FINANZAS: Los países chicos sólo pueden ajustarse más

Un economista argentino cree que el único antídoto de los países en desarrollo frente a las crisis de la globalización financiera es presentar una economía sólida y fiscalmente equilibrada. "De lo contrario serán muy vulnerables" a la marea, advirtió.

En diálogo con IPS, el economista Aldo Ferrer, autor de "Historia de la globalización", sostuvo que la crisis de la bolsa, que comenzó en Asia y se profundizó en las dos últimas semanas con fuertes bajas en los mercados de Argentina y Brasil, "es eminentemente especulativa".

En los tres tomos de su libro, Ferrer describe cómo la ampliación de los mercados y las transferencias internacionales de recursos generan formidables fuerzas de expansión de la producción y el empleo, siempre y cuando los mercados no queden librados a su suerte.

"Sin ninguna duda esta nueva crisis es una muestra de la visión fundamentalista que impera sobre la globalización". Ferrer se refirió así a la idea de que las economías nacionales desaparecieron y que las decisiones se toman a nivel supranacional y financiero.

A su juicio, la "visión fundamentalista" ignora que en América Latina 90 por ciento de lo que se produce se destina al mercado interno y que ocho de cada 10 trabajadores están empleados en abastecer los mercados de sus respectivos países.

Por eso, es partidario de "gobernar la globalización", es decir poner en marcha políticas nacionales adecuadas a cada economía y aplicar controles internacionales para neutralizar los efectos deletéreos del libre movimiento de capital financiero.

"Cuando los mercados espontáneamente no producen los resultados esperados, la acción pública resulta fundamental", dijo, y señaló cómo la desregulación global de las transacciones financieras está dando como resultado "un sistema descontrolado" e imprevisible.

La ola de devaluaciones en los países del sudeste asiático en los últimos meses puso en jaque a Hong Kong, una economía que desde hace 12 años se sostiene en un sistema de convertibilidad monetaria. La isla ex británica resistió la devaluación pero las acciones caen desde hace tres semanas.

La sacudida en Asia provocó caídas en Europa y Estados Unidos y también en América Latina. En esta región el epicentro se ubicó en Brasil y en menor medida en Argentina, más sólida después de la recesión que debió afrontar en 1995 tras el llamado "efecto tequila" en México.

La devaluación en ese último país en 1994 provocó una fuga de capitales de Argentina de tal magnitud que la economía de este país sudamericano se vio casi tan afectada como la propia economía mexicana, que al menos suplió el desbalance con ayuda financiera estadounidense.

Este año, la crisis encuentra a Argentina con mayores reservas y una banca más concentrada pero los azotes que está recibiendo Brasil hacen temer que aún en el caso de que ese país no devalúe la recesión que le espera afectar las ventas externas de Argentina que se dirigen en un 30 por ciento a ese destino.

En Argentina, el gobierno había previsto un déficit comercial de 2.000 millones de dólares para este año, pero este mes las previsiones ya anticipan que el desequilibrio será el doble de esa estimación, un desbalance que se agravará si Brasil restringe sus compras.

Para Ferrer, ex ministro de Economía, la actual corrida en Asia fue un ajuste que siguió a un período de sobrevalorización de bienes en Hong Kong, pero aclaró que ese tipo de movimientos no debería afectar a la economía real, excepto en los casos de economías muy vulnerables.

En esta categoría de economías con fuertes desequilibrios externos, cuentas fiscales en rojo y monedas sobrevaluadas están Argentina, Brasil, Tailandia, y allí sí una caída persistente en la bolsa puede acarrear crisis de confianza y fuga de capitales, dijo.

"Lo complicado en estos casos no es la caída de la bolsa porque en Wall Street cayó un día 20 por ciento en 1987 y su efecto fue moderado en la economía", señaló.

"El problema es que en una situación de vulnerabilidad y necesidad de fondos externos para el financiamiento interno, una fuga de capitales es fatal", alertó.

En contraste destacó que Chile, con sus cuentas en orden, pudo sortear con menos incertidumbre los movimientos bursátiles, de capital, y las sacudidas que no dan tregua a sus vecinos sudamericanos. Chile adems controla el ingreso de capital voltil, al igual que Colombia.

Para Ferrer será necesario que Japón, Estados Unidos y la Unión Europea reflexionen acerca de aplicar controles a las trasferencias de capital para movidas especulativas, no productivas.

Pero en tanto los países centrales, con el auspicio del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, sigan promoviendo la desrregulacin financiera, a los pases en desarrollo sólo les resta defenderse con un único antídoto, dijo, "poniendo la casa en orden".

Finalmente, Ferrer coincidió con la economista Hazel Henderson, quien sostuvo que los políticos no pueden seguir argumentando que son víctimas de la globalización, debido a que fueron las políticas por ellos impulsadas las que desregularon los mercados.

Tanto Henderson como Ferrer consideran imperativo buscar mecanismos de control del capital financiero, que moviliza según la economista unos dos billones de dólares diarios en todo el mundo. (FIN/IPS/mv/dg/if/97)

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