hegemonía estadounidense.
La liberalización del comercio con Europa sera más ventajosa para el sector agropecuario brasileño, con aumento de 88 por ciento en las exportaciones de granos y de 140 por ciento en productos ganaderos, según un reciente estudio encomendado por el Ministerio de Industria y Comercio a un instituto independiente.
En cambio el ALCA favorecerá a la industria brasileña, que obtendrá un aumento de 10,36 por ciento en sus exportaciones, concluyó la investigación de la Fundación Getulio Vargas, de Rio de Janeiro.
En caso de que se concrete un acuerod de integración con una u otra región, en lo que concierne a la importación de productos industriales el aumento será mayor desde la Unión Europea, entre 12 y 15 por ciento, que desde el resto de América.
En términos comerciales, "no hay razones para elegir una u otra propuesta de integración", concluy el estudio, señalando que el multilateralismo es el camino más recomendable para la economía brasileña, cuyas exportaciones se distribuyen en partes similares por todas las regiones del mundo.
En esa medida interesa al gobierno brasileño un avance de las negociaciones con la UE, paralelamente a las del ALCA.
Si se concreta la idea de nuevas rondas globales de liberalización comercial, pierde sentido buscar acuerdos regionales, indicó el canciller Luiz Felipe Lamprea.
Pero las inclinaciones del presidente Cardoso apuntan más claramente a Europa.
Sus referencias políticas son europeas. Vivió algún tiempo exiliado en Francia, como profesor de sociología, y sus allegados políticos e intelectuales son también europeos.
Fundador del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, el presidente se sigue definiendo como un socialdemócrata a la europea, pese a liderar un gobierno de coalición con conservadores.
Asimismo, reivindica similitudes con Blair, el ex jefe del gobierno español Felipe González y con el actual gobierno francés del socialista Lionel Jospin, también reclamadas por la oposición izquierdista. (FIN/IPS/mo/dg/ip-if/97)