Poco quedó luego del ditirambo a las políticas de ajuste intercambiado por los presidentes de Argentina, Carlos Menem, y de México, Ernesto Zedillo. Acuerdos menores y nuevas promesas de un acercamiento México-Mercosur, fueron los resultados del fugaz encuentro.
La visita de Menem a México, que se redujo de cuatro días a uno debido a la repentina muerte por infarto, la noche de este lunes, del jefe de la Casa Militar de Argentina, Juan Carlos Ponce, mereció honores sólo reservados a los reyes de España y al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
El mandatario del país sureño, que comparte con Zedillo la desventura de haber perdido en elecciones, celebradas en julio y octubre, las mayorías que sus partidos mantenían en los parlamentos, fue recibido este miércoles en el campo militar Marte en una lucida ceremonia.
Tras los honores, los dos presidentes emitieron discursos e hicieron declaraciones en las que primaron los elogios mutuos a sus estrategias económicas de ajuste y al libre comercio.
Como corolario firmaron acuerdos para eliminar el doble impuesto a la operación de buques y aeronaves, reciprocidad al uso de satélites, reconocimiento de estudios académicos, cooperación entre bancos y una minuta sobre narcotráfico. La mayoría son documentos similares a otros suscritos en años pasados.
En relación al objetivo de alcanzar un acuerdo comercial entre México y el Mercosur (Mercado Común del Sur), país y grupo que representan juntos 82 por ciento del producto interno bruto de América Latina, los dos mandatarios volvieron a repetir por enésima vez que trabajarán por ello.
La negociación para avanzar hacia la meta de un acuerdo, planteada hace más de dos años, se ve limitada actualmente por los problemas económicos que sufre Brasil, la primera economía del Mercosur, según reconocieron Menem y Zedillo.
Pero no sólo eso lo limita. El escaso nivel de intercambio comercial y las diferencias en materia arancelaria son otros factores que atentan contra las relaciones de México y el bloque integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
En 1996, el intercambio entre México y los miembros del Mercosur alcanzó alrededor de 2.500 millones de dólares, cifra que representa menos de dos por ciento del comercio exterior del país norteamericano.
El acuerdo con el Mercosur está muy lejano, pues México tiene puesto todo su interés en Estados Unidos, país con el que está asociado en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (también integrado por Canadá), opinan analistas locales.
Durante la corta estancia de Menem en México, Zedillo coincidió con su colega en señalar que las políticas de liberalización comercial y ajuste son las adecuadas para lograr el desarrollo y la integración.
En ese sentido expresaron que Brasil tiene todo su apoyo y solidaridad en la decisión de aplicar un paquete de ajuste para sortear sus problemas financieros.
"Nuestra prioridad es abrir todos los márgenes que sean necesarios y que necesite el gobierno de Brasil para llevar a cabo el importante programa de ajuste", declaró Zedillo.
Ninguno de los dos mandatarios se refirió a los impactos sociales y políticos de esas estrategias, que en el caso de Argentina y México costaron a los partidos de gobierno retrocesos electorales importantes.
Perder "es el juego de la democracia. No debemos tener en cuenta los resultados electorales, (pues) esos son accidentes", dijo el presidnete argentino.
Según Zedillo, Menem ha sabido enfrentar múltiples problemas económicos con "decisión de gran estadista" y con "enorme visión de futuro y ética de responsabilidad política".
"Los mexicanos nos identificamos con ese esfuerzo por sentar las bases de un mejor futuro, de oportunidades, democracia y justicia social", expresó.
Menem por su parte llamó a su colega "amigo del alma" y también le felicitó por los logros económicos y el interés en el "desarrollo y la integración". (FIN/IPS/dc/dg/ip-if/97)