IBEROAMERICA: Cuba se afirma en la Cumbre, con discrepancias

Cuba ha afirmado su pertenencia a la Cumbre Iberoamericana de Mandatarios, aunque se mantienen las diferencias y las opiniones que reclaman al régimen castrista una apertura democrática.

Al culminar este sábado la VII Cumbre, se ratifica que Cuba albergará a la novena y que probablemente integrará el Grupo de Países Amigos de la Paz en Colombia, junto con España, Venezuela, Costa Rica y México.

Pero, a la vez, se reiteran las críticas -unas directas y la mayoría indirecta- al inmovilismo político cubano, repitiéndosele al presidente Fidel Castro un concepto emitido por el entonces presidente de Bolivia, Jaime Paz Zamora, quien en la tercera cumbre proclamó: "Queremos que Cuba nos ayude a que la ayudemos".

Castro, como en las seis cumbres anteriores, fue recibido con manifestaciones de rechazo públicas organizadas por emigrados cubanos y otras de apoyo, provenientes de sectores de izquierda de Venezuela.

El canciller chileno, José Miguel Insulza, admitió este sábado en conferencia de prensa que hubo presiones para cambiar la sede de la novena Cumbre, por considerar que en Cuba no existe un régimen democrático.

El propio Castro lo dijo en su discurso de este sábado: "Enviaron emisarios a todas partes pretendiendo sabotear o que incluso se nos arrebatara la sede de 1999 y muy pocos gobiernos se prestaron al juego". Atribuyó esas maniobras a "los procónsules de Estados Unidos", que no identificó.

Otro hecho que compromete al gobierno cubano, pero que al mismo tiempo lo consolida como parte integrante de la Comunidad Iberoamericana de Naciones, es el pedido oficial realizado por el presidente de Colombia, Ernesto Samper, para que integre el grupo de amigos de la paz.

Anticipándose a los pedidos, sugerencias y presiones que en todas las cumbres le hacen los demás mandatarios -en especial en las sesiones a puertas cerradas y en los encuentros bilaterales- Castro afirmó que "en Cuba hubo, hay y habrá una revolución cuyos principios no se venden ni traicionan, que jamás hemos renunciado a nuestro sistema político, económico y social".

La réplica más dura le llegó en el discurso del presidente de Nicaragua, Arnoldo Alemán. ste señaló que el tema central de la cumbre, la ética en la democracia, es de elevado contenido polémico, por pretender conciliar los principios democráticos "con los espejismos creados por teorías desfasadas y utopías violentas dejadas atrás por el paso inexorable de la historia".

Aleman añadió que "nada es tan peligroso como dejar permanecer largo tiempo a un mismo ciudadano en el poder, el pueblo se acostumbra a obedecerlo y él a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía". Todos miraron a Castro, quien se encuentra en la cúspide del poder cubano desde 1959.

El presidente de Paraguay, Juan Carlos Wasmosy, dijo a IPS que incluso en las reuniones privadas Castro hizo oídos sordos a las sugerencias y que no hubo presiones, aunque sí se le manifestó el deseo de que sea el presidente cubano el protagonista del cambio hacia la democratización de su país.

A eso se refirió Castro cuando dijo que en todas las cumbres Cuba trabajó por la unidad y el consenso, expresando siempre con toda lealtad su modo de pensar, sea en reuniones abiertas o cerradas.

Quizás por eso la declaración final asumida por los mandatarios incluye matizaciones o frases que amortiguan la defensa de algunos principios.

Así, al ratificar su voluntad de perfeccionar los sistemas democráticos y de contribuir a un eficiente funcionamiento de los partidos políticos (en plural) y de los procesos electorales, puntualiza que lo es "conforme con la legislación vigente en cada país". En Cuba la legislación consagra el régimen de partido único.

La misma aclaración de "según la legislación interna de cada país" se aplica al apoyar la iniciativa para impulsar la firma y adhesión a los tratados de derechos humanos y la aplicación de normas que garanticen su aplicación.

De esa manera, la Cumbre ratifica la pertenencia de Cuba a la Comunidad Iberoamericana, rechaza sin mencionarla la presión de Estados Unidos para aislar a la isla y confía en que, más temprano que tarde, el diálogo y la apertura se abrirán camino. Además, la mayoría de los mandatarios desean que ese camino sea abierto por el propio Fidel Castro. (FIN/IPS/td/ip/97)

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