Colombia dará un gran paso esta semana, en el marco de la VII Cumbre Iberoamericana, para que la pacificación de su territorio se convierta en preocupación internacional, anticipó el canciller venezolano Miguel Angel Burelli.
La isla caribeña de Margarita, en el noreste de Venezuela, va a ser desde el viernes escenario del encuentro anual de los jefes de Estado y de gobierno de los 19 países latinoamericanos y de España y Portugal, en el que participará el presidente colombiano Ernesto Samper.
Ademas de participar en la Cumbre, Samper intentará acelerar "el proceso de conformación de un Grupo de Amigos que impulse las futuras y graduales negociaciones" para la paz en Colombia, dijo la vicecanciller colombiana Clemencia Forero.
Uno de los encuentros paralelos de la cumbre al que se le asigna primordial importancia será el que mantendrá Samper con sus pares de Costa Rica, España, México y Venezuela, integrantes de un grupo que formalizó en septiembre su decisión de apoyar a la paz en Colombia.
Además, diferentes delegaciones que este miércoles comenzaron las reuniones preparatorias de la Cumbre en la ciudad margariteña de Porlamar, y el mismo Burelli, coincidieron en que durante el cónclave que los mandatarios mantendrán sin testigos el domingo, "la paz en Colombia será uno de los asuntos de mayor interés".
En la reunión con el grupo especial de cuatro países, "Samper nos va a informar sobre los alcances de las posibilidades de la paz, qué es factible y qué no es factible y en qué medida podemos actuar nosotros", explicó Burelli a IPS.
Se trata de un informal "grupo de amigos, por ahora un grupo de buena voluntad o contacto, que estamos a la orden de lo que Colombia quiera", aclaró el canciller.
"Samper va a interesar a los países amigos el diseño de los lineamientos que está propiciando el gobierno para activar el proceso de paz", acotó Forero en Margarita.
El presidente colombiano destacó en julio que ninguno de los bandos -el ejército colombiano o la guerrilla- logra ganar la guerra, por lo que se imponía la negociación de una paz por etapas, mediante acuerdos sectoriales y graduales.
También hizo el gesto de ir a visitar Guatemala, donde dio señales expresas de que el proceso de pacificación de ese país es el modelo que su gobierno quiere adoptar.
Para que se transforme en un Grupo de Amigos, como los que España, Francia, México y Venezuela constituyeron para impulsar los procesos de paz de El Salvador y Guatemala, la iniciativa tiene que ser respaldada también por la guerrilla y no sólo por el gobierno colombiano, como hasta ahora.
Pero la guerrilla colombiana, la más antigua del mundo, no hay dado todavía señales precisas, si bien las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) insinuaron que estarían dispuestas a iniciar un proceso de paz al amparo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)
Mientras, existen dudas acerca de la actitud del otro grupo que permanece en armas desde hace cuatro décadas, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Se ignora si el ELN aceptará incorporarse a proceso que tenga a la ONU de sombrilla y un Grupo de Amigos con participación de Venezuela, en cuya frontera mantiene un frente activo.
Burelli dijo que además de este encuentro especial, la reunión reservada en que los 23 jefes de Estado y de gobierno -cuatro en el caso de España y Portugal-, también Samper va a explicar el problema interno, "y países que no lo habían hecho todavía van a tomar conciencia del drama colombiano como un asunto que nos involucra".
Para Venezuela, la comunidad internacional ha tardado en percibir en toda su magnitud el impacto de la virtual guerra civil de Colombia, un país al que se prestaba atención por otro de sus problemas: su condición de epicentro del procesamiento y tráfico de drogas.
La extensa y muy activa frontera venezolana con Colombia es sacudida por las operaciones de la guerrilla, en especial del ELN, que tiene en esa zona uno de sus frentes y aliviaderos, una realidad que debería cambiar positivamente si se conforma el Grupo de Amigos.
Muchos países expresaron en septiembre en la Asamblea General de la ONU su deseo de participar activamente en un proceso de paz de Colombia, en especial europeos como Suecia, Noruega y hasta Suiza, poco dado a romper su neutralidad internacional.
Pero las cuatro naciones que el 25 de septiembre suscribieron el comunicado para formalizar su decisión de impulsar el proceso de pacificación colombiano, tomaron la iniciativa de evitar la inundación del grupo, en particular en la crucial fase preliminar, según ha trascendido.
De Margarita, se asegura, saldrá una señal muy clara de que la paz de la traumatizada Colombia ha pasado a ser un objetivo de la comunidad iberoamericana en su conjunto, como antes lo fue la paz de América Central. (FIN/IPS/eg/ff/ip/97
