La economía de España mejora cada día, al menos desde hace dos años y ello crea expectativas de reducción de un alto desempleo.
Después de una década de crecimiento continuado, la economía española sufrió una fuerte caída en las postrimerías del gobierno del socialista Felipe González (1983-1996),
Los problemas se manifestaron en 1994, aunque a fines de 1995 comenzó la recuperación. El proceso se convirtió en franco crecimiento al iniciar su gobierno el centroderechista José María Aznar, en mayo de 1996.
España verá crecer su producto interno bruto (PIB) 3,3 por ciento este año y 3,5 en 1998, según las previsiones de la Comisión Europea, el organismo ejecutivo de la Unión Europea (UE).
La Comisión también cree que España cumplirá con menos problemas que Alemania y Francia los requisitos de saneamiento económico y financiero establecidos por la UE para los países aspirantes a integrar la Unión Monetaria Europea, con una moneda común a partir de 1999.
El comisario (ministro) europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Yves Thibault de Silguy, entiende que la economía española es una de las más prometedoras de la UE y que crecerá 3,6 por ciento en 1999, siempre por encima de la media europea.
La UE tiene previsto publicar en marzo un informe definitivo, en base al cual se seleccionarán los países que adoptarán el euro, la moneda oficial a partir de 1999.
Informes preliminares dan por descontado que quedarán fuera de ese "club" Gran Bretaña, Suecia, Dinamarca y Grecia. En el límite están Francia y Alemania, los dos países que con mayor fuerza impulsaron la Unión Europea desde sus orígenes, 40 años atrás.
También Italia deberá esforzarse para superar el "examen", pues todo dependerá de que en 1998 logre cuadrar un presupuesto general de gastos con un déficit inferior a tres por ciento del PIB.
Pero España, a pesar de la euforia de figurar en primera línea por su crecimiento del PIB y contención del déficit y de la inflación, tiene una mancha que no le permite dormir con tranquilidad: el desempleo.
La desocupación en España oscila entre 19 y 21 por ciento, según cual sea la medición que se utilice: el registro del Instituto Nacional de Empleo o la Encuesta Nacional de Población Activa, ambas oficiales.
Si la economía sigue pujante como en la actualidad y el ritmo de creación de empleos se mantiene, la desocupación debería bajar entre dos y tres por ciento hacia 1999.
Si eso se lograra, todavía el desempleo español duplicaría el promedio europeo.
Las organizaciones sindicales reclaman que, precisamente por marchar bien la economía, se introduzcan medidas activas para la creación de puestos de trabajo.
No basta combatir la inflación y reducir el déficit, argumentan, si el desempleo se mantiene en torno de 20 por ciento, la tasa más alta de Europa y una de las mayores del mundo. (FIN/IPS/td/ff/if/97
