Los titulares de prensa que describen violaciones de mujeres activistas e indígenas como forma de acallar sus reclamos ya no resultan sorprendentes en India.
Protegidos por poderosos grupos de presión de las elites, terratenientes y hombres uniformados continúan utilizando la violación como forma de suprimir el disenso, afirman activistas sociales.
Títulos como "Terratenientes violan a mujer dalit (de la casta baja)", "Activistas violadas por miembros de un grupo rival" y "Soldados responsables de violación múltiple de mujer indígena en el noreste" son frecuentes en los medios indios.
Además de una escalada en el número de violaciones, también se registra un aumento de la perversión en los delitos contra las mujeres, afirmó Indu Agnihotri, del Centro para Estudios de la Mujer en Nueva Delhi.
Agnihotri sostiene que las situación es peor en los estados norteños de Uttar Pradesh y Rajasthan, donde las divisiones por casta y género son agudas. "Las cuestiones de género quedan subsumidas por las relaciones de poder entre las castas", señaló.
Esto es claro en un caso de violación múltiple ocurrido en septiembre. Cuando una joven de 25 años se quejó de haber sido violada por siete hombres en un dormitorio universitario en Jaipur, Rajasthan, políticos de la poderosa casta Jat a la que pertenecen los atacantes salieron en su defensa.
Pasando por alto estructuras partidarias, los políticos Jat calificaron el caso de violación, que fue ampliamente difundido en importantes periódicos, como "una conspiración para difamar a una casta en particular".
Como resultado, la Comisión Nacional para la Mujer (NCW), ue investiga casos de violación, a menudo se encuentra sin herramientas en casos en que la presión política opera a favor de los acusados de violación.
Además, los funcionarios de policía de bajo rango no responden o no registran las quejas, o las falsifican o retrasan, aseguró Kokila Vyas, de la NCW.
En muy raros casos se hace justicia en casos de violación. Bhanwari Devi, del Programa de Desarrollo de la Mujer, fue violada por un cuatro hombres de una casta alta en 1992 por oponerse al matrimonio infantil. La víctima aún entra y sale de las cortes buscando justicia.
En 1994, un juez de una corte que absolvió a los cuatro hombres alegó que la violación no pudo haber tenido lugar ya que los acusados pertenecen a la clase alta y entre ellos figuraba un Brahmin, mientras la víctima es de una casta baja. Bhanwari llevó la apelación a una alta corte.
La NCW logró intervenir y registrar ante la policía casos contra miembros de Shanti Sena, un grupo respaldado por el partido gobernante en el estado de Maharashtra que supuestamente violó en agosto a activistas del rival Adivasi Mukti Sangathan (AMS).
Madhuri Krishnaswamy, activista de AMS, afirma que las mujeres al frente de la lucha por los pobres y los marginados enfrentan serios riesgos de ser violadas.
En 1993, Budhi Behn, activista del grupo Narmada Bachao Andolan en Gujarat, fue violada por policías tras resistir el desalojo de su tierra, amenazada por el proyecto de represa.
Usha Dhiman, una mujer de casta baja, fue desvestida, exhibida desnuda y violada por guardaespaldas de un grupo de comerciantes de bebidas alcohólicas, cuyos intereses amenazó al liderar un movimiento contra el alocoholismo que ganaba influencia en el estado de Uttar Pradesh.
En un caso similiar, Dhapu Bai, una indígena del distrito Tonk en Rajasthan, fue víctima de una violación múltiple de contratistas de bebidas alcohólicas porque su marido lideraba una manifestación contra el consumo de alcohol.
Los peores casos se registran en Bihar, donde terratientes y las castas altas mantienen ejércitos privados como el Ranvir Sena, que regularmente ataca villas de las castas bajas y mata o mutila a los hombres y viola a las mujeres.
Grupos de mujeres como la Asociación Democrática de Todas las Mujeres de India (AIDWA) han denunciado la conspiración entre la policía y el ejército con los terratenientes, empleadores e intereses empresariales que utilizan la violación como arma en los conflictos o la represión.
AIDWA sostiene que el programa de "pacificación" en el estado noreste de Tripura incluyó la violación de mujeres por parte de soldados en Ujanmaidan.
Hechos similares han sido registrados en áreas como la region noreste, donde hay conflicto entre los naga, y en el territorio de Cachemira.
Según miembros del Movimiento del Pueblo Naga por los Derechos Humanos, "fuerzas de seguridad en el noreste y Cachemira violan a mujeres para inducir un estado de humillación y terror en toda la población local".
A menudo, los abusos son facilitados y justificados por leyes especiales que otorgan amplios poderes de registro y detención de civiles.
Las organizaciones de mujeres se reúnen en coaliciones para resistir los abusos de autoridades policiales o quienes representan las fuerzas de las castas hegemónicas. Algunas se crearon específicamente para luchar contra la violación.
"Si creen que pueden silenciarnos con la violación, están equivocados. Estamos más fuertes que nunca ahora", afirmó Sumli Bai, líder del Advivasi Mukti Sangathan. (FIN/IPS/tra-en/lm/dr/js/lp/hd-pr-ip/97