IBEROAMERICA: Opositores cubanos reciben disculpas de Venezuela

El presidente de Venezuela, Rafael Caldera, y varios de sus ministros pidieron hoy disculpas a un grupo de ocho opositores al gobierno cubano de Fidel Castro, que fueron expulsados el día antes de la Isla de Margarita por la policía política.

"Más que un crimen se trató de una estupidez", resumió el sentir del gobierno de Caracas el ministro de la Presidencia, Asdrúbal Aguiar, mientras el gesto de cuadros medios policiales logró dar a los dirigentes anticastristas una notoriedad muy superior a la que hubieran alcanzado sin la expulsión.

En Margarita, situada en el noreste del país, se realizará el sábado y el domingo la VII Cumbre Iberoamericana, donde participará Castro, junto con los jefes de Estado y de gobierno de otras 18 países latinoamericanos, España y Portugal.

Castro se ha transformado, como suele suceder en todas sus salidas al exterior, en "la estrella" de la Cumbre, antes de llegar a la isla el viernes, con versiones de presuntas conspiraciones para atentar contra su vida, a las que se sumó ahora el episodio con el grupo opositor.

Entre los expulsados están el escritor Carlos Alberto Montaner, Roberto Fontanillas y José Ignacio Rasco, pertenecientes a la Plataforma Democrática Cubana, con sede en Miami, y que estaban en Margarita para dar una rueda de prensa el jueves contra la presencia de Castro en el encuentro cimero.

Montaner dijo este martes en Caracas durante una rueda de prensa en el Congreso venezolano que el mismo Caldera llamó a uno de los dirigentes anticastristas para pedirle disculpas, mientras que el ministro de Información, Fernando Egaña, y Aguiar, se sumaron a la iniciativa.

La decisión de expulsión correspondió a cuadros medios de la Dirección de Seguridad, Inteligencia y Prevención, que ha desplegado un operativo especial en la isla para garantizar la seguridad y el orden durante la cumbre, cuyas reuniones preliminares comienzan este miércoles.

El canciller Miguel Angel Burelli dijo a IPS que el único objetivo del gobierno durante la cumbre es que no se produzcan "manifestaciones de calle" en favor o en contra de cualquier gobierno, pero que nunca se planteó el entorpecer otras iniciativas pacíficas como los contactos con la prensa.

En Margarita, explicó Montaner, quedaron otros dirigentes de la disidencia cubana asentada en Miami, como Huber Matos, de la organización Cuba Independiente y Democrática.

El embajador de Cuba en Venezuela, Germán Sánchez, resaltó desde Porlamar, la principal ciudad de Margarita, que entre los ocho expulsados había estadounidenses, un español -Montaner, que tiene esa nacionalidad- y venezolanos residentes aquí.

En Margarita está desde abril una delegación de seguridad cubana. La protección de Castro es "el mayor dolor de cabeza" de los organizadores de la reunión, seguido del rey Juan Carlos de España y su jefe de gobierno, José María Aznar, y el presidente peruano Alberto Fujimori.

La VII Cumbre tiene el problema de que los huéspedes se alojarán en un hotel del norte de la isla y tendrán sus sesiones de trabajo en otro hotel en Porlamar, con un recorrido de 35 míiutos cada vez que se desplacen los mandatarios.

La situación de Cuba como el único país latinoamericano que no está regido por un gobierno democrático será levantada por uno o más participantes en la Cumbre, como ya sucedió hace un año durante la reunión en Chile.

En esa ocasión las presiones contra Fidel Castro provinieron principalmente de Aznar, que se estrenaba en las cumbres anuales instituidas desde 1991.

En esta ocasión se anticipa que será el presidente argentino Carlos Menem, reforzado por su colega nicaragüense Arnoldo Alemán, los que más tratarán de subrayar que Castro está firmando compromisos colectivos con la democracia que incumple después.

Burelli comentó a IPS que las cumbres iberoamericanas no surgieron como cumbres que especificaran que la democracia era un requisito para participar en ellas, sino que se trató de impulsar la comunidad de naciones unidas por una historia, una cultura y una identidad común.

También admitió que "aparentemente" existen "intereses extraños" a la comunidad iberoamericana para que Cuba sea separado del grupo, en alusión a Estados Unidos, que tendría una clara influencia en la posición de Alemán y Menem.

Existen además versiones de que Washington promueve que algunos gobernantes desistan de participar en la IX Cumbre Iberoamericana, que se realizará en 1999 en Cuba, después de la de 1998, pautada para celebrarse en Oporto, Portugal.

Pero diferentes funcionarios de la Cancillería venezolana insisten, como anfitriones de la cumbre de este año, que no está planteado revisar que Cuba sea sede de la cita cimera y que no se permitirá que en Margarita haya una agresión contra nadie.

El canciller cubano Roberto Robaiana dijo el lunes en La Habana que su gobierno no tendrá problemas en que se discuta en Margarita el sistema político cubano, "porque en las familias no hay temas prohibidos", y que Castro sabrá defender.

Burelli logró la semana pasada, en una breve visita de su colega cubano a Caracas, que La Habana eliminara las objeciones que mantenía a partes del proyecto de la Declaración de Margarita y que podían obstaculizar contar con un texto de consenso para entregar a la decisión de los mandatarios.

Esas objeciones eran muy tangenciales en la parte principal de lo que será la Declaración de Margarita, con compromisos para promover los valores éticos de la democracia. Pero se incrementaban en el tercer apartado, donde se concentran los acuerdos sobre aspectos de la coyuntura internacional.

Entre otros puntos, Cuba rechazaba que se planteara "con firmeza" la cooperación internacional para desmantelar las minas antipersonales esparcidas por diferentes puntos de la región, incluso en la frontera de la nación anfitriona con Colombia.

La razón de su objeción a un párrafo considerado insuficiente y débil en materia del compromiso esperable contra esos instrumentos por parte latinoamericana, está en la necesidad de Cuba de protegerse con campos minados frente a la base estadounidense de Guantámano en la isla caribeña.

También se oponía a que en Margarita hubiera pronunciamientos de apoyo a actividades de la Organización de Estados Americanos, por haber sido excluido el país de este foro interamericano en 1962. (FIN/IPS/eg/dg/ip/97

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