ESTADOS UNIDOS: Sindicatos arremeten contra globalización

Los sindicatos de Estados Unidos persiguen un nuevo objetivo tras la derrota del presidente Bill Clinton en su intento por conseguir la aprobación del Congreso para su proyecto de "vía rápida", que le hubiera permitido negociar con más libertad nuevos tratados de libre comercio.

El movimiento sindical pretende ahora luchar por un modelo económico mundial más democrático y favorable a los trabajadores, como alternativa al modelo actual de globalización.

"El movimiento está por cambiar de actitud, de decir sólo 'no, no, no' a una variedad de terribles políticas comerciales a plantear lo que desea en la mesa de negociaciones", dijo Thea Lee, especialista comercial de la AFL-CIO, la principal federación sindical de Estados Unidos.

Si se hubiera aprobado la vía rápida, Clinton podría negociar nuevos tratados comerciales sin temor a que el Congreso los modifique, ya que, según el sistema, los legisladores sólo pueden aprobar o rechazar tales acuerdos.

La mayoría de los ciudadanos sospecha que la globalización y los acuerdos de libre comercio beneficiaron a los ricos a costa de los pobres y la clase media, señalaron los legisladores demócratas que negaron su apoyo a Clinton.

Pero el rechazo de la vía rápida no altera el daño producido por la globalización y sólo en parte impide la capacidad de Clinton para pactar nuevos acuerdos comerciales.

Ahora, estrategas sindicales elaboran propuestas que reflejen nuevas ideas junto a defensores de los consumidores, ecologistas y otras organizaciones no gubernamentales.

La iniciativa pretende impedir que la competencia afecte los derechos de los trabajadores y el ambiente, aumentar la estabilidad y la equidad de la economía mundial y proteger a la democracia y el gobierno del creciente poder político y económico de inversores y firmas internacionales.

Por ejemplo, el movimiento sindical podría apoyar una propuesta del líder del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, Dick Gephardt, que concedería autoridad para negociar por la vía rápida pactos comerciales sólo si el texto principal protege los derechos laborales y el ambiente.

Numerosos observadores criticaron la autoridad de vía rápida por considerarla antidemocrática.

Los sindicalistas también quieren garantías frente a países que compiten por la inversión extranjera mediante la disminución de la protección de los trabajadores o del ambiente.

Es probable que los sindicatos respalden nuevas normas que limiten la capacidad de desestabilización de las economías nacionales de inversiones de "dinero caliente" por parte de organizaciones financieras internacionales.

Así mismo, dichas normas modificarían las políticas que imponen a los gobiernos medidas de austeridad y privatizaciones como condiciones para recibir ayuda internacional.

Debido a que el colapso de las economías del este de Asia aceleró el déficit comercial de Estados Unidos, el movimiento sindical también buscará vías para revitalizar la economía mundial que no eliminen fuentes de empleo para los estadounidenses.

Una campaña de sindicalización en Guatemala y una huelga del sindicato de los camioneros de Estados Unidos ejemplifican la nueva atención que el movimiento sindical brinda a la solidaridad internacional de doble vía.

En agosto, trabajadores sindicalizados de las fábricas de camisas Phillips Van Heusen en Guatemala ratificaron su primer contrato laboral.

Un hecho tan sencillo no debería ser extraordinario, pero lo fue. No existen otros contratos sindicales entre las fábricas de ropa guatemaltecas, de rápido crecimiento, y sólo una entre las de América Central.

Las fábricas no contarían con los contratos sin la tenacidad de un pequeño grupo de sindicalistas que resistió el acoso de las patronales durante un lapso de seis años.

Tampoco se hubieran logrado los contratos sin el apoyo del Proyecto de Educación Laboral Estados Unidos-Guatemala, una organización con sede en Chicago; la Federación Internacional de Trabajadores Textiles; UNITE, principal sindicato textil estadounidense, y el grupo de derechos humanos Human Rights Watch.

Estas organizaciones presionaron a Phillips Van Heusen y el gobierno de Guatemala y brindaron apoyo estratégico a los obreros guatemaltecos, lo que inclinó la balanza a favor del histórico reconocimiento de los derechos de los trabajadores.

La exitosa huelga en agosto de los camioneros de Estados Unidos contra la firma de correo privado United Parcel Service (UPS) tuvo ramificaciones internacionales que probablemente no hayan anticipado los obreros.

En Corea del Sur, por ejemplo, los sindicatos consideraron la huelga de UPS como una reivindicación de sus críticas contra las políticas del gobierno, a favor del modelo neoliberal y desregulador que crea trabajadores flexibles de tiempo parcial.

En Canadá, la semana pasada, los trabajadores del correo también se declararon en huelga para protestar contra las exigencias de mayor "flexibilidad" del gobierno, lo que significa reducir el personal de tiempo completo a cambio de empleados parciales.

El público en general se adhirió a la preocupación por los derechos sindicales internacionales luego de varios años de campaña de las organizaciones.

En preparación para la época festiva, la AFL-CIO, grupos religiosos y por los derechos laborales se unieron para promover una "temporada de conciencia".

Los mismos exhortan a los consumidores a obligar a las firmas a responsabilizarse por las condiciones en que se hacen sus productos, ya sea en Estados Unidos u otros lugares.

La Cámara de Representantes estadounidense aprobó una norma, con apoyo sindical, que prohibe las importaciones de productos realizados mediante la explotación de mano de obra infantil.

A pesar del recelo sobre la globalización, el movimiento sindical estadounidense espera fijar nuevas pautas para la emergente economía mundial.

"Los trabajadores estadounidenses no son aislacionistas. Sabemos que la economía mundial está aquí para quedarse", arguyó Thomas Buffenbarger, presidente del sindicato de Maquinistas.

"Nuestro mayor desafío es enseñarle a las corporaciones multinacionales que si exportan nuestros productos de alta calidad, entonces exportarán los valores sindicales que se incorporaron al hacerlos", dijo.

"Reconozcan y adopten uno de los más fundamentales de los derechos humanos, el derecho a la sindicalización", dijo Buffenbarger, dirigiéndose a las firmas. (FIN/IPS/tra-en/dm/mk/aq-ml/lb/97

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