En 1897, el rey Menelik de Etiopía llamó por teléfono desde Addis Abeba hasta Harar a Ras Mekonnen, padre del difunto emperador Haile Selassie, en lo que pareció ser un hecho muy alentador en materia de telecomunicaciones.
Un siglo después, sin embargo, el país de Africa oriental tiene solamente 150.000 teléfonos para 56 millones de habitantes (lo que representa una relación de un aparato cada 373 personas) y sólo 1.300 suscriptores de Internet.
Al igual que muchas otras naciones en vías de desarrollo, Etiopía se quedó rezagada con respecto a la era de la informática.
Los pocos suscriptores de Internet están sin excepción establecidos en la capital, Addis Abeba, y la mayoría son embajadas y empresas, seguidas por organismos gubernamentales.
Para otros importantes sectores, como la Universidad, el acceso a la red de redes de computadoras "es impensable" porque está "económicamente fuera de su alcance", señaló el ministro de Telecomunicaciones, Abdul Mejid Hussein.
En la mayoría de los países, los profesores, investigadores y académicos fueron los primeros usuarios de la red, pero en Etiopía, la Internet es un lujo de pocos.
Un profesor universitario gana el equivalente a 150 dólares por mes. Para entrar en la supercarretera de la información, precisaría invertir 95 dólares más una cuota anual mínima de 300 dólares por el servicio.
Por razones estrictamente económicas (hay otras, como la "tecnofobia"), las supuestas oportunidades de desarrollo que ofrece Internet son aún un sueño distante en muchos países pobres.
Aunque Hussein reconoció las ventajas potenciales de la informática en áreas como la educación, la salud, el desarrollo rural, el comercio y el turismo, señaló que la prioridad de los etíopes en materia de telecomunicaciones no es Internet, sino las líneas telefónicas.
Existen planes para introducir entre 400.000 y 500.000 nuevas líneas telefónicas en los próximos cuatro años. El objetivo parece demasiado ambicioso, y es improbable que ignorar a Internet ayude, opinan analistas.
Todos los países de Africa menos cuatro están conectados a Internet, y 700.000 africanos (cerca de 0,1 por ciento de la población del continente) utilizan servicios básicos de la red. La proporción de usuarios es seis veces mayor a la de todos los países en desarrollo hace tres años.
Eso no es todo. Se prevé que el número de usuarios de Africa, América Latina, el Caribe, Europa central y oriental se cuadruplicará para el año 2001 al pasar de los actuales 2,7 millones a 11,4 millones. En la región Asia-Pacífico, la cifra aumentará de 8,4 a 36,8 millones.
Algunos analistas atribuyen el escaso uso de Internet en Etiopía a décadas de planificación central y al régimen de partido único. El acceso a Internet es suministrado y controlado exclusivamente por la estatal Corporación Etíope de Telecomunicaciones.
El monopolio permite al Estado controlar la información y también obtener más ingresos.
"La Corporación sólo está interesada en su miope monopolio para hacer dinero. No piensa en la actual ni en la futura generación", opinó Kebur Genna, presidente de la Cámara de Comercio de Addis Abeba. (FIN/PANOS/tra-en/lmd/dds/ml/sc-dv/97)
—— (*) IPS pone a disposición de sus suscriptores este material por un acuerdo de distribución con la institución internacional de comunicación Panos Features, de Londres