HONG KONG: Censura indirecta a películas occidentales sobre Tibet

El gobierno de China traba el estreno en Hong Kong de dos películas occidentales que muestran simpatía hacia la causa autonomista de Tibet, mientras promovió su propias ideas en un documental emitido por televisión.

Leyes aprobadas desde la reincorporación de Hong Kong a China el 30 de junio prohíben la realización de manifestaciones a favor de la independencia tibetana. Toda muestra de solidaridad hacia los autonomistas, que acusan a Beijing de destruir su religión, su cultura y su democracia, es considrada anatema.

Tibet ha sido gobernado como "región autónoma" de China desde 1951. El Dalai Lama, líder espiritual tibetano en el exilio en India desde 1959, pretende un "genuino autogobierno" y es acusado por Beijing de "divisionista".

Los distribuidores cinematográficos evitaron comprar las películas "Siete años en el Tibet", del francés Jean Jacques Annaud, y "Kundun", del estadounidense Martin Scorsese.

El gobierno de China ha condenado a "Kundun" por la simpatía que demuestra hacia los independentistas, y amenazó a la compañía Disney, a cargo de la producción, de suspender todas sus actividades comerciales en Hong Kong si logran difundirla en la región.

La oficina de operaciones de la Disney para el área de Asia y el Pacífico está en Hong Kong.

"Estamos contra la película, que intenta glorificar al Dalai Lama e interfiere con los asuntos internos chinos", dijo un funcionario del Ministerio de Radio, Cine y Televisión.

Estas amenazas contra una poderosa corporación estadounidense no son tomadas a la ligera en Hong Kong. Los distribuidores locales anunciaron que no difundirán el filme. "Es un asunto muy sensible. Tenemos miedo de comprarlo. No queremos meternos en problemas", dijo Tony Wong, de Cinemation Films International.

Beijing se hizo cargo de difundir informes procedentes de Alemania según los cuales Heinrich Harrer, el montañista austríaco que dio clases al joven Dalai Lama en los años 40 y en torno a cuya figura gira la película "Siete años en el Tibet", integró los comandos de élite de las fuerzas nazis (SS).

El presidente Jiang Zemin sostuvo durante su visita a Estados Unidos, que concluyó el lunes, que Tibet sufrió una "teocracia" hasta su ocupación por tropas de China que lo liberaron de la "esclavitud" a la que, según él, lo sometía el Dalai Lama.

Periodistas y académicos de Hong Kong temen que las autoridades chinas los llamen a silencio si se manifiestan de forma abierta a favor de la causa del Tibet, algo inimaginable mientras la región fue colonia de Gran Bretaña hasta el 30 de junio.

Incluso las tiendas de alquiler de vídeos no tienen en sus escaparates filmes occidentales sobre Tibet por temor a la desaprobación de China, para la cual estas producciones "distorsionan la verdad".

Una emisora privada transmitió en agosto el documental "El Dalai Lama", producido por la estatal Televisión Central de China (TVCC), que muestra al líder espiritual tibetano como un personaje de débil voluntad dominado por la preocupación acerca de su propia imagen.

El documental tiene cierto interés histórico, pues revela muchos hechos de la vida tibetana nunca antes exhibidos al público. Afirma, entre otras cosas, que Londres y Washington apelaron a sus espías para crear un estado independiente, y que el Dalai Lama colaboró con ellos.

La TVCC sostuvo que agentes reclutados por los dos hermanos del Dalai Lama fueron entrenados en Taiwan para participar en "acciones terroristas" en Lhasa, la capital de Tibet, y que 170 tibetanos recibieron entrenamiento guerrillero en Estados Unidos.

Esta información se basa en historias narradas por presuntos separatistas que escaparon de bases de entrenamiento de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en Okinawa, Guam e incluso en Colorado, Estados Unidos.

"Ninguno de nosotros sabía como combatir contra los chinos a la usanza moderna, pero los estadounidenses nos enseñaron. Aprendimos camuflaje, espionaje fotográfico, manejo de armas y operación de radios", dijo el separatista Nawang Gyaltsen en un testimonio a la televisión de Estados Unidos.

Los reclutados, sin embargo, estaban mal equipados contra el poderío del ejército chino, aunque Beijing pretende afirmar que se trata de una gran organización subversiva.

La TVCC afirma que el documental sobre el Dalai Lama es un informe "factual y objetivo" sobre hechos ocurridos en los años 30, 40 y 50. Contiene declaraciones de más de 20 historiadores, funcionarios locales y líderes religiosos.

Pero las llamadas telefónicas a programas de radio y las secciones de cartas de los lectores de los diarios condenaron la intención de Beijing de "distorsionar" el problema.

La emisión del documental "aumentó la preocupación que domina a los medios de comunicación electrónicos, que se sienten en peligro de degradarse hasta convertirse en un arma de propaganda en manos de Beijing", advirtió el analista político Andy Ho.

"La actitud de la TVCC al difundir 'El Dalai Lama' nos deja pensando si vendrán más películas de propaganda para anudarse a nuetros cuellos", agregó Ho. (FIN/IPS/tra-en/ys/js/mj/ip cr/97

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